Quiero Verte, quiero Escucharte,
Quiero sentirte, y con todo mi corazón, amarte...
Con un hola me conquistas,
con un adiós aquí te quedas,
con un Nos vemos luego mi ser robas
Todo el día, en tí mi corazón piensa
y cuando lo hace mi cerebro no reacciona,
ya que tu hasta mi alma te llevas.
Autor: Cheve_X
Capítulos: 1 (En construcción)
Persona Gramatical: 3ra persona, omnisciente.
Agradecimientos: Ésto quizás sorprenda, agradezco a Tsuka, su tema de "Club de Lectura" me inspiró a escribir éstas líneas
Y a mi Mamá, ya que fué ella quien hizo que me interese la lectura :D
[spoiler=Capítulo 1]
Capitulo 1
La Oscuridad.
La oscuridad se cerraba sobre él, ese misterioso sujeto, un ser robusto, de espalda ancha y gran altura, quien en sus brazos llevaba algo, un bulto, envuelto en unas mantas caminaba con cierta dificultad por la calle.
En la ciudad no se escuchaba un solo ruido, no había ni un solo rayo de luz, incluso la luna, temerosa, se escondió detrás de las nubes que en ese momento surcaban el cielo; el viento comenzó a silbar, una gran tormenta cayó de repente, y el gigantesco ser cayó rendido, sobre sus rodillas, pero se siguió arrastrando, con mucha dificultad, hasta llegar a una puerta de color Caoba, cuyo número era el 13.
Apoyó allí el conjunto de mantas, y dando un último suspiro, pronunció: Adiós.
La gigantesca figura, dejó caer todo su peso al piso, y, dejando de respirar, se empezó a desvanecer, se convertía en polvo, de un momento para otro la figura dejó de existir.
Las mantas se movieron, un niño, de unos 2 años, con un extraño símbolo en su cara, quedó al descubierto. Empezó a llorar, la lluvia pasó a ser tormenta, como por arte de magia las luces de la calle se prendieron, de dentro de la casa, salió una mujer quien se encontró con un bebé con una extrañísima marca en su cara. Pudo haberlo dejado allí, pero no, lo agarró y lo llevó adentro de su casa; también pudo haber llamado a la policía para que se haga cargo, pero no, lo llevó a una pequeña cuna que tenía dentro de su humilde casa. Sus motivos eran claros, esa mujer, recientemente, había perdido un embarazo, así que si nadie reclamaba nada, quizás y sólo quizás, pudiera quedarse con el bebé, además, no tendría que llegar a un acuerdo con su ex-marido, con quien se había divorciado no hace ni tres semanas atrás, todo le venía “como anillo al dedo” pero, lo que ésta mujer no sabía, era que ese pequeño, ese niño, era algo prohibido, algo que nunca debió existir, el sólo pensar en la existencia de algo como él, debía ser penado con la muerte, pero aún así, el niño, inocente de su destino, le sonreía a quien llamaría, por los próximos 15 años, madre.
Todos los derechos Reservados.