La maldita junta de culata (un mal muy tocacojones en cualquier coche que se lleve un calentón) se había taponado en varios puntos que si uno se fija se puede apreciar y además empezaba a foguear entre cámaras de combustión (menos mal que no ha ido a más). Total, cuatro días pringando para levantar y desmontar la culata para cambiar junta, llevarla a planificar y soldar un cacho de la rosca de un inyector partida. Unas foticos: