Para aquellos que no me conocen mi nombre es Juanjo y soy un hacker retirado.
Hace 6 años se me ocurrió la idea de un super hack llamado Pokémon Apocalipsis y nunca lo logré terminar y ahora me replaneteo recomenzarlo.
Esta historia es la precuela de lo que pasa en mi hack y para los que leyeron el borrador hace 3 años les gustará leerla ya no como un borrador sino como una historia hecha y derecha. Eso si, soy algo orgulloso así que comenten mucho y apoyenme que el camino será difícil.
Sin más preámbulos comencemos:
HISTORIA DEL POKéMON APOCALIPSIS
El gran imperio de Sinnoh dominaba todo el mundo conocido, era la cuna de la civilización. Había unificado el sistema de escritura, y el reconocimiento de las especies Pokémon, además de grandes avances. Había sido el imperio Sinnoh quien había descubierto las propiedades de los Bonguri para atrapar Pokémon, pero el árbol al ser procedente de Johto, era un lujo exclusivo para la aristocracia. Y generalmente los entrenadores tenían Pokémon por amistad. Lo que los hacía un oficio sumamente peligroso y de mucha práctica.
Aunque el imperio pareciere encontrarse en la cúspide de la civilización, Pythámora no lo veía así.
Matemático de la universidad de Sinnoh y considerado tal vez como el mayor sabio de la época, Pythámora sabía que el imperio estaba comenzando a colapsar. Este hecho había le había causado alguno que otro problema con las autoridades, pero a él no le importaba.
Era muy unido a su Dragonite, el Pokémon más inteligente descubierto hasta la época y tal vez el más difícil de entrenar y de capturar sin tener alguna Bola de Bonguri.
Pero la historia de Pythámora tal vez no hubiera pasado al recuerdo de la inmortalidad si no hubiera sido por su visión, que tuvo lugar una noche que pasó en la cárcel.
Antes de que su vida cambiara para siempre, Pythámora se encontraba sentando en su aula explicando los principios del cálculo cuando un estudiante preguntó.
-Señor Pythámora, ¿Es cierto que el Imperio se está desvaneciendo?.
-¡Por el amor de Arceus!, joven -respondió asustado- ¡No vuelvas a preguntarme eso en público!, ya he tenido suficientes problemas con la ley como para ganarme otro castigo.
-Pero profesor -continuaba replicando el estudiante- últimamente veo muchas personas que piensan que el imperio debería separarse, solo quería saber su opinión.
-Este mundo tan separado no se podrá mantener por mucho tiempo -respondió mientras dejaba a un lado su temor- Cada continente tiene sus propias costumbres, su propio registro de Pokémon, hasta tienen distintos sistemas de escritura. Las personas de Johto están a punto de comenzar una guerra civil.
En ese momento se escuchó un gran estruendo afuera de la universidad mientras un grupo de soldados hoplitas entraban corriendo en el aula, seguido de ellos entraba un hombre con una túnica blanca y una corona de laurel en su cabeza, estaba acompañado por dos Houndoom. ¡Era el senador Impervious!
-Veo que lo hemos pillado infraganti ¿No profesor?
Pythámora calló mientras miraba sus pies.
-Buen trabajo chico -le dijo el Senador dirgiéndose al chico- Toma un Bidoof.
-¡Si! -dijo el estudiante tomando el Pokémon con su respectiva bola- ¡Un Pokémon para mi solito!
-¿Cambiaste tu estrategia? -preguntó Pythámora irónicamente- ¿Ahora sobornas jóvenes con Pokémon que no sirven para nada?
-Ya sabes viejo amigo -respondió el senador- El fin justifica los medios, pero esta vez no podrá salvarte tu viejo amigo el senador Impervious -dijo señalándose y luego haciendo un gesto de soberbia. He concedido el permiso del emperador para ejecutarte yo mismo, y créeme que lo disfrutaré completamente.
