Titulo: Las cronicas de Thomas Saud
Autor: Mariofan/jorge n.n
Capitulos:
-1 El caso de la cruz
Persona Gramatical: Tercera persona
Bueno aqui esta:
Las crónicas de Thomas Saud
1
Sangre a los pies de dios
—Pase señor Saud, no sea tímido—Declaro la fiel monja al abrir las puertas de la iglesia.
—Será un gusto, señora Méndez—Dijo el destacado detective privado, mientras accedía al interior de aquel establecimiento religioso.
—Créame señor Saud, retrasar la autopsia del padre Pablo a sido todo un infierno…
—No lo entiendo, la auptosia me ahorraría mucho trabajo…
—Vamos señor Saud, usted sabe que con la situación actual que atraviesa el país, no se puede confiar en la policía.
El detective dio una pequeña carcajada, para luego exclamar:
—¿Sabe?, me recuerda mucho a un viejo amigo.
—¿Si? —Respondió curiosa.
—Claro, lastima que fue asesinado hace ya 10 largos años…
Ambos hicieron un breve silencio hasta llegar a la tarima donde se encontraban los instrumentos musicales utilizados para las alabanzas, en la cual se hallaba el cadáver del padre Pablo.
Thomas Saud se acerco para examinarlo visualmente e inmediatamente sintió un fétido olor. Al cabo de unos minutos, tomo su teléfono móvil para hacer una llamada.
—¿Si diga? —Respondió una voz al otro lado de la línea.
—Patrick, necesito que te dirijas a la iglesia de santo padrón ahora mismo, tengo entre mis manos un caso interesante que merece ser discutido entre profesionales.
—Entiendo Thomas, solo procura cubrirte bien la cabeza, o sentirás un extremo dolor, pero bueno, ya salgo para allá—Y con eso la llamada termino.
Thomas puso sus manos sobre su cabeza en sinónimo de protección, mientras explicaba sus apresuradas conclusiones.
—Bueno, según veo aquí, el Padre fue golpeado con algún objeto de vidrio, esto puedo concluirlo al ver los trozos de vidrio en la cabeza del cadáver—Dijo señalando el ensangrentado cráneo del Padre—Además—Continuo—Parece haber recibido varias puñaladas que no puedo identificar si son PRE o post-morten.
—Entiendo—Dijo la señora Méndez, muy consternada por aquella información.
—Esto amerita una investigación un poco mas…—No pudo terminar, Thomas se resbalo y se callo de la tarima, dándose un fuerte golpe, que de no ser por sus manos, podría haberle causado heridas graves.
—Baya…—Exclamo con respiración profunda—Patrick tenia razón, de nuevo.
—¡Señor Saud!, ¿Se encuentra bien?.
—Si claro, solo me lastime un poco las manos pero estoy bien.
Hablaron por unos segundos sobre la iglesia hasta que la delgada figura de Patrick Ferrer apareció entre las puertas principales.
—Oye, ¿Por qué no podías simplemente decirme que me caería en lugar de jugármela de esa forma? —Le pregunto Thomas mientras le daba la mano.
—Venga Thomas, no te pongas como Mario, o terminaras amargado de por vida—Le respondió.
—Señor Ferrer, es un placer conocer a uno de los principales detectives del señor Saud—Le dijo la señora Méndez con admiración.
—No es para tanto señora, solo soy uno de los peones que Thomas utiliza en su juego contra el crimen—Le dijo mientras la luz que se filtraba desde el techo se reflejaba en sus anteojos.
—Patrick ya deja de liármela y revisa este cadáver—Lo condujo hasta la tarima.
Patrick reviso pensativamente el cadáver, revisando cada rincón de aquella funesta escena hasta llegar a una conclusión.
—Golpeado y puñalada, eso es indiscutible.
—Exacto, el problema es si se necesita un interrogatorio para esto.
—Bueno, Thomas, tu eres el experto pulverizando testigos en los interrogatorios, sin embargo, creo que es discutible el interrogar a la monja.
