Los capturados
Capítulo 26/?
Historia:
-Sigo sin comprender cómo demonios llegué a la nieve.
-Yo recuerdo haberme ahogado en la laguna y desperté en una caverna, también en la nieve.
-Yo… no tengo nada extraño que contar.
-¡11!
-Shima, alguien te llama.- dije poniéndome en pie.
-Sí me percaté de eso.- dijo ella en estado de alerta.
Todos hicimos silencio esperando que quienquiera que hubiere gritado lo volviera a hacer. Lo único visible a la redonda eran manzanos y pinos, hojarasca, frutas caídas y ramas a forma de obstáculo. No se oían las aves, ni los grillos o las cigarras que acostumbrábamos oír en las rutinas del bosque. El lugar entero se había sumido en un absoluto silencio, dándole paso a los ensordecedores estallidos de las bombas aliadas y enemigas.
Los sonidos de las peleas se oían a lo lejos. De rato en rato se sentía un temblor seguido de cerca de una abrumadora explosión. Pero el llamado no regresaba.
Guardamos silencio, alertas a cualquier insecto que se moviese. Pasaron dos y luego tres minutos, pero no se repitió el sonido.
-¿Qué pudo haber sido?- dijo Phoebe rompiendo el silencio con un susurro.
-¿Alguno de nuestros compañeros?- dije.
-Shh, puedo oírlo- dijo Shima.
Eso era muy probable, la pequeña había demostrado tener el sentido del oído muy desarrollado por encima de todos los demás.
-¡¡11!!
Lo que sea que fuere, se estaba acercando.
-¡11! ¡Soy yo, 07! ¡¿Dónde estás?!
-¡Es 07! –dije emocionado, era uno de mis mejores amigos.
-¡Aquí estoy! –gritó Shima.
Pasó un minuto de espera. 07 debía estar aún vendado de ojos, o bastante herido. Y según lo que dijo Shima, era a él a quien le había dado la bala.
Apareció de entre los arbustos, y en muy mal estado.
-¡07!
Phoebe y Shima corrieron a ayudar a su compañero a sentarse dentro de la ronda.
07 se encontraba muy mal. Aparentemente había conseguido detener el sangrado de la herida que causó la bala, tenía todo ese brazo cubierto por la venda “provisional” hecha por Shima y 14. Una de sus piernas tenía una herida por la cual asomaba parte del hueso, todo el pantalón empapado de sangre y parte de la camisa también. Uno de los lados de dicha prenda ya no existía, había sido arrancado, y era del mismo lado en el que estaba el brazo herido de bala. Tenía una venda en la cabeza puesta de tal forma, que no se veía su ojo derecho. La zona de la frente que cubría la venda estaba malgastada y teñida de rojo. Sus cabellos color blanco casi crema estaban despeinados y teñidos de rojo al igual que la venda.
A pesar de todo eso, aquellos ojos color zafiro brillaban al reconocer a sus compañeros sanos y a salvo. La sonrisa que nos dedicaba todas las mañanas volvió a aparecer en su rostro. Yo siempre había admirado a 07, podía hacer el papel de padre protector si los demás estaban deprimidos, aún si él estaba peor que ellos… y teniendo sólo catorce años. Había madurado bastante joven.
-Oh, vaya 07, ¿qué te pasó?- dijo Phoebe observando el hueso de su compañero.
-Es una larga historia- dijo sonriendo dulcemente.
Phoebe había regresado a sentarse frente a 07. Shima estaba revisando que no tuviera otra cosa fuera de lugar. Todos estábamos en una ronda, rodeando las mochilas.
Abrí la que había estado cargando y saqué una manzana, luego la partí en dos y le dí una mitad a 07 y la otra a Phoebe, puesto que no había comido nada.
-Gracias.
-No hay por qué, debes tener hambre.
-Por cierto, ¿cuál es tu verdadero nombre?- dijo Shima.
-Galonck, Bill Galonck- dijo el de pelo crema- ¿Y tú?
-¿No hacen una bonita pareja?- me susurró Phoebe al oído.
-Yo soy Shima VonDakre.- dijo la pequeña muy alegre.
-Phoebe, ¿aún en medio de una guerra se te ocurre pensar en eso?- le devolví el susurro.
-¿Y tú, 05?- me preguntó Bill.
-Yo soy Athen Siphikke.
-¡Oh, vamos! Admite que son adorables.- insistió Phoebe susurrando cerca de mí.
-Así que Athen…- dijo Bill, quien parecía no percatarse del hecho de tener un hueso visible- ¿Y qué hay de ti, 02?
-Ah, yo soy Phoebe Cattlinn.
-Bueno, sí.- le susurré al oído- De acuerdo, se ven adorables, pero no es el mejor momento para eso.
-Ya, como quieras.- susurró entrando a su estado de pucheros.
-Oh, si tan sólo tuviera la riñonera podría hacer algo al respecto.- dijo Shima mirando con asco el hueso visible de Bill.
-Hablando de eso,- dijo el herido descolgando una gran mochila. La abrió y extrajo de ella una mochila más pequeña.- logré tomarla a escondidas antes que nos ataran y nos abandonaran en el bosque.- le dedicó una sonrisa a Shima.
-Como se esperaba de Bill.- dijo Phoebe, al parecer satisfecha- Shima, dime que puedes ocultar ese hueso de nuevo.
-Eso espero.
La pequeña se acercó a su ahora recobrada riñonera y buscó dentro el botiquín. Sus largos y lacios cabellos blancos se escurrían dentro del equipaje, dificultando la visión.
Le pedí a Phoebe mi mochila y saqué de ella una de las ligas para el pelo de los bolsillos laterales.
-Gracias.- dijo Shima al recibir la liga.
En un rápido movimiento, Bill se situó detrás de ella, le quitó la liga de las manos y se dispuso a atarle el cabello.
-Gracias, Bill.
-De nada.- decía él mientras peinaba el cabello de la pequeña con sus dedos.
Para cuando el botiquín fue hallado en lo profundo de la riñonera, Bill ya había terminado con su obra maestra.
Phoebe sacó un espejo de quien sabe donde y lo puso frente a Shima.
Las mejillas de la pequeña enrojecieron.
-Con una simple coleta bastaba.- dijo aún sin reconocerse- Pero gracias.
Bill se limitó a sonreír.
Phoebe me pidió que la ayudara a organizar las cosas, mientras Shima lavaba, limpiaba y vendaba las heridas de su compañero.
La idea de Phoebe consistía en que no nos separásemos, que a partir de ese momento éramos un equipo y nos íbamos a cuidar entre nosotros.
Recargó las pistolas y los silenciadores, y los repartió entre los cuatro miembros del grupo.
-¡Bien, a partir de ahora somos la “Brigada de Rescate”!- dijo la oji azul alegremente.
-¿Cuándo acordamos tener un nombre?- repliqué.
-¡Y los cargos ya están decididos!- dijo ella ignorando maravillosamente mi réplica y pasando a tomar el liderazgo del grupo.
-¿En serio?- dijo Shima emocionada.
-¡Sip! Ahora, escúchenme atentamente.- dijo Phoebe- ¡Athen!- me apuntó con su dedo índice- Tú te encargarás de los ataques directos.
-Como sea.- no era un cargo tan malo.
-¡Bill!- ahora apuntó al de ojos zafiro- Tú te encargarás de los ataques a larga distancia.
-Bien.- dijo de manera sumisa.
-¡Shima!- ahora apuntó a la pequeña- Tú serás la médica.
-De acuerdo.- aceptó alegremente.
-Y yo seré la comandante.
Era de esperarse.
Nuevo cap :'DD