Glamio entró a un Monte Lymbus completamente desfigurado y buscó en su interior. ¡Arceus no estaba! pero ya no importaba, pronto aparecería así que comenzó a sobrevolar la región.
Mientras volaba pensaba en que tanto había cambiado todo y como se parecía a la civilización del mundo anterior.
Di'Navio lo observaba desde su casa, enigmático, cuando un ruido le hizo desviar su vista.
-¡Un Pokémon está atacando la ciudad! -gritó la esposa de Di'Navio mientras entraba corriendo a la casa.
-Helen -le respondió Di'Navio- mantén la calma amor, mira por la ventana. ¿No se te hace algo familiar?
Helen un poco más calmada volteo su mirada y vio a Tíndaro, se ruborizó un poco por su entrada y tomó asiento, observó al dragón desde la ventana y se sobresaltó.
-No me suena -dijo Helen- ¿Qué supones amor? -le preguntó a Di'Navio.
-Recuerda la leyenda, del enemigo de Arceus, la Bestia de la discordia, que aparece en algunos cuentos. Al igual de la del mundo-anterior-a-este, son solo rumores que aveces salen, pero esta vez seguro de que son reales -y en ese momento sacó el extraño libro.
-¿Y ese libro? -preguntó.
-Lo encontré hace unos años en el Monte Lymbus y lo he estado descifrando, su escritura es algo parecida a la nuestra, tiene fotos de planetas, ¡Planetas de otro universo Helen!, este libro es un libro alienígena.
En ese momento mientras pasaba hoja por hoja una página le llamó la atención.
-¡Pero si es un monte con forma de cara humana! -exclamó casi cayéndose de su silla.
-En el texto dice -prosiguió Di'Navio- "CYDONIA", y su traducción en nuestro alfabeto sería "ΚΥΔΩΝΊΑ", es una región de un planeta de otro universo llamado Marte.
Los ojos de Di'Navio se iluminaron.
-¡Eso es! -gritó- ¡Ya tenemos un nombre!, Región de Cydonia.
Y celebrarían aquello si no fuera por un horrible terremoto que azotó Artrópolis.
Tíndaro, Di'Navio y Helen salieron despavoridos de la casa y llegaron a la calle. Afuera la ciudad estaba sumida en el caos, las personas corrían y luego escucharon un gran estruendo que llenó el horizonte.
-Soy Glamio -gritó la criatura- ¡La bestia de la discordia!.
Glamio comenzó a sobrevolar la población, los soldados que antes estaban peleando en la guerra confundidos apuntaron sus rifles y ametralladoras contra él, pero ya era tarde ¡El Apocalipsis había comenzado!
-¡Helen! -gritó Di'Navio- ¡Huye!, vete lejos aprovecha estos momentos de distracción y escapa.
Helen asintió y luego de un beso apasionado de su esposo huyó colina abajo.
La bestia había bajado a la plaza, y las personas se arrodillaban y se tapaban para evitando lo peor. A Glamio le encantaba jugar con el miedo e hizo lo suficiente para aumentar aquel tiempo.
Pero no duró para siempre, un Pokémon blanco había llegado, justo para propinarle un golpe a Glamio y mandarlo a volar fuera de la ciudad.
-¡Mirad al cielo! -gritó Tíndaro- ¡Es Arceus!
Arceus se acercó flotante hacia donde se encontraba Glamio.
-Hola Arceus, viejo amigo -gritó Glamio -¿Te recuerda esto la última vez que nos vimos? ¡Si, antes eran todos contra mi! ¡Y ahora no estoy solo!
Un ejército de Necros bajaba del cielo y se posaba en el Monte Lymbus, y junto a ellos 3 Dragones.
-Permíteme presentarte a Deimos, Phobos y Chaos, mis nuevas creaciones. -prosiguió Glamio.
Arceus gruñó y de un saltó se incorporó y voló hacia el mar.
-¡Tras él! -gritó Glamio.
En su vuelo Arceus llamaba a cada Pokémon legendario que se encontrase cerca, el sólo no podría contra 4 Pokémon tan poderosos.
-¡Sentencia! -lanzó Arceus mientras intentaba mantener la pelea.
-¡Poder Pasado! -gritaron los tres dragones contra Arceus.
-¡Hiperrayo -gritaba tratando de derribarlos, no podría mantenerlos por mucho tiempo.
El mar comenzó a encrisparse y Kyogre salió rodeado de las criaturas marinas, del cielo llegaron Lugia y Ho-oh, seguidos de sus aves y perros, llegaron también los regis, y todo legendario que se encontrara cerca.
-Ahora son 16 contra 4 -rió Glamio- ¡Y ninguno de ustedes es adversario para nosotros!