—¿Disculpen?, ¿Me nombraron? —Dijo la señora Méndez mientras subía a la tarima.
—Si señora, específicamente quería hacerle unas cuantas preguntas—Exclamo Thomas con una expresión interrogativa.
Interrogatorio
Detective: Thomas Saud
Testigo: Sara Méndez
—Muy bien señora Mendez, ¿puedo preguntarle cuando cree usted que se ejecuto este asesinato?
—Bueno, la verdad es que ayer por la tarde, mas o menos a las 5:00 P.M, deje al padre Pablo solo aquí en la iglesia, mientras me dirigía hacia la casa de una amiga, cuando llegue a las 11:15 mas o menos, me encontré con su cadáver, así que supongo que el asesinato se llevo a cabo entre ese intervalo de tiempo.
—¡Un momento señora Méndez!, ¿puede oler ese repulsivo olor?.
—Si por supuesto señor Saud, pero, ¿Qué tiene de importante según usted?
—Lo importante, es que usted a dicho que el cadáver solo lleva unas horas de muerto, ¡Sin embargo! —Comenzó a enseriar su mirada—¡Este olor fétido es sinónimo de que el padre Pedro lleva muerto ya varios días!
—¿Qué..Queeee? —Dijo Méndez mientras su cara se llenaba de tensión.
—Je, je, ese es el Thomas que conozco, ¡destrozando testimonios en un segundo! —Exclamo Patrick con satisfacción al ver como Thomas la presionaba.
—Muy bien, señora Méndez, explíqueme esta inminente contradicción—Le dijo con una seria y amenazante expresión.
La monja comenzó a sudar, se encontraba nerviosa ante aquello, pero luego de tartamudear unos segundos, exclamo:
—Bueno señor Saud, yo no vi exactamente al padre Pablo, simplemente deduje que se encontraba en una de las habitaciones haciendo planes para los servicios. Además, estaba tan apresurada que no revise la tarima en ningún momento, y en cuanto al olor…—Hizo una breve pausa llena de tensión en su cara—Bueno… Ayer tenia bastante tapada la nariz, incluso ahora me cuesta percibir el fétido aroma.
—Bueno, eso podría explicarlo. Thomas no soy bueno en interrogatorios pero creo que no vas a sacar mas nada de estas líneas—Dijo Patrick con un tono pícaro.
—Bien, bien, ¿podría hablarme sobre esa tapadera de nariz que presenta?.
—Okay, vera mi nariz es muy sensible, a veces se tapa cuando inhalo polvo, así que supongo que se me tapo cuando estaba limpiando el suelo de la tarima.
Thomas dio un suspiro, y luego la miro con frustración:
—Muy bien señora Méndez, ¡dígame que demonios me esta ocultando!
—¿¡Señor Saud!?, ¿Cómo puede usted hablarme así?, ¡Sabe muy bien que no le oculto nada!.
—¡Hasta Patrick sabe que eso es mentira!
—¿¡Que!?, ¿¡Como puede estar tan seguro!?
—¡Porque se acaba de contradecir a si misma! —Le grito súbitamente, para luego calmarse y exclamar—Acaba de decir que usted estaba limpiando la tarima, ¿no es cierto?
—Si, exactamente, ayer antes de irme, le di una rápida barrida a la tarima, ¿Algún problema con eso?
—Claro, ¡Porque eso es imposible! —Clavo su mirada en los ojos de la monja amenazándola con su seria expresión—¡Si usted hubiese barrido la tarima se habría encontrado con el cadáver del padre Pedro!, pero como usted dijo “yo no vi exactamente al padre Pablo” , eso ¡Contradice sus propias palabras!.
—¡Noooooooo! —Grito sumamente angustiada
—Bueno Thomas, ya podemos saber gracias a esto, que esta testigo no es para nada creíble, además de que…, ¡Es claramente sospechosa! —Grito Patrick con éxtasis al presenciar aquella masacre verbal.
