El hombre más fuerte


Era de noche; las doce y veintisiete exactas.
El entorno era luminoso en Ikebukuro. Todo lleno de farolas y pancartas luminosas, junto con edificios de... ¿30? quizás 35 plantas. O incluso más.
Es el centro de la actividad comercial, es un distrito dentro de uno de los más conocidos barrios de Tokyo.

Allí se encontraban las "Oficinas" de las que nadie conocía el nombre.
Allí se dirigía "nuestro hombre".
Es rubio, alto, de unos veintidós años. Era flaco. Lleva gafas de sol y un traje de mesero.
No es fácil confundirle.
Es Shizuo Heiwajima, el llamado "Hombre Más Fuerte". Un término muy globalizado, por cierto.
En aquél momento se dirige hacia las Oficinas, en cuyo más alto piso se encontraba su contacto.

Al entrar, se fijó en que no había mucha actividad. Un ascensor.
"Sólo te dejan pasar si eres conocido" supone.
Presiona el botón de "vigésima planta". Al llegar, se escucha un lejano "Ding-dong".
Allí está la puerta del despacho.
Su contacto era, más que su contacto era su empleador. De vez en cuando, le enviaba correos electrónicos indicándole lo que debía hacer, y era debidamente recompensado.

"Siéntate, Serene-man" Dijo el hombre. Aunque conocía perfectamente su nombre, le llamaba por su apodo.
Shizuo cogió un cigarrillo de su paquete y lo encendió con una cerilla. Acto seguido, aspiró mucho humo y lo soltó.
Se fijó en la mesa de ébano. Reluciente. También se fijó en que, justo detrás de donde estaba el hombre, había un gran ventanal que daba con todo el distrito.
"Verás... la última vez no atrapaste al sujeto en cuestión, Nakura" pronunció.
"Sí. Le dejé vivir" contestó el hombre que vagamente aparentaba ser un mesero.
"A ver si vas entendiendo, Shizuo, que aquí yo emano los órdenes y tú los cumples".
"Lo entiendo. Pero esto no es vida para mí. Presento mis dimisiones"
"Entiéndelo, aquí tú no dimites, ¡te despido!"
Shizuo se levantó. Cogió su cigarrillo con garbo y lo tiró al suelo; después lo pisó con el mismo gesto que se hace al intentar apagarlo con el pie.
"He dicho... he dicho que me dimito."
"Bien, yo te despido."
El hombre al que apodaban Serene-man, Shizuo Heiwajima, se acercó hasta el armario en el fondo de la habitación.
Se arremangó, colocó las manos en la base del armario, hizo fuerza y lo levantó.
...
Cada paso que hacía, el suelo tambaleaba.
Exclamó: "He dicho que... ¡Me dimito!"
Al acabar de pronunciar esa frase, lanzó el armario contra el ventanal.
Antes de chocar contra él, el armario se llevó por delante al empleador, perdón, a su ex empleador, que puso una cara palidísima.
Al chocar contra el ventanal, el armario salió disparado hacia abajo, cayendo por unos veinte y tantos pisos de hormigón.
Se oyó un terrible estruendo y gritos.

...

Ahora en esa sala sólo estaba él.

...

"Detesto usar la violencia" pronunció el supuesto Hombre Sereno, Shizuo Heiwajima, el hombre más fuerte de Ikebukuro.
"De verdad, odio usarla."
Acto seguido abrió la puerta, se encendió un cigarrillo y empezó a fumar con toda la tranquilidad del mundo.

"Ahora el problema será buscar un nuevo empleo", pensó.
Se dirigió hacia el ascensor.
Ding-dong.



Autor: Sephiroth
Persona: 3ª persona
Capítulo 2º