-¿Por lo menos tendré un juicio? -preguntó el sabio- ¿O el imperio ha caído ya tan bajo como para infringir sus propias leyes?
-¡Por su puesto! -respondió el senador sonriente- ¿crees que somos bárbaros?, yo seré tu propio juez, tendrás un juicio, verdugo y un bonito funeral. Ahora acompáñanos a la cárcel, a menos que seas capaz de enfrentar a toda la guardia imperial con solo un Dragonite.
A Pythámora no le causó ni pizca de gracia y simplemente miraba con rencor aquella civilización decadente. Por lo menos, en 200 años ya no quedarían vestigios y el imperio desaparecería.
Cuando se encontró solo en su celda se recostó en la cama de piedra e intentó dormir. Sin embargo su mente no se encontraba allí.
Todo era blanco y dos Pokémon lo observaban fijamente, Pythámora quedó pasmado.
-¡Por Arceus! -exclamó- ¡Pero si son Darkrai y Cresselia!
-Generalmente estaría aquí para causar pesadillas -dijo Darkrai- pero esta vez Arceus te necesita y por medio de nuestro poder de alterar las emociones tendrás una entrevista con él.
-¿Iré al monte Lymbus? -preguntó entusiasmado- Creía que el Nesopel estaba prohibido.
-No, esta es una visión -dijo Cresselia- Arceus te hablará por medio de este sueño.
En ese momento todo se nubló y Pythámora flotaba sobre el océano, ni Darkrai ni Cresselia se encontraban, pero no estaba solo, a su lado se encontraba el gran Arceus ¡el Pokémon Alfa!
-También se que el imperio caerá -exclamó simplemente el Pokémon- Esta es el continente prohibido. ¡Y permitiré que el hombre lo pise!, reúne a tus mejores hombres y funda allí una civilización científica y artística que sea la insignia de los otros continentes.
Luego la visión se disolvió y Pythámora despertó. Por un momento meditó lo que acababa de ver y reflexionó. Luego sonrío, sabía exactamente lo que tenía que decir en su juicio.
Había pasado mucho tiempo y Glamio se hacía cada vez más fuerte, sobrevivir en el Mundo Distorsión era algo que escaparía de cualquier Pokémon, pero no de Glamio. Había analizado con cuidado sus fracasos y éxitos, sabía que la extinción final debería estar llena de miedo, pánico y caos.
Repitiéndose esto en su mente canalizó una gran esfera de energía y de ella salieron tres dragones imponentes. Los necro y sus evoluciones asustados huyeron y se escondieron tras las paredes.
-¡Deimos!, ¡Phobos! y ¡Chaos! -gritó Glamio- ¡Los tres dragones del apocalipsis!
-¡Dei! ¡Pho! ¡Cha! -gritaron los tres Pokémon mientras rodeaban a Glamio.
Su siguiente plan consistía en escapar de aquel retorcido mundo que por varios siglos había sido su prisión. ¡Arceus tendría su castigo! ¡Y junto a él el mundo entero!
-Señor Pythámora -gritó Impervious en el juicio- Se le acusa de blasfemia, calumnia, traición, conspiración y de atentar contra la voluntad del Emperador y del gran Arceus. ¿Cómo se declara?
Pythámora con toda la calma que podía tener con su vida pendiendo de un hilo respondió.
-Solo me he dedicado a realizar observaciones de la civilización, ¿Acaso no ve que Hoenn ya se ha independizado del imperio y ha comenzado con el "regionalismo", u olvida también las fuerzas separatistas de Johto. Si se me acusa de decir la verdad que así sea. Pero quiero saber porque dice usted que voy en contra de la voluntad de Arceus.
El senador calló por un momento y respondió.
-Es bien sabido que la voluntad del emperador es la voluntad de Arceus, por eso toda traición contra el imperio debe ser purificada, además...