Interrogatorio concluido
—¡No esperen!, ¡yo solo estaba protegiendo al verdadero testigo!
—¿¡Que!?, ¿¡De que esta hablando!?
—Del… sobrino del padre Pablo… Arturo Ovalle…—Tras tragar saliva exclamo—El presencio el asesinato de su propio tío.
—¡No puede ser!, ¿¡Y donde se supone que se encuentra!? —le pregunto Thomas confundido a la vez que dudoso.
—bueno… El me a estado ayudando desde que su tío murió, así que en estos momentos esta comprándome unos productos en el supermercado, así que debería llegar pronto.
Thomas y Patrick se miraron rápidamente con expresiones de perplejidad, al punto en que uno de ellos exclamo:
—Bueno, Thomas creo que iré a dar un vistazo.
—Okay, yo debo hacer una llamada.
Ambos bajaron de la Tarima mientras que la señora Méndez caminaba nerviosa por encima de esta. Patrick camino por un pasillo, mientras que Thomas, alejándose de la monja hizo una llamada con su móvil.
—¿Amor?, ¿Qué puedo hacer por ti mi cielo? —Le respondió su esposa.
—Linda, necesito que traigas a la policía a la iglesia de santo padrón, temo que tengo aquí a una criminal.
—Entiendo, ya voy para allá cariño.
Mientras tanto, Patrick revisaba rápidamente las habitaciones extra de la iglesia, hasta llegar a la habitación de la monja Sara Méndez.
—Baya, este parece un sitio esplendido para observar detenidamente.
Camino hacia el centro del cuarto y, de inmediato, sintió una parálisis en su pie.
—Genial, aquí viene de nuevo…—Se dijo con frustración mientras se sentaba en un banquillo.
La parálisis comenzó a extendérsele hasta tomarle toda la pierna, luego, tanto ambos miembros, como su torso se vio afectado, y rápidamente le tomo los brazos y la cabeza. Al cabo de unos minutos de extrema negrura, tuvo una visión.
Se levanto de golpe recobrando la movilidad, y rápidamente se dirigió hacia una papelera cerca de la cama donde dormía la monja, se coloco un guante de látex e introdujo su brazo dentro de aquel cubo de basura, para así sacar un cuchillo ensangrentado.
—Excelente, mis visiones nunca fallan—Se dijo felicitándose.
Saco de su bolsillo un frasquito de polvo de aluminio, y vertió una moderada cantidad sobre el utensilio. Dio un soplido, y tal y como esperaba, aparecieron en el cuchillo huellas dactilares.
—Perfecto, creo que aquí tenemos una clara evidencia incriminatoria—Exclamo picaramente—Thomas me va a aumentar el sueldo.
Salio de la habitación y siguió recorriendo el pasillo hasta llegar al cuarto del padre Pablo.
—Tal vez pueda encontrar algo que le sea útil a Thomas en otro de sus interrogatorios—Dijo carcajeándose.
La reviso rápidamente, y a primera vista no hallo nada especial, pero luego reviso en una de las gavetas y encontró un curioso papel firmado por el propio padre Pablo.
—¡Asombroso!, ¡Esto pone este caso mucho mas caliente!.
—Señora Méndez, aquí traigo los productos que me encargo—Dijo la decaída figura de un joven, que Thomas dedujo era Arturo Ovalle. Se dirigió a una habitación a parte, y un instante siguiente, regreso a la sala central de la iglesia.
—Arturo, el es el señor Saud, es un…
—Detective privado—le interrumpió—No necesito que me lo digan, después de todo, Thomas Saud es el sherlock Holmes del mundo occidental.
Thomas puso una expresión ridiculizada para luego darle la mano y al hacerlo, quedo sorprendido de ver que este poseía una cortada profunda en su palma.
—Disculpa, no es mi intención causarte mas dolor, pero necesito toda la información que poseas sobre el asesinato.
—Entiendo.
Interrogatorio
Detective: Thomas Saud
Testigo: Arturo Ovalle
—Bien, ¿podrías comenzar diciéndome cuando se ejecuto este asesinato?