Los tres dragones se alinearon e hicieron un potente rayo.
-¡Rayo de la muerte! -gritaron los 3 mientras de ellos salía un gran rayo que impactó en Glamio.
-¡Todo el poder ha sido canalizado en mi! -gritó Glamio.
-¡Ragnarok! -gritó- y uno a uno fueron cayendo todos.
Se encontraban 14 Pokémon tendidos, solamente dos mantenían la pelea aún. ¡Rayquaza y Arceus!
-¡Sentencia! -gritó Arceus casi inconsciente.
-¡Hiperrayo! -Lanzó Rayquaza.
El Hiperrayo de Rayquaza golpeó a Phobos mientras que el ataque de Arceus golpeaba iba golpeando al trío.
Rayquaza atacó de nuevo.
Deimos y Phobos atacaron pero Arceus los esquivó, Chaos atacó a Rayquaza y lo dejo extremadamente débil.
-¡Enfado! -gritó Rayquaza y de uno a uno Chaos, Phobos y Deimos cayeron.
Rayquaza temblaba, había dado toda su fuerza en combate y aún no lograba vencer, eso hizo que Glamio se acercara.
-¡Poder Oculto! -lanzó Glamio y Rayquaza cayó.
Luego se dirigió a Arceus.
-¡Ragnarok!
Arceus había también caído y Glamio había ganado. ¡El mundo era de él!
Aunque le extraba que Mew no hubiera ido a socorrer a Arceus, Glamio simplemente encerró a todos los caídos. Luego habría tiempo de destruir todo, por lo pronto necesitaba descansar.
El mundo, aunque colapsado intentaba seguir adelante, la ausencia de Pokémon que regularan las estaciones, elementos, erupciones y demás generaba desastres por todos lados.
Di'Navio había viajado a Kanto e inscrito la "Región de Cydonia" y a su regreso fue recibido como un héroe. Todo el tiempo había estado anotando sobre lo que ocurría a su alrededor; de como lograba sobrevivir aquel mundo con su extinción pendiendo de un hilo. Como a casi todos le preocupaba el día que Glamio decidiera poner fin a todo, y por la cabeza de Di'Navio varios planes comenzaron a maquinarse, ¡Debía detener a Glamio!
Diederich Dönitz era el líder del ejercito Nazi, su guerra y sus planes se habían hecho trizas con la llegada de Glamio, pero no le importaba, ¡Tenía el mundo justo donde quería! Con tan solo mover algunas fichas tendría el dominio de la región en sus manos, no le importaba que fuera destruida después de todo. ¡Sólo quería llegar al poder!
Mientras tanto, el general Lugg reunía sus tropas, aunque su ejército era menor que le Nazi con la estrategia apropiada podía vencer. ¡A día siguiente en la noche se haría toque de queda y se lanzaría el "Plan Victoria", que le daría el dominio de la región al ELR. Glamio podría ser luego derribado de un cañonazo y luego serían los héroes de Cydonia. ¡No había que dejar que un Apocalipsis se interpusiera en su victoria!
Era la noche del toque y el ELR se había tomado Artrópolis, cualquier persona que encontraban en la calle era fusilada de inmediato, no podían tolerar que los Nazis se les adelantaran. Aún así una sombra se movía en la oscuridad y sigilosamente tocó las puertas del Gimnasio.
-¿Di'Navio? -eres tú-preguntó Tíndaro con un susurro.
-Ábreme rápido que me van a ver -susurró Di'Navio un poco asustado.
Tíndaro abrió la puerta y haciendo el menor ruido posible dejó entrar a Di'Navio.
-Recibí tu carta -dijo Tíndaro recibiendo el abrigo de Di'Navio y colgándolo en el perchero- ¿Qué ocurre?
-El ejercito Nazi me busca -dijo Di'Navio un preocupado.
-¿Cómo? -preguntó Tíndaro.
-Hace una días el general Dönitz me envió una carta proponiéndome como alcalde de la región.
-¿Tú? -preguntó Tíndaro- ¿Alcalde?
-Ahora soy una especie de celebridad de la región. -dijo Di'Navio.
-¡Pero si eres el más grande pintor, el último genio universal! -aseguró Tíndaro.
-Pero mi actual fama ya no se debe a mi genialidad, ahora es política. -Di'Navio continuó- Fui el hombre que unificó el continente bajo una región del mismo nombre. Obviamente respondí la carta con mi negativa.
-Bien hecho -dijo Tíndaro.
-Pero esta mañana me llegó una sentencia del ejercito Nazi por traición a la región -Di'Navio tragó saliva, me quieren fuera de su camino.
-Por lo menos en Artrópolis estás a salvo -dijo Tíndaro- las tropas del general Lugg están por todas partes.
