Mi nombre es Felipe, soy un chico de 19 años pelo negro, mi físico es de 1metro 70 centímetros y con una barriga abultada, no tanto pero tengo…y les contare sobre como mi vida cambio radicalmente después de tomar una siesta, todo comenzó en el lugar donde trabajaba en ese entonces, el lugar estaba en las faldas de un cerro y estaba rodeado de canales con poca, era una parcela llena de árboles frutales, hectáreas de cerezos, nectarinos y ciruelos. Ese día no estaba solo, fui enviado a trabajar con un chico un año menor que yo, es un poco más alto que yo, es pelirrojo y más delgado que yo, su nombre es Luis y ese día nos enviaron a limpiar unas cosas cerca del cerro por lo cual estábamos muy alejados del resto del grupo. Ese día era lunes, 28 de febrero para ser exactos pero como todo día lunes el ánimo estaba muy decaído, a eso de las 11:34 de la mañana ya habíamos terminado el trabajo, no era mucho haci que lo hicimos rápido y sin demora, cuando terminamos nos sentamos debajo de unos árboles que estaban al frente de unas plantas de zarzamora, al rato de estar sentados sin decir nada comencé a mirar hacia todos lados hasta que cerca de un árbol divise algo parecido a una entrada y me puse de pie para ir a investigar qué era eso que parecía una entrada y en efecto era una entrada,
Pero era más pequeña de lo que pensaba y tuve que gatear para poder entrar, mientras entraba Luis solo me miraba, a pesar de no decir nada pude adivinar sus pensamientos
–“Este chico está loco”- eso creo yo que pensaba
una vez adentro vi que había pedazos de colchonetas y que adentro era más grande de lo que se veía por afuera, lo primero que pensé fue que era un escondite para tomar siestas y quizás para otras cosas que es mejor no decir, entonces llame a mi compañero
–Luis…-grite
-¡Que!-dijo él a lo que yo respondí -¡ven!, entra por donde yo entre-
-¡ni cagando- dijo y yo respondí en tono más enojado -¡Entra o te pateo las bolas!- a lo cual dijo -¡A tu hermana!- y yo respondí -jajajaja que gracioso, ¿vas entrar o no?- y el dijo -¡Esta bien!-
luego se levanto de donde estaba y fue a donde estaba yo, cuando estuvo dentro del escondite me pregunto
-¿Qué es esto?- y yo le respondí –es un escondite, podremos tomar una siesta en este lugar y no nos encontraran, ¿Qué dices?- y dijo –Es una buena idea, elijo este lado- y yo dije –Ok, entonces yo me quedare con este lado, ok entonces a dormir-
al cabo de 10 minutos los dos estábamos dormidos profundamente y como todo en el ambiente era tan tranquilo que nada nos despertaría.
14:00PM
¡Hey!- se escucho - ¡Hey! ¡Hey!- se escucho otra vez – ¡DESPIERTEN! – Se escucho un ruido muy fuerte y los dos despertamos de golpes y nos sentamos de inmediato
-¿Qué hacen durmiendo aquí?- y respondí medio adormilado y sin saber quien preguntaba –Solo estábamos descansando un rato señor- y el dijo -¡¿Señor?! Soy menor que tu y solo los vine a buscar por qué no encuentro a nadie y es hora de irnos-
el que hablaba era un chico llamado Miguel de 17 años de estatura más baja que la mía, pelo negro y tenia barriga abultada igual que yo.
-¿Cómo que no encuentras a nadie?- dijo Luis que para ese entonces ya estaba bien despierto y Miguel dijo –De veras no encuentro a nadie, las puertas de la entrada están cerradas y en la casa no hay nadie ni siquiera los perros, hay vidrios rotos y las bicicletas aun están en la bodega- y yo dije – eso significa que no se han ido aun – a lo que Luis dijo –Si no se han ido, ¿Dónde están? – A lo que dije –No lo sé, pero, debemos buscarlos- y miguel dijo -¡Tengo una idea!- a lo que yo y Luis dijimos al mismo tiempo -¡¿Cuál?!- Y miguel dijo –Salgamos de aquí y se las contare-
Cuando salimos miguel nos conto su idea, como él había revisado la casa patronal y toda la parcela solo había que buscar en los alrededores haci que su idea fue ir donde la señora Loli, era una señora de unos 50 años que tenía un negocio donde vendía helados, bebidas y cervezas, como era costumbre para algunos ir a esa casa quizás ella podía tener alguna idea de donde podrían estar o al menos verlos.