—Claro, vera, ocurrió exactamente hace 2 días.
—Perfecto, eso explica ese fétido olor, ahora si, vamos a lo nuestro, descríbeme lo que viste.
—Vera señor Saud, ese día me dirigía a visitar a mi tío, y justo cuando entre a la sala principal, vi horrorizado como la monja Méndez le apuñalaba varias veces en el pecho. Luego de eso intente avisar a la policía, pero pensé que mejor esperaba un poco, pues con esta situación actual es mejor esperar a que un detective experto evalué la escena.
—¿¡Que has dicho!? —Grito la monja al escuchar aquello —¿¡Te has vuelto loco!?, ¿¡Como pude yo apuñalarlo!?.
Thomas dudaba sin embargo antes de que pudiera decir algo, Patrick apareció preguntando:
—Es cierto Arturo, ¿Cómo podría ella apuñalar al padre Pablo? —Dijo con picardía—Haber señora Méndez, puede poner sus dedos sobre este tintero para sellos.
Ella coloco los dedos, de cada una de sus manos sobre el tintero, y luego procedió a colocarlos sobre un papel que Patrick le extendió. Al mirarlo, Patrick lo comparo y exclamo con áspera satisfacción.
—Baya, baya, parece que nuestro confiable Arturo nos a dicho la pura verdad.
—¿¡Queeee!? —Grito Méndez sumamente angustiada.
—Sus huellas coinciden con las huellas de un cuchillo ensangrentado que encontré en una papelera en su habitación. ¿Cómo puede usted explicar eso?
—¡Eso no puede ser posible! —Gritaba con una expresión angustiosa en su cara.
—Bueno, lo crea o no, mejor sigo con mi testimonio—Exclamo Arturo lamentándose—Ella lo apuñalo y luego desapareció entre uno de los pasillos.
—Entiendo—Dijo Thomas comenzando a sacar conclusiones.
—Luego de eso, huí horrorizado y no volví mas hasta hoy en la mañana—Termino secándose una lagrima—Supongo que la monja denuncio el crimen para intentar ocultar su culpabilidad.
—¡Arturo!, ¡Como puedes inculparme!
—¡Cállese! —Le grito Thomas con una seria expresión—¡Usted solo a demostrado ser una mentirosa ya que su testimonio tiene mas agujeros que un queso.
—Bueno... supongo que esa es toda la información que poseo—Concluyo Arturo.
—¿Solo la apuñalo? —Pregunto Thomas dudoso.
—Por supuesto, nada mas lo apuñalo, y así callo muerta la única persona que tenia por familia—Exclamo sollozante.
—¡Miente!, ¡Señor Saud usted no puede creerle! —gritaba desesperada la monja.
—No señora Méndez, ¡La que miente es usted!, ¡Usted mato al padre Pablo y no supo como ocultar su crimen! —Le grito Patrick con un orgulloso tono.
—Otra cosa Arturo, ¿como te hiciste esa cortada que tienes en la mano?
—Hace una semana, caminaba por la calle cuando un transformador eléctrico exploto, volando en pedazos la ventana de un establecimiento. Uno de los trozos de vidrio me hirió en la mano.
—Comprendo… Bueno eso es todo lo que quería saber Arturo.
Interrogatorio concluido
—Creo que este caso esta mas que resuelto—Dijo Thomas mientras miraba amenazante mente a la desesperada monja—Sin embargo, Patrick, quiero que hagamos una ultima revisión al cadáver para completar el papeleo.
Subieron a la tarima e hicieron una ultima observación al cuerpo.
—Es raro—Exclamo Patrick— a simple vista parece que fue golpeado con algo de vidrio, pero…
—No hay cortadas en la cabeza—completo Thomas—lo que pensaba, Patrick, ¿El cuchillo poseía las huellas de Méndez verdad?.
—Exacto, aunque, en una parte encontré unas marcas ovalares muy peculiares.
