El Clan Del Nuevo Mundo
El origen de los dragones
“Porqué el corazón no sigue a la cabeza, solo al alma.”
Ángel S. Fernández
Libro Primero: Reliadiant
Capítulo Primero: Belviart; La Leyenda
Hará ya tiempo de aquello, pero aún lo recuerdo; como olvidarlo...
Belviart, la ciudad de los dioses.
En ella, se encontraban todos los dioses, que en aquellos años, gobernaban el mundo de Bellaterra.
La ciudad se encontraba flotando en el cielo; era la tierra que sobrevolaba la propia tierra que nosotros mismos pisamos, una nube con una gran ciudadela y un muro, y dentro de él, se encontraba la iglesia, y en el centro de esta, la mesa redonda, en la cual los doce dioses se sentaban para dialogar sobre que pasaba...
Todo y cada uno de los dioses: Dehis, el dios de los dioses; Humen, dios de los humanos; Serena, diosa de la armonía; Ghaos, dios del Caos; Clemo, dios del clima; Stella, diosa de las constelaciones; Apoka, dios de la oscuridad y el Apocalipsis; Norman, dios de la naturaleza; Zefiro, dios de los vientos; Raidan, dios de los sueños; Anubia, diosa de los muertos y Beheshin; dios de las bestias; todos velaban por algo; pero un día, toda esa armonía y serenidad, entre todos los dioses se vio en revuelta por algo que pasaba no muy lejos de allí...
Acababa de nacer Ángelo, hijo de un ángel y una oráculo de los tiempos.
Era la primera vez que pasaba algo semejante, y se decidió, por propia salvación, acabar con aquel chico.
El dios Humen, mandó a tres de sus subordinados, Radiel, Verfas y Narcis; ellos eran tres humanos, de la elite del dios.
En sus manos estaba acabar con la vida de ese humano, y tomar como prisionero al ángel y la oráculo, para que pagaran por engendrar algo que nunca se había visto antes...
Pronto, días después de que Humen avisara a sus esbirros, estos llegaron a Verderiam, un pequeño pueblo de la Legión.
Estos llegaron a lomos de tres grandes caballos negros, con unos pelajes muy buenos, y una extraña armadura que protegía a los caballos de los ataques enemigos.
Cuando el arcángel Midel se enteró de todos los planes, mandó a esconderse a Ángelo y a su madre.
Ángelo, era aún muy pequeño, solo tenía tres años de vida, y tenía el pelo negro y unos ojos maravillosos del color marrón.
Su madre, la oráculo Olsa, huyó con su pequeño hacia el bosque de Galganea.
Poco tiempo después llegaron los jinetes al pueblo, y llamaron a la puerta de la casa de Ángelo, pero nadie parecía abrir la puerta, entonces los tres jinetes, tiraron la puerta abajo, y vieron como Midel, empuñaba una larga y hermosa espada, con la que defendería a su familia.
No os dejaré pasar, aunque me cueste la vida. - Dijo él.
Pobre insensato... ¿Acaso no sabes quienes somos? - Dijo uno de los jinetes
Si lo sé, sois la Elite de Humen, ¿Cierto? - Respondió Midel.
Ciertamente si, y ni un ángel o lo que seas es capaz de detener la ira de un dios... - Dijo con superioridad Verfas.
Soy un renegado de Apoka. - Dijo con tono muy serio Midel.
¿Como? ¿De Apoka...? ¿No eras un ángel? - Preguntó sorprendido Narcis.
Si y no. - Contestó.
Te echaron del cielo al igual que a Apoka, por planear destruir el mundo... - Aclaró Narcis.
No... Apoka, quería destrucción y yo, añoraba la paz de la tranquilidad, por eso renegué de todo y me baje a Bellaterra. Luego conocí a Olsa, y bueno... Tuvimos a Ángelo. - Dijo Midel.
Acabaremos contigo... Pero cuentanos como llego todo a este extremo... - Pidió Narcis
“Hará hoy unos cinco años ya, hubo una reunión en el consejo de los dioses... Mi dios Apoka, formaba parte del comité, y dialogaban sobre la vida en Bellaterra y otros mundos. Norman, criticó estrictamente a Apoka, por como reinaba el mundo de la oscuridad, y este enfurecido, atacó a Norman, los demás dioses, a ver tan horrible estampa, decidieron desterrar a Apoka, y este bajó de los cielos y se dirigió a la oscuridad infinita, y junto a él, todos nosotros también, pero... Algo diabólico perturbaba la personalidad de Apoka, y algo estaba ocurriendo, y no sabíamos como reaccionar... Poco a poco despertaba el verdadero Apoka, y poco a poco todos los íbamos dejando uno por uno... Todos menos yo y Luzbelle lo dejamos, ya que eramos sus soldados... Y amigos, pero su personalidad acabo por acabar con nosotros, y lo dejamos...”
Esta es la verdadera historia... - Terminó Midel.
Muy bonito... - Dijo uno de los jinetes.
En ese momento un temblor azotó todo el pueblo.
¿Qué es lo que ocurre aqui? - Grito Narcis.
Derrepente la oscuridad, hizo acto de presencia y oscurecio el lugar entre gritos y llantos...
CONTINUARÁ...