Apenas un minuto antes de acabar las clases, terminé los 10 ejercicios restantes a duras penas, un total de 20 ejercicios hechos "a estirones" y con un poco de trampa tramposilla (son la mayoría ejercicios de años pasados, ¡muajajajaja!). Recuerdo que estaba tan emperrado que el propio compañero de al lado tuvo que decirme que no me comiera la mesa; en fin, tenía el cerebro tan ensimismado con tal desafío gramatical y matemático que olvidé que la madera era rica en fibra, y como no quiero cagarla literalmente durante la corrección de los ejercicios pues le di su espacio vital.
Llega la clase de Fisiología Animal, me quedo parado mirando como un pringao y me encalomo en el grupo que quedaba. ¿La mesa de delante? ¡Error! ¡Éramos los primeros en salir y los más próximos a la mesa de la profesora (ajam, ajam, ajam, sí los más retirados, ¿pero qué puñetas?). ¿Nos tocaron los primeros ejercicios? ¡Acierto! Y lejos de querer evocar publicidad indeseada, os contaré que los habíamos hecho dpm, sobretodo gracias a una compañera que se tomó la molestia de dejarme el paso de unidades en el primer ejercicio (¡GRACIAS!). Como buen samaritano
No jodas... ¿en serio? ¡Hostia puta! ¡¿Cómo lo he hecho?!
Total, que ahora sigo en medio de clase, "jugando con el ordenador" y con un hambre tan grande que me comería a [MENTION=12304]Ángel Asakura[/MENTION] por los pies
Lo averiguaremos después...