Pido perdón por el doble-post, pero hay mucho que contar.
En esta mini-actualización os traigo sólo un par de novedades. Os enseño la nueva versión del sprite del PJ, y el segundo sprite de la hermana del PJ, ambos hechos por mí. Me gustaría que me comentarais errores, posibles mejoras, si hay mejora de uno a otro (aunque el primer sprite de la hermana del protagonista no está hecho por mí, sino por Pikachu Incapturable)
También adjunto el segundo capítulo de la versión narrada del hack, que va hasta un poco más de la versión DEMO. Espero que lo disfrutéis tanto como yo disfruto haciendo estas cosas.
Aviso que lo más probable es que no haya más actualizaciones, o si acaso mini-actualizaciones como estas hasta mediados de diciembre, más o menos, ya que estoy metido en un proyecto muy importante con varios miembros de Wah, así que, aunque el hack no esté parado, seguiré trayendo alguna cosita con cuentagotas de vez en cuando, pero avanzaremos más lento de lo normal hasta diciembre. Tras este mes volveremos con el mismo ritmo del principio, y con una Mega-Actualización que traerá muchos cambios, entre ellos la implementación de estos dos sprites que os traigo ahora si no me comentáis fallos enormes que requieran la modificación de dichos sprites.
(Están indexados a 16 colores, pero aún no edité la paleta con el CMP. Por si acaso pregunta alguien, son privados, pero cuando saque la beta los liberaré con créditos, para que ya los pueda usar quien quiera, al fin y al cabo trabajamos para eso, para que disfruten los frutos de nuestro trabajo el mayor número de personas, ¿no?)
Y aquí el capítulo 2 de la versión narrada del hack:
Pokémon Black Soul – Capítulo 2
Novato
La Cueva Serpiente hacía honor a su nombre, apenas se podía caminar recto. Casi a la salida de la cueva, una gran roca bloqueaba el paso a una zona al noroeste. Eren miró a Kizu, el Charmander le respondió con un gruñido, mostrándose confundido.
-Quizás sea un poco pronto para que muevas esa roca…- Dijo Eren.
Eren salió de la Cueva Serpiente para al rato darse cuenta de que tras una pequeña zona de hierba, la Cueva Serpiente tenía otra entrada más. Kizu y el Zangoose shiny estaban en perfectas condiciones, así que entraron con decisión.
En el interior de la segunda zona de la cueva, una conocida, pero a la vez desconocida voz le alertó.
-¡Hombre, novato!- Exclamó un chaval pelirrojo, que parecía algo más mayor que él.
-Yo… esto…- Eren no sabía qué responder, Kizu se colocó entre ambos gruñendo, no se fiaba mucho de aquel chico.
-¿No te acuerdas de mí? Soy Silver- Dijo el chico pelirrojo – Vaya…
El chico, que respondía al nombre de Silver, en seguida cambio su gesto serio por una sonrisa pícara y sacó una pokéball de su chaqueta gris y roja.
-Veamos cuánto te ha afectado esa amnesia… ¡Adelante, Seviper!
Silver lanzó enérgicamente su pokéball al suelo, y al abrirse, de su interior salió una especie de serpiente, con la cola en punta de flecha, muchas marcas en la piel y enormes colmillos.
En ese instante, la pokéball que llevaba Eren en el bolsillo de su pantalón, comenzó a moverse sola. Y al rato, el Zangoose shiny salió de ella sin que Eren le hubiera dado permiso.
El zorro blanquiazul comenzó a ladrar a la serpiente de Silver. Parecía que ellos ya se conocían. Sin más remedio, Eren mandó dar un paso atrás a Kizu y comenzó el combate.
Los pokémon rivales saltaron el uno frente al otro y chocaron sus extremidades. En el forcejeo en el aire, Zangoose comenzó a encontrarse algo mal, y perdió en el forcejeo. El Seviper de Silver le golpeó dos veces muy duramente con su cola hasta estamparlo en el suelo.
-¡Zangoose! ¿Estás bien?- Preguntó Eren. El Zangoose shiny respondió con un gruñido débil.