—Todo encaja perfectamente—Se levanto y miro con seriedad a su amigo—Tenemos el arma del crimen, la escena bien conservada, y una sospechosa muy poco profesional—Saco del bolsillo de su camisa una su lupa característica y le dio varias vueltas con su mano—Patrick, este caso esta resuelto.
Las puertas principales de la iglesia se abrieron y de entre ella surgieron varios oficiales de policía.
La señora Méndez estaba tan angustiada que casi se desmaya.
—Es lo que te mereces por matar a mi tío—Le dijo con repulsivo tono.
—¡Allí esta!, ¡Ese joven es el asesino! —grito Thomas apuntándole con el dedo.
—¿¡QUEEEEEEEE!? —Gritaron tanto Arturo como Patrick.
—¡Eso es imposible! —Grito Arturo desesperadamente—¡Fue esa monja!
—Cierto Thomas, las pruebas, la escena y el poco creíble testimonio de Méndez lo confirman, ¿Cómo puede ser Arturo el asesino? —Le dijo Patrick confundido mientras bajaban de la tarima y veían como esposaban al joven.
—¡Esta loco! —Grito Arturo intentando liberarse de las esposas.
—No, no lo estoy, todas las piezas apuntan a usted señor Arturo Ovalle—Una expresión picara se le formo en la cara—A sido un buen plan para incriminar a la señora Méndez, no lo dudo, pero como usted vera, ¡No fue lo suficiente para engañarme a mi!.
—¡No tiene pruebas que me incriminen! —grito súbitamente.
—Al contrario—Volteo la mirada mirando a tanto a Patrick como a la monja—Verán, yo les diré lo que realmente paso hace 2 días—Volvió a mirar a Arturo de una forma increíblemente seria.
—Usted había comido junto con la señora Méndez, así que no le fue difícil conseguir el cuchillo con sus huellas. Usted lo utilizo para apuñalar a su tío, de esa forma al encontrar las huellas de la monja, ¡Todos pensarían que ella es la culpable de este crimen!
—¡Imposible!, ¡Habría dejado mis huellas sobre el cuchillo!.
—Y de hecho las dejo—continuo Thomas—pero no específicamente sus huellas, en el cuchillo también se encontraron extrañas marcas ovaladas, ¡Claras marcas de guantes! —Grito.
—¡Pero eso no prueba que fuese yo! —Grito, ahora con ira en su cara.
—Es cierto, sin embargo—Volteo la mirada hacia la señora Méndez—Señora Méndez ¿Cómo cree usted que murió la victima?
—Usted mismo lo dijo señor Saud, apuñalado y golpeado con un objeto de vidrio.
—Exacto, pero por algún extraño motivo—Volteo hacia Arturo—En su testimonio, ¡Usted no nombro ningún ataque con un objeto de vidrio!
—¿¡Y eso que!?
—Pues fácil, si usted no lo menciono, tal vez es por que en realidad, ¡No hubo dicho ataque con vidrio!.
—Thomas, me agrada verte pulverizar testigos en un interrogatorio, pero sabes que odio cuando le das la vuelta a las cosas indefinidamente—Le dijo Patrick ya fastidiándose.
—Es simple, ¡Al no mencionar eso, usted se contradijo con la escena del crimen!
—¡Nooooo! —Grito encolerizado mientras los agentes policiales lo sostenían por los brazos—¡Eso no importa!, ¡La monja pudo haberlo golpeado tiempo después!.
—Eso no es posible—Le refuto Thomas—Ya que al revisar el ensangrentado cráneo del cadáver, descubrimos, ¡Que no hay herida alguna!, ¡Lo que no encaja con la sangre que lo cubre!. Eso nos lleva a una lógica conclusión, ¡No hubo ningún ataque con vidrio!.
—Empiezo a entender Thomas, pero eso no explica los fragmentos de vidrio sobre la cabeza—Le dijo Patrick pensativo.
