Avanzaba lentamente, golpeando con la extremidad dura de ese artilugio las paredes del pasillo, causando un estruendo increíble y desgarrando la tapicería como si de mantequilla se tratara.
Croquet. Golpe. Croquet
(¡Vas a tener tu merecido, mocoso!)
Golpe. Le vino esa frase a la cabeza. Dios mío, pensó, Estaba pensando como su padre.
No quería convertirse en eso. Les quería. A los dos.
(Mocoso esmirriado y estúpido, dejarás de causarme problemas, ¡y eso vale para tí tambien, insensata!)
Era una sensación extraña. Estaba furioso. Una niebla roja le impedía ver más allá de su furia. Pensó que perdía el juicio, pero ese artilugio pesado, ese palo de croquet era demasiado pesado para Oh Dios mío oh Dios mío he de acabar con ellos ahora
Así dejarían de tramar contra él. Sus planes. Su vida. ¿Qué significaban? Nada. ¿Debía acaso volver a ese lugar que tantos infortunios le causó? ¿Por una parejita, madre e hijo, tan felices y tan malévolos a la vez? Oh, sí. Acabaría con ellos. Les daría su merecido.
(¡Me has mentido! ¡Has copiado en el examen!)
...
Oh no señor Torrance, se lo suplico, es una equivocación
Demasiado tarde. Cómo disfrutaría viéndole sufrir. George Hatfield. Ha copiado. Y su hijo. Ha desobedecido. Y su mujer. Ha transgredido ¡Todos lo merecían! ¡Él era la víctima!
(Y la Muerte Roja dominaba sobre todo)
¿Por qué le vino eso a la cabeza? Tenía asuntos más importantes.
-¡Te encontré! ¡Te daré tu merecido, estúpido mocoso! ¡Maldito seas! ¡Lo has arruinado todo! ¡Todo!
(Yo no tartamudeo)
-Oh, ¡Claro que sí, George! Por supuesto que lo haces.
(Ha avanzado el temporizador)
-Fue por tu bien, George; no podías hacer nada para evitarlo. Oh cómo me gustaría, me encantaría una copa
(Señor Torrance, ¡es usted alguien despreciable!)
-Bien, mocoso. Si es eso lo que quieres, ven aquí y te daré tu merecido. Ahora te tomarás tu medicina. ¡Oh, por Dios, si lo harás! ¡Hasta la última gota! ¡Hasta la última dichosa gota, cachorro, mocoso inútil!
De repente, se escuchó un grito.
-P... ¿Papá?- Gritaba horrorizado Danny, ante esa visión.
-¡Mocoso! ¡Te tengo! ¡Te he pillado con las manos en la masa!
¡Fuera máscaras!
-No eres mi papá... eres sólo una...
-¿Una qué, cachorro?- Avanzaba hacia él. Jack Torrance a veces tenía arrebatos de ira. Pero desde que llegó a ese hotel, estaban seguidos de alucinaciones. A veces soñaba con George Hatfield. Soñaba con que cogía un palo y le pegaba hasta dejarle seco. Un sueño tan maravilloso... porque él copió. El lo merecía. La medicina.
-Una... máscara (¡¡¡OH POR DIOS VEN DICK VEN POR FAVOR AYÚDANOS!!!)
¡Buen golpe!
Remasterización de El Resplandor, Stephen King. remasterización: Yo.