Haci fue como los 3 nos encaminamos a ese lugar y después de 20 minutos de caminata llegamos, la puerta que daba a la calle estaba destrozada en el suelo y las puertas de la casa estaban abiertas todo estaba tan tranquilo como un cementerio pero lo que no sabíamos era que se parecía a uno más que en lo silencioso, entramos en el patio anunciándonos y cuando miramos hacia el lugar donde se toman las cervezas vimos a un hombre que parecía dormido, nos acercamos y cuando trate de tomar su hombro para despertarlo, el abre sus ojos súbitamente yo por mi parte retrocedí unos pasos y el comenzó a pararse lentamente pero cuando estuvo absolutamente de pie no hiso absolutamente nada, yo con mis compañeros nos quedamos absolutamente en silencio sin hacer ningún ruido, el tipo miro para todos lados y volvió a la posición de dormido que tenía anteriormente, cuando le dije
-¿Señor?, ¿le pasa algo?-
El abrió los ojos de golpe y se levanto rápidamente pero esto hiso que se cayera los 3 nos asustamos mucho pero el tipo se volvió a levantar y trato de atacarme, el trato de arañarme pero me agalle y logre esquivarlo mientras decía –Que mierda le pasa a este tipo- y Miguel que había caído al suelo decía -¡¿No lo sé!?¡¿No lo sé!?-
fue entonces que Luis tomo una pala y le dio en la cabeza al tipo, este cayo inconsciente de inmediato pero al cabo de unos minutos se volvió a despertar aun más fiero que antes, entonces Luis le volvió a dar en la cabeza pero esta vez lo siguió golpeando, Miguel y yo tomamos unos fierros que estaban cerca y comenzamos a golpearlo hasta que la cabeza del tipo estaba hecha añicos, se podía ver el cerebro del tipo o más bien lo que quedaba todo lleno de sangre y unas piezas de carne entonces nos quedamos en silencio, nadie decía nada ni siquiera el viento hacia ruido, parecía como si el tiempo se detenía y sin decir nada, solo con señas, nos dimos señales para entrar a la casa con los fierros en las manos y listos para enfrentar lo que fuera, de todas formas ya éramos asesinos, Miguel tomo la perilla de la puerta y comenzó a girarla hasta que se escucho –click- que indicaba que la puerta estaba abierta, la abrimos y…

La manija de la puerta comenzó a girar y cuando se abrió por completo miramos por toda la sala y no vimos absolutamente nada y a nadie, todo seguía en un silencio pulcro. Al ver que todo parecía seguro decidimos entrar, miguel entro primero y se dirigió a la cocina, Luis entre tanto se dirigió a la habitación que estaba al lado de la sala, yo por mi parte seguí en línea recta hasta llegar al comedor, comencé a mirar por el lado de la mesa que queda hacia la sala, seguí mirando y cuando llegue a la esquina de la mesa, que daba a la esquina de la pared, vi el cadáver de un hombre de unos 50 años quizás más…
-Hey, vengan a ver esto – grite.
Luis estaba recogiendo un papel que estaba encima de la cama y comenzaba a leer su contenido
-“Informe de Rescate
28 Febrero
En la casa se encontraban 5 personas, 2 hombres y 3 mujeres de las cuales 1 es una niña de 6n años. Los 2 hombres presentaban signos de la infección y fueron dejados en el lugar, El hombre de mayor edad fue eliminado por tratar de impedir el evacue de los civiles.
Fin del informe
Roger Parker”
- ¿3 mujeres? – Dijo Luis en tono dudoso
Mientras doblaba y guardaba el papel en el bolsillo, luego se dirigió al otro lado de la habitación y cuando se disponía a abrir un enorme closet (armario) que se encontraba junto a la ventana que daba al lugar donde habíamos encontrado a esa asquerosa criatura, de pronto Luis escucha
-Hey, vengan a ver esto
-Ya voy- respondió Luis Desistiendo de abrir el closet y dirigiéndose al comedor.
Cuando entro en la cocina se dio cuenta de que la estufa estaba prendida y sobre ella una olla con las ultimas burbujas de agua evaporándose, no había vapor en la cocina porque las ventanas estaban abiertas por completo, apago la estufa y se dirigió al refrigerador, pero a mitad de camino se escucho el grito que di
-Hey, vengan a ver esto
En menos de lo que canta un gallo nos encontrábamos los 3 viendo al cadáver
-Es el padre de Ángela- Dijo Luis
-¿Lo conocías?- Pregunte
-Hmm…-Dijo Luis cabizbajamente y añadió - ¡Ha!, por cierto, Encontré este papel-
-Déjame leerlo- Dije y le quite el papel de las manos
-Es un informe de rescate- Dije
-¿Cómo lo sabes?-Pregunto Miguel
-El título lo dice pedazo de bru…-y Luis interrumpió
-Eso quiere decir que evacuaron toda la zona, ¿puede que los otros hayan sido rescatados?
