Me encontraba en la ruta 3, apenas hace algunos minutos había amanecido y el lugar ya estaba lleno de entrenadores acechando, me encontré con una escena inesperada, un chico más o menos de mi edad (17), un poco gordo, bueno muy gordo, obligaba a un niño más pequeño a luchar
-Enano lucha o si no te voy a atacar a ti en vez de a tus pokemon!-
-Pero no quiero, mi pokemon no pelea, es mi amigo y no quiero que se lastime- el niño estaba llorando y abrazaba a su Azurril para protegerlo
Tenía que hacer algo, estaba arrepentido de no haber ayudado a la chica del bosque entonces reaccione, el destino me había dado otra oportunidad.
-Déjalo en paz, no ves que es solo un niño, yo luchare contra ti-
-Así me gusta, ponte en guardia que empezamos! Ve Linoone, usa placaje!-
-Riolu esquívalo!- lo mande a la batalla, y le pedí que esquivara, mientras yo pensaba algún ataque, que debía hacer -Sigue esquivando Riolu, mantente alejado de él-
-¿Qué pasa, no sabes ningún ataque? Jaja esto va a terminar pronto, Linoone golpe cabeza!-
No sabía qué hacer hasta que escuche al niño hablar –Waw es un Riolu, son muy raros por aquí seguro puede utilizar palmeo, o a lo mejor contraataque!-
-Linoone acabalo de una vez, arañazo!- Riolu estaba demasiado cansado para esquivarlo y le dio en toda la cara- Golpe critico, creo que gané, jajá-
-Riolu por favor levántate, aún podemos ganar esto- mi pokemon estaba maltrecho pero era su primer combate y estaba tan emocionado y disfrutándolo que volvió a la batalla, en sus ojos podía ver que luchar era lo que le gustaba. – Acércate a linoone y usa contraataque!-
El pokemon rival estaba tan crédulo de que había ganado la batalla que no vio venir a Riolu y su contraataque
-No linoone, estas bien? Eso fue trampa, no estaba atento, es como golpear por detrás! Vamos amigo acabalo con golpe cabeza!-
-Esquívalo y haz palmeo!- Le ordene y al instante vi como sacaba fuerzas de vaya saber dónde y con un gran ataque certero daba en el blanco, el chico regordete vio como su pokemon caía rendido en el piso y solo tomo su pokeball y lo regreso, me miro como con vergüenza y se fue.
–Bien hecho Riolu así se hace!- gritaba el niño que había observado la pelea -eres el mejor, gracias por luchar por mi!-
-¡Manuel! ¿Qué haces aquí? te estuve buscando por todos lados, estaba muy preocupada!- era una chica de pelo corto, debe haber tenido mi edad, tomo de la mano al niño y me miro –Disculpa a mi hermano, siempre se mete en líos, espero que no te haya causado problemas-
-Descuida no paso nada, es un buen niño- le conteste casi sin pensar, pues me quede pasmado al ver sus grandes ojos color miel
-Cuando sea grande quiero ser un entrenador como tú y luchar junto a mi Azurril- el niño estaba convencido de su futuro
~No te confundas niño, yo no soy entrenador, piénsalo bien antes de decidir tu futuro~ pensé, pero no se lo dije, lo mire y sonreí – Solo cuida bien a tus pokemon y se buena persona- me tome una pausa y agregue –Recuerda no seas egoísta, a veces algo que a ti no te gusta hacer a tu pokemon lo hace feliz, piensa en ellos que siempre están a tu lado-
-Bueno me tengo que ir, gracias por tus consejos, algún día nos volveremos a ver y tendremos una batalla, eh…- el niño se detuvo pues quería decir mi nombre y no lo sabia
-Mi nombre es Marco, te estaré esperando Manuel- nos estrechamos la mano y se fueron hacia la Ciudad
Mire a Riolu que a pesar de haber recibido unos cuantos golpes estaba muy feliz por haber ganado su primera batalla, fue ahí que pensé en lo que le había dicho al niño, que ironía, si era yo al que no le gustaban las batallas mientras que a mi pokemon le encantaban. Estaba confundido, y por un
segundo me imagine en la Liga combatiendo.