-Propongo una solución más razonable -interrumpió Pythámora mientras se decía mentalmente, ¡Es ahora o nunca!- me gustaría que mi muerte sea en exilio en la península del Nesopel, yo mismo escalaré el Monte Lymbus, y si es cierto que la voluntad del imperio es la de Arceus, entonces moriré en sus garras victima de la peor tortura. ¿O me equivoco? Además me marcharé con toda mi gente, maestros, artistas y jóvenes entusiastas. Toda la basura del imperio o por lo menos de la península de Toliana.
El senador lo meditó por un tiempo y luego lanzó su sentencia -¡Por Dialga y por Palkia! ¡Qué así sea! Seréis exiliados y abandonados en el estrecho de Tambul. ¡Tenéis un mes para prepararse! buena suerte.
Un exilio comenzaba y otro terminaba.
En el Mundo Distorsión Glamio se encontraba reunido junto a su trío legendario.
-Debemos buscar a Giratina y arrinconarlo -dijo Glamio- debe existir algún método para escapar de aquí.
-Necro, Necro -dijo un Necro que pasaba por allí.
-¡Mis Necros, Necrops y Necrodays! -gritó Glamio- Busquen a Giratina, no permitan que los detecten y cuando lo encuentren regresen aquí.
La gran manada de pequeños Pokémon salieron disparados hacia los laberintos del casi infinito Mundo Distorsión en busca de su guardián y cancerbero, Giratina.
La península del Nesopel era prospera, la fundación del sabio Pythámora había logrado encajar. Con paso de los siglos el pueblo de Artrópolis, al lado del monte Lymbus, se había convertido en una ciudad y varias poblaciones iban surgiendo por todo el continente. Johto y Kanto se habían separado de el imperio que ocupaba ya tan solo dos continentes.
La llegada de nuevas ideas vanguardistas habían generado avances científicos por todo el mundo y el continente que abarcaba tanto la península de Toliana y Nesopel se había convertido en un gran semillero de ciencia y artes.
Arceus se sentía orgulloso, por fin prosperaba su región soñada, todo había sido acorde con el plan desde que había sobrevolado la Grecia del antiguo planeta tierra. Sin embargo sus planes no eran tan perfectos como él pensaba.
Darkrai sentía envidia, ¿Por qué si el también había sido creado desde el origen de todo, Arceus no lo tenía en cuenta para nada? Se desquitaba provocando pesadillas en los humanos, pero Cresselia últimamente se lo impedía. Quería hacer algo, algo diferente, y en ese momento ese algo pasó por su mente. ¡Cuando había volado sobre la antigua tierra había copiado las emociones causantes del mayor conflicto de aquella humanidad. ¡Eso era! La región que Arceus tanto amaba sería corrompida con los sentimientos de destrucción de la Segunda guerra mundial.
Sonriendo por dentro se pasó por el durmiente continente y en algunos habitantes sombró aquellos sentimientos. Darkrai sabía que tardaría muchos años para que germinaran, pero cuando lo hicieran Arceus se molestaría, y eso lo hacía feliz.
Sin embargo, Arceus comenzó a notar esta extraña corrupción en el continente. Y con un gesto desaprobatorio abandonó la región a su suerte y se mudó al Monte Corona de Sinnoh donde se cultivarían la mayoría de las leyendas que giran en torno a él.
Glamio descansaba con la paciencia que había adquirido todos esos años, la esperanza de su pronto escape lo llenaba de emoción. ¡Y lo sintió mucho más cuando notó que lo despertaban.
-¡Dragón de la discordia! -gritó un Necro- ¡Hemos encontrado a Giratina![/SPOILER]
[/SPOILER]
--------------------------------------------------------------------
¿Qué ocurrirá con el destino de Cydonia y el mundo? ¡Descubrelo jugando Pokémon Apocalipsis!... Muy pronto aquí en WAH
¿Te gusta Pokémon Apocalipsis? ¿Quieres apoyar este proyecto? ¡Pega esto en tu firma!
Att: Juanjo