-¿Infectados?- Dijo Miguel con un tono triste
-¡OK!, ya sé que debemos hacer- Dije en tono alto
-¿Qué?-Dijo Luis
-Tendremos que tratar de buscar a esos rescatistas, pero primero debemos confirmar que nuestras familias hayan sido rescatadas- Dije
-¡Buena idea!-Dijo Miguel
-Por ahora busquemos algo útil en la casa- Dijo Luis
-Muy bien, Tu a las habitaciones - Dijo miguel apuntando a Luis – y tu sigue en la sala y el comedor –apuntándome a mi- Yo iré a la cocina
-Ve si tienen algo algún helado o algo para comer-Dije a Miguel
Al decir esto Luis me quedo mirando con una cara de estar pensado que como se me ocurría tomar helado o comer y dije
-No porque los muertos se levanten me moriré de hambre-
-Esto es serio-Dijo Luis con un tono muy serio y autoritario
-En realidad, Yo también tengo hambre- Dijo Miguel
-Hagan lo que quieran- Luis dijo esto y se marcho a la habitación.
Después de esa pequeña discusión miguel y yo seguimos buscando algo útil, cada uno en su respectiva área claro está.
Luis furioso por la discusión comenzó a buscar por la habitación, busco debajo de la cama y encontró unos cartuchos de un rifle a poston, el sabia eso, y donde hay cartuchos hay un rifle, haci que comenzó a buscar más exhaustivamente, lo que más temprano que tarde lo llevo frente al closet nuevamente.
Miguel entro en la cocina tranquilamente sabiendo que no había ningún peligro al que temer, haci que se dirigió de lleno al refrigerador que estaba en la pequeña cocina que tenía una mesa y una alacena junto a este, abrió la puerta y se encontró con bastante comida pero casi toda necesitaba cocinarse, excepto por unos embutidos de cerdo y margarina, al menos hicimos unos cuantos sándwich. Por mi parte seguí en el comedor en busca de algo útil, pero no encontré absolutamente nada luego pase a la sala donde no obtuve mayores resultados, lo único que encontré fue un bolso vacio, que usamos para llevar los sándwich.
Luis estiro la mano para abrir el closet de doble puerta hecho de madera delgada y de color café muy oscuro, al abrir la puerta salió desde su interior un grito, no un grito cualquiera sino uno lleno de terror y sin duda proveniente de una mujer o un hombre de voz aguda. El grito seguramente se escucho por gran parte del campo, pero no fue oído sino por 3 chicos que llegaron a esa casa en busca de respuestas.
-¿Ángela?... Ángela, Ángela, soy yo, Luis… No te preocupes-Dijo el chico de pelos naranjas.
La chica seguía gritando mientras pataleaba y forcejeaba con el visitante que descubrió su refugio.
-¡haaaaaaaaaa Zombie! SUELTAME- Grito la chica
-Ángela solo abre los ojos- Se le escucho decir al chico pelirrojo
La chica comenzó a calmarse dejando de patalear, abrió un poco los ojos y solo vio una luz brillante, al acostumbrarse sus ojos y abrirlos completamente vio la cara del chico, vio en sus ojos preocupación y alivio al mismo tiempo, al recordar la cara que estaba viendo, la chica se lanzo a los brazos de Luis y dijo entre llanto.
-Gracias a dios que viniste a salvarme…-
Luego de unos momentos la chica se calmo y planeamos las cosas nuevamente, el plan era comprobar que nuestras familias habían sido evacuadas y luego largarnos a un lugar seguro.
Cuando estábamos a punto de salir de la casa Luis recordó el motivo por el cual había abierto el closet.
-¡El rifle!- Dijo, pero nadie comprendió a que se refería
-¿Qué rifle?- Preguntamos con Miguel al unisonó
-Ángela, ¿Tu padre tenía un rifle a postones, verdad?- Preguntó Luis a Ángela ignorándonos con Miguel.
-Si, Tiene uno, Esta en el cuarto de afuera- Dijo Ángela
-¡Voy por el!- Dijo Luis mientras echaba a correr en dirección al cuarto
A los pocos minutos vimos que Luis corría a nosotros y no traía ningún rifle en las manos, al llegar dijo jadeante
-¡Necesito una llave!- y añadió – Ángela ¿sabes donde las guardaba tu padre?
-Si, Siempre las traía con él como si fuera un collar- Dijo Ángela
Luis, Miguel y Yo nos miramos por un segundo y luego miramos por el umbral de la puerta en dirección donde se encontraba el Padre de Ángela, O más bien el cadáver del padre de Ángela, luego entramos a la casa nuevamente y nos quedamos mirando al comedor pensando quien sacaría la llave del cadáver, de pronto se escucho la voz de Ángela.
