Todos en algún momento de nuestra vida nos movemos por puro interés. Sin embargo, que esto sea así la mayoría de las veces no significa que siempre nos estemos moviendo por conveniencia propia, hay situaciones en las que el interés es el último de los motivos:
- A veces nos relacionamos con diversas personas y mantenemos un registro respetuoso por pura fidelidad, son personas que nos han aportado un enorme pilar en cualquiera de nuestros campos rutinarios, pasados o futuros, y aunque sea muy probable que no podamos beneficiarnos significativamente de esa persona, mostramos una enorme gratitud y/o respeto por dicha figura e incluso seguimos en contacto de vez en cuando.
- Otras veces realizamos las cosas por mero amor, es decir, realizar una tarea sin hacernos las típicas preguntas ("¿cuánto voy a tardar?", "¿merece la pena?", "¿qué gano yo ofreciendo esto?"), simplemente lo hacemos "sin sentir", nos apasiona realizar algo en concreto y ni siquiera buscas algo a cambio (escribir una novela de fantasía, hacer un sprite, ayudar a los demás en tu especialidad favorita, etc.).