-Tal vez no dure para siempre -dijo Di'Navio- Ciudad Tamara es en mayoría Nazi, y su ejército es superior al del ELR. Sólo es cuestión de tiempo antes de que Cydonia se cobije bajo su xenofóbica bandera.
-Si el mundo no explota antes -dijo Tíndaro intentado hacer graciosa la conversación, pero luego cayó en cuenta que no era el momento adecuado.
-No lo creo -dijo Di'Navio sonriente.
-¿Por qué lo dices? -preguntó Tíndaro.
-¡Por que sé como derrotar a Glamio!
La oscura calle estaba desierta, y así lo prefería que fuera los soldados del ELR que patrullaban el sector. En breve llegaría la hora de comenzar el "Plan Victoria" y aplastar el ejército Nazi de una buena vez por todas.
Un soldado se acercó al gimnasio de Artrópolis.
-Tock, tock, tock - sonó la puerta.
-¿Hay alguien ahí? -preguntó Tíndaro mientras le hacía señas a Di'Navio para que se ocultara.
-Somos del ELR -gritó el soldado desde el otro lado de la puerta -venimos a hacerle una oferta al señor Miracloff Tíndaro.
-¿Una oferta? -preguntó Tíndaro confundido.
-Así es -respondió el soldado- hemos estado pasando por todos los gimnasios de la Región ofreciéndoles a los líderes la oportunidad de ser capitanes si se unen a nuestro ejercito. Convirtiendo el gimnasio en una base, y las medallas dejarlas para el entrenamiento de sus futuros soldados. Ustedes serán recompensados con dinero en efectivo, un alto cargo militar y una pensión. ¿Que opina?
-¡Opino que debería darles vergüenza! -gritó Tíndaro- ¡El noble arte de ser líder de gimnasio es un trabajo legendario. ¿Cómo se les ocurre pensar que voy a quitarme de encima toda la tradición para unirme a una absurda guerra sin sentido?
-El equipo Nazi tiene la victoria y...
-Me importa un cuerno el partido Nazi -gritó Tíndaro bastante alterado- ¡Este gimnasio perteneció a mi padre y lo heredará mi hijo! Ni él ni los que sigan lo permitirían. ¡Me niego a sufrir más este atropello criminal!
-Señor -dijo el soldado- cálmese, era solo una oferta.
-¡Ectoplasma! -gritaba Tíndaro- ¡Perro de Mar! , ¡Caterpie sin ojos!, ¡Especie de Logaritmo!...
Di'Navio le hizo una mueca a Tíndaro quien se calmó.
-Esa es mi decisión -suspiró Tíndaro.
-Aunque su ayuda nos es de invaluable precio, por políticas del partido debemos respetar su opinión. Solo le decimos que en caso de que ganen los Nazis se acordará de nosotros -dijo el soldado indignado mientras se iba.
Por un tiempo hubo silencio que luego fue roto por Di'Navio.
-Ahora si -dijo Di'Navio- Este es el plan -dijo mientras le pasaba una libreta con sus apuntes.
Tíndaro lo leyó y quedó pasmado.
-¡Es magnífico! -fue lo único que pudo agregar.
-He dedicado todo este tiempo a investigar sobre Glamio.
Tíndaro pensó un poco.
-Igual podemos dejar eso como plan B -dijo Tíndaro.
-¿Qué? -preguntó Di'Navio.
-Tu plan me acaba de dar una idea -exclamó Tíndaro mientras bajaba al sótano y volvía a subir con un cofre.
-¿Qué es eso? -preguntó Di'Navio.
-Es el objeto más extraño y al mismo tiempo está bajo investigación. Mi padre era amigo del señor Silph, juntos desarrollaron una Pokéball que nunca fallaría. Como esta solo hay dos en el mundo, la otra se encuentra en Kanto donde se está intentando producir más.
-Entonces -preguntó Di'Navio poco optimista- ¿planeas capturar a Glamio con eso?
-Actualmente duerme en el Monte Lymbus -dijo Tíndaro- puedo acercarme por su espalda y lanzarsela. ¡Luego la arrojaremos al mar!
-Me parece un plan bastante arriesgado -dijo Di'Navio- volvamos al mio.
-En caso de que falle este plan tu plan B triunfará seguro -afirmó Tíndaro.
Di'Navio sonrió y anotó en su libreta "Si vas a tener un plan, mejor intenta que sean dos".
El monte Lymbus descansaba con la más profunda quietud. Los pasos de Tíndaron intentaban confundirse con los aleteos de los Zubats que surcaban la cueva.
Poco a poco fue escalando la montaña, ya sabía el camino, lo había recorrido muchas veces con Di'Navio. ¡Pero nunca sabiendo lo que se encontraría allí!.