-Yo puede sacarla, ya acepte su muerte- Dijo Ángela con la mirada baja
-No, Yo lo hare- Dijo Luis
-Yo lo hare- Dijo Miguel
-Yo lo hago- Dije para no ser menos
-Pero es mi padre, yo lo hare- Dijo Ángela incluyéndose en la discusión que duro pocos minutos ya que un gemido lastimero la interrumpió y le puso fin, el cadáver que poseía la llave de la única arma de fuego ahora estaba de pie y encaminándose a nosotros, en ese mismo instante Luis huye por la puerta principal dándole un portazo que hizo que la manija cayera y nos dejara encerrada, las ventanas poseían protección de metal así que no servían como vía de escape, estábamos atrapados nuestra única escapatoria era pelear.

-La puerta de la cocina- Dijo Miguel apresuradamente
-No sirve- le respondió Ángela
-¿Por qué?- Pregunte inmediatamente después
-porque solo da a un cuarto cerrado donde guardamos papas- dijo despejando mi duda
-¡Maldición!, ¿Qué hacemos ahora? – pregunto miguel golpeando la muralla de la cocina con la mano
-Miguel cúbreme- dije
-¿Con que?, no tengo ninguna manta…- Dijo miguel seriamente
- ¿Enserio?, cuando digo que me cubras es que vigiles al zombie mientras corro este sofá cortándole el paso…-dije aguantándome la risa
-Ok-dijo miguel
-¿Yo que hago?- dijo Ángela
-¡Vete al cuarto de la cocina y espéranos hay!-dijo miguel en tono de orden
-Weones machistas-dijo Ángela en voz baja pero audible para nosotros y luego se fue
Mientras esa conversación ocurría yo corría el sofá y Ángela se iba a esconder en el cuarto de la cocina, después de haber hecho esto miguel y yo nos dirigimos al cuarto de la cocina y nos reunimos con Ángela, el cuarto era de madera y completamente cerrado sin ventanas y muy frio y oscuro, aquel lugar seria nuestra tumba y nadie lo sabría…
En menos de un minuto el cadáver andante llego al umbral de la puerta de la cocina, se detuvo por unos escasos segundos y siguió su camino a su cena, nosotros, al llegar comenzó a golpear la puerta con sus manos a un ritmo constante y monótono.
¡BAAM!
Se escucho de pronto por todas partes, difícilmente escuchamos que algo caía al suelo como saco de papas y a los segundos la manija de la puerta comenzó a moverse –Los zombie’s no saben abrir puertas, ¿o sí?- pensaba ante todo lo que estaba ocurriendo un terror indescriptible me hacia sudar por todas partes, de sorpresa siento como dos personas se abrasan a mí en sollozos, así que para acompañarlos hice lo mismo, los tres esperábamos la muerte más horrible del mundo, ser destripado por un zombie y ver cómo te saca las tripas y se como todo lo que fue tuyo…
En eso se abre la puerta de par en par y una luz blanca ilumina todo el cuarto segándonos a los tres, al cabo de unos segundos divisamos una silueta en el umbral de la puerta, no era robusta como el cadáver del padre de Ángela, era delgada y un poco más alta, mientras nuestros ojos se acostumbraban a la luz pudimos ver cabellos naranjos y sin previo aviso la silueta habla…
-¿Están bien?
Era Luis, el chico pelirrojo que salió corriendo dejándonos encerrados, Ángela se levanta y se tira llorando a los brazos de Luis, mientras miguel y yo nos quedamos sentados en el suelo con una expresión de alivio y una risa que al poco tiempo se convirtió en carcajadas, estábamos vivos, después de todo vivos, nuestra felicidad era tal que nos levantamos y abrazamos a Luis pero esto nos hizo caer a todos al suelo, caímos sobre el cadáver del zombie, haci que nos levantamos de inmediato, pero no era tiempo para mostrarse sentimental y agradecido…
-¿Dónde mierda fuiste?- Pregunto miguel tratando de sonar enojado pero no lo consiguió
-Fui a buscar el rifle, cuando llegue al cuarto estaba el candado, como no tenía las llaves busque algo con que abrirla y encontré un hacha, abrí el cuarto, tome el rifle y vine a salvarlos…-Dijo Luis contándonos porque había huido
-¿Ahora qué hacemos?- pregunto Ángela
-Tenemos que salir de aquí-Dijo Luis
-Di algo que no sepamos- Dijo miguel
-¿Quién sabe manejar?- pregunte mientras ideaba un plan
-Yo- dijo miguel
-Yo- dijeron Luis y Ángela al mismo tiempo
-Ok, ya entendí, soy el único que no sabe-
Luego nos devolvimos a la parcela donde trabajamos y tomamos el auto más grande que había, por suerte tenía las llaves puestas, haci nos dirigimos a la blanquina, lugar donde Vivian Luis y miguel a unos dos kilómetros de donde trabajábamos, al llegar a la casa de Luis, la que estaba más cerca le pedí una bicicleta para irme a mi casa, que quedaba para el otro lado del pueblo, a unos 3 kilómetros de ahí, haci me separe de ellos rumbo a mi casa…