—Es fácil suponer señor Arturo, que ese día no solo apuñalo a su tío, ¡Sino que además pensaba golpearlo con una botella de vino!, la tenia en una de sus manos preparada para golpearlo, sin embargo, al apuñalarlo, golpeo con el cuchillo la botella accidentalmente, lo que causo que esta se rompiera, ¡Causándole esa cortada que posee en su mano!.
—Interesante Thomas, continua.
—Por lo que, si analizamos bien, podemos deducir, ¡Que la sangre sobre la cabeza de su tío es en realidad la sangre que se derramo de su mano cuando se rompió la botella!
—Eso no tiene sustento—exclamo Arturo comenzando a reírse macabramente—Dígame señor Saud, ¿Cuál fue el motivo por el que mate a mi tío?.
—El móvil de su crimen, lo puede explicar este papel que encontré en el cuarto de su tío—Le respondió Patrick entusiasmado mientras sacaba el papel del bolsillo—Como vera, este es el testamento del padre Pablo, si leemos esto podremos comprobar que el, a pesar de que es usted su única familia, ¡No lo nombra en dicho documento!
—Bravo, veo que la agencia de detectives Saud se esfuerza por hacer un buen trabajo—Dijo Arturo macabramente—Sin embargo todas esas pruebas son sujetivas, ¡Muéstreme una prueba concluyente de que yo realice este asesinato!
—Si así lo desea, podemos analizar la sangre sobre la cabeza de su tío, la comparamos con la suya, y si coinciden, ¡Esa será la prueba que lo demuestre!
—¡AAAAAAAAAAARGH! —Grito Arturo encolerizado.
Tras unos segundos, se calmo y dirigiéndose con un tono de admiración exclamo:
—Excelente, parece ser que usted si es como lo nombran los medios… Señor Saud… No se como se me paso por la cabeza que podría engañar a un detective de primera como usted.
—Y allí lo tienen, el asesino confiesa su crimen—Exclamo Thomas con satisfacción—¡Llévenselo! —Le grito a los agentes de policía.
Los 4 agentes llevaron a Arturo hasta una patrulla y se marcharon.
—¡Lo has vuelto a hacer Thomas! —Le dijo Patrick con picardía.
—Estoy impresionada, aunque un poco triste por saber que Arturo fuese el asesino, pero bueno. —Dijo la señora Méndez.
—Perdóneme por acusarla señora Méndez, espero y pueda aceptar mis disculpas—Dijo el un poco avergonzado Patrick.
—No es problema, hasta los grandes detectives son humanos y cometen errores.
—¡Muchas gracias señor Saud!, ¡Quiero que sepa que siempre será bienvenido en esta iglesia!
—De nada señora Méndez, solo hice mi trabajo.
Todos rieron hasta que escucharon un fuerte grito que decía:
—¡THOMAS SAUD ESTAS ARRESTADO!
—¿¡Queeeeee!? —Gritaron todos asustados, todos a excepción de Thomas quien ya conocía aquellas palabras.
Volteo en dirección a la puerta principal y allí, a contra luz, pudo ver la delgada figura y los rubios cabellos de la señora Sofía de Saud.
—Ya te lo he dicho mil veces amor, esa frase solo sirve la primera vez—Le dijo Thomas mientras la abrasaba.
—Veo que Patrick ha vuelto a hacer todo el trabajo mientras tu holgazaneabas—Le dijo carcajeándose.
—¿Oyes eso Patrick?,¡Sofía te esta dando todo el crédito!
—Nah…—Exclamo—Todos sabemos que el experto en interrogatorios brutales eres tu—Le dijo meneando el dedo índice de su mano derecha de un lado al otro.
—Bueno, será mejor que volvamos a la agencia, antes de que Tucker la vuelva un desastre—Dijo Sofía sonriente.
—Tienes razón, ¡Tucker es un peligro con esas revistas obscenas! —Se carcajeo Thomas.
Finalmente se despidieron de la amable monja y procedieron a salir de la iglesia.
Sangre a los pies de dios
Fin
Bueno, espero y den sus opiniones.