Avanzó y su sangre se comenzó a helar, poco a poco su respiración se hizo más rápida. ¡Faltaba poco!
Entro en la otra gruta y lo vio. Glamio dormitaba placidamente en la cueva. ¡Lo había logrado!, con el mayor de los silencios sacó la MasterBall y cuando estaba a punto de lanzarla escuchó un chillido.
-Necro, necro -gritó un necro que había detectado la presencia de aquel humano intruso.
Tíndaro quedó paralizado, sus nervios no lo dejaban mover y su corazón le dio un vuelco cuando observó fijamente unos ojos rojos que lo miraban fijamente.
-¿Y creías que con eso me podías detener? -dijo Glamio-¡Ragnarok!
De Tíndaro solo quedaron los huesos.
Mew se encontraba decepcionado, se arrepentía de haber entablado amistad con aquella abominable bestia. Y estaba en sus manos corregir su error.
Flotando llegó a la isla de Minok, al sur de Cydonia, donde habitaban dos criaturas. Thalos, el robot que bordeaba la isla y alejaba los barcos que se acercaran y Minos que habitaba el centro de la isla e impedía su salida. Ambos eran los guardianes de Cydonia y habían sido creados por Arceus hacía muchísimo tiempo para proteger la región.
Con el despertar de Glamio había comenzado la destrucción. Di'Navio había encontrado los huesos de su amigo luego de ver a Glamio sobrevolar la zona, había rescatado sus restos y anotado muchas cosas interesantes sobre él y lo que encontró en el monte. Sin embargo a la salida de la cueva el equipo Nazi lo esperaba con una gran escolta y fue llevado como traidor a un campo de concentración. El pueblo Cydoniano reclamaba que fuera puesto en libertad, resaltando que era un sabio y un gran pintor.
-¡Cydonia no necesita sabios! -fue la sentencia pronunciada por el equipo Nazi al responder negativamente a aquellas solicitudes.
En su prisión en el campo de concentración fue donde Di'Navio más escribió sobre Glamio y sobre el mundo Apocaliptico.
Glamio se encontraba a punto de destruir la Ciudad Tamara cuando escuchó una voz familiar.
-¿Mew? -preguntó sorprendido.
-Lo siento Glamio -dijo Mew- pero me temo que cometí un error al salvarte aquella vez de las garras de Arceus.
-¿Qué? -preguntó Glamio -¿Fuiste tú quien me dejó el espacio?
-Así es -respondió Mew tristemente- yo creía en ti, pero mira todo lo que hay a tu alrededor. ¡Debo remediarlo! -gritó mientras dos gigantes aparecían al lado suyo.
-¡Minos!, ¡Thalos! -dijo Mew- ¡Ataquen!
Los dos colosos se arremetieron contra el trío de dragones que cayeron debilitados misteriosamente. Los titanes los arrastraron y enterraron diseminados por la región, para que no pudieran escapar.
Al mismo tiempo que Mew desafiaba a Glamio.
-¡Ragnarok! -lanzó Glamio contra Mew- sin embargo Mew se transformó en un Beedril y lo esquivó, luego subió volando y volvió a su forma.
Mew estiro su mano y tragó saliva. ¡Era su oportunidad! ¡Tenía una oportunidad entre 559!. Finalmente decidió jugarla.
-¡Metrónomo! -lanzó Mew.
Su mano se volvió brillante y un poder comenzó a recorrerlo sonrió para sus adentros.
-¡Ragnarok!
Glamio cayó debilitado.
Mew despertó a los otros legendarios que poco a poco estabilizaron el mundo de nuevo. Glamio fue encerrado en el Monte Lymbus y dejando incierta la ubicación de su trío de dragones.
En Cydonia la guerra continuó por varios años hasta que los ejércitos se hicieron más pequeños.
Por algunos años no se supo nada de Di'Navio hasta que los Nazis le llevaron a su esposa algunos de sus apuntes junto a sus gafas ensangrentadas. Muchos de los escritos de Di'Navio se perdieron para siempre aunque su legado permanece vivo en toda la región...
¡FIN!
EPÍLOGO
Han pasado 150 años después de Di'Navio y Cydonia es una hermosa región próspera, donde aveces ocurren temblores provocados por Glamio al intentar despertar.
Karl Dönitz, el actual líder Nazi ha comenzado un plan para liberar a Glamio e intentar dominar la región, cuando Glamio despierte empezará el Apocalipsis...
"Cydonia una región Misteriosa, Donde un Pokémon Aguarda, Donde todo puede suceder"
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¿Qué ocurrirá con Cydonia? ¡Depende de ti saberlo! -Pokémon Edición Apocalipsis - Pronto...