Tengo mis razones para no querer luchar o quizás solo es un trauma que debo superar.
-Enano lucha o si no te voy a atacar a ti en vez de a tus pokemon!-
-Pero no quiero, mi pokemon no pelea, es mi amigo y no quiero que se lastime- el niño estaba llorando y abrazaba a su Azurril para protegerlo
Tenía que hacer algo, estaba arrepentido de no haber ayudado a la chica del bosque entonces reaccione, el destino me había dado otra oportunidad.
-Déjalo en paz, no ves que es solo un niño, yo luchare contra ti-
-Así me gusta, ponte en guardia que empezamos! Ve Linoone, usa placaje!-
-Riolu esquívalo!- lo mande a la batalla, y le pedí que esquivara, mientras yo pensaba algún ataque, que debía hacer -Sigue esquivando Riolu, mantente alejado de él-
-¿Qué pasa, no sabes ningún ataque? Jaja esto va a terminar pronto, Linoone golpe cabeza!-
No sabía qué hacer hasta que escuche al niño hablar –Waw es un Riolu, son muy raros por aquí seguro puede utilizar palmeo, o a lo mejor contraataque!-
-Linoone acabalo de una vez, arañazo!- Riolu estaba demasiado cansado para esquivarlo y le dio en toda la cara- Golpe critico, creo que gané, jajá-
-Riolu por favor levántate, aún podemos ganar esto- mi pokemon estaba maltrecho pero era su primer combate y estaba tan emocionado y disfrutándolo que volvió a la batalla, en sus ojos podía ver que luchar era lo que le gustaba. – Acércate a linoone y usa contraataque!-
El pokemon rival estaba tan crédulo de que había ganado la batalla que no vio venir a Riolu y su contraataque
-No linoone, estas bien? Eso fue trampa, no estaba atento, es como golpear por detrás! Vamos amigo acabalo con golpe cabeza!-
-Esquívalo y haz palmeo!- Le ordene y al instante vi como sacaba fuerzas de vaya saber dónde y con un gran ataque certero daba en el blanco, el chico regordete vio como su pokemon caía rendido en el piso y solo tomo su pokeball y lo regreso, me miro como con vergüenza y se fue.
–Bien hecho Riolu así se hace!- gritaba el niño que había observado la pelea -eres el mejor, gracias por luchar por mi!-
-¡Manuel! ¿Qué haces aquí? te estuve buscando por todos lados, estaba muy preocupada!- era una chica de pelo corto, debe haber tenido mi edad, tomo de la mano al niño y me miro –Disculpa a mi hermano, siempre se mete en líos, espero que no te haya causado problemas-
-Descuida no paso nada, es un buen niño- le conteste casi sin pensar, pues me quede pasmado al ver sus grandes ojos color miel
-Cuando sea grande quiero ser un entrenador como tú y luchar junto a mi Azurril- el niño estaba convencido de su futuro
~No te confundas niño, yo no soy entrenador, piénsalo bien antes de decidir tu futuro~ pensé, pero no se lo dije, lo mire y sonreí – Solo cuida bien a tus pokemon y se buena persona- me tome una pausa y agregue –Recuerda no seas egoísta, a veces algo que a ti no te gusta hacer a tu pokemon lo hace feliz, piensa en ellos que siempre están a tu lado-
-Bueno me tengo que ir, gracias por tus consejos, algún día nos volveremos a ver y tendremos una batalla, eh…- el niño se detuvo pues quería decir mi nombre y no lo sabia
-Mi nombre es Marco, te estaré esperando Manuel- nos estrechamos la mano y se fueron hacia la Ciudad
Mire a Riolu que a pesar de haber recibido unos cuantos golpes estaba muy feliz por haber ganado su primera batalla, fue ahí que pensé en lo que le había dicho al niño, que ironía, si era yo al que no le gustaban las batallas mientras que a mi pokemon le encantaban. Estaba confundido, y por un
segundo me imagine en la Liga combatiendo.
Tengo mis razones para no querer luchar o quizás solo es un trauma que debo superar.