-Mi Seviper lo ha envenenado- Explicó Silver – Esa amnesia te ha dado fuerte, ¿eh? No deberías ir por ahí combatiendo con la gente a lo loco. Tu Zangoose requiere un entrenador más experimentado…
-¡Zangoose, vuelve!- Exclamó Eren. Pero Zangoose se negó. El zorro blanquiazul se levantó con dificultad y decidió seguir luchando.
-Mira, ni siquiera te hace caso…
-¡Zangoose, Chuchillada, rápido!- Exclamó Eren.
Zangoose atacó a una velocidad de vértigo y su golpe, imparable, hizo chocar al Seviper de Silver contra la pared, provocándole muchos daños.
-¡Mierda!- Exclamó Silver
-¡Cuchillada otra vez!
-¡Seviper, usa la Cola Veneno para defenderte!
Zangoose arremetió contra Seviper, pero éste ya tenía su cola erguida entre ambos y al llegar, la punta de flecha de su cola impactó con la frente del Zangoose de Eren, cuyo brazo derecho no había podido alzanzar a su rival. Zangoose cayó de espaldas, el efecto del veneno había aumentado gracias a ese segundo Cola Veneno bien utilizado. El zorro blanquiazul apenas se podía mover.
-¡Zangoose, basta ya, regresa a tu pokéball!- Exclamó Eren. Zangoose seguía negándose. Parecía que cada vez que le decían que no podía hacer algo, él tenía más ganas de hacerlo. Y de repente, saca fuerzas de donde no las hay, se levanta, y su cuerpo empieza a brillar y un montón de hologramas de espadas se formaron a su alrededor.
Silver, Seviper, Eren y Kizu estaban anonadados con el poder de autosuperación que tenía el Zangoose shiny, que empezó a chillar mientras su poder aumentaba.
-Seviper, rápido, ¡Mordisco!- Exclamó Silver.
Pero Zangoose en ese instante había dejado de brillar, dejando pasar el brillo únicamente a su garra derecha. Seviper se abalanzó sobre él con la boca abierta, pero Zangoose, según le vino la serpiente, le propinó una tremenda cuchillada en la cabeza de arriba a abajo, de manera que lo empotró en el suelo, dejando salir un montón de grietas. Seviper estaba fuera de combate.
-No… no me lo puedo creer… - Dijo Silver, recogiendo a su pokémon - ¡Pero esto no se ha acabado aquí! ¡Adelante Sneasel!
-Zangoose, ahora sí, retírate, por favor- Suplicó Eren. En esta ocasión Zangoose asintió y se metió él solo dentro de la pokéball – ¡Es tu turno, Kizu!
Kizu lanzó un gritito en señal de alegría y se colocó entre el Sneasel y Eren.
-No pienses que por tener el tipo a favor voy a perder tan fácilmente. Yo aún tengo mi mente en perfecto estado, novato- Dijo Silver.
-Deja de decir tonterías y céntrate en el combate. ¡Kizu, Rueda fuego!
-Sneasel, Finta.
El ataque de Kizu fue esquivado por el Sneasel de Silver a una velocidad vertiginosa, para acabar golpeándole duramente por la espalda al Charmander de Eren.
-Con el ataque Finta de mi Sneasel puedo esquivar fácilmente cualquier movimiento tuyo, Eren- Explicó Silver –Admítelo, vas a perder, como el novato que eres.
-¡Kizu, Pantallahumo!- Exclamó Eren. El Charmander escupió humo de su boca y orficios nasales para dejar empapada la zona del rival de un humo negro muy denso. Sin embargo, Silver seguía con la misma sonrisa pícara.
-Sneasel, Finta otra vez.
Y Sneasel volvió a aparecer justo detrás de Kizu para golpearle por la espalda. El Charmander de Eren cayó al suelo, había sido un golpe crítico.
-Kizu, ¿Estás bien?- Le preguntó Eren a su pokémon. Él respondió con un gruñido débil, pero estaba intentando levantarse.
-Se me olvidó decirte que al ataque Finta no le afectan este tipo de cosas, seguirá atacando por muchos Pantallahumo que hagas- Explicó Silver, riéndose.
Eren se quedó helado. Bastantes esfuerzos estaba haciendo ya, como para ponerse a luchar con un entrenador de tal nivel. Ahora mismo le parecía imposible contraatacar, se estaba dando por vencido, y no sabía por qué pero esa sensación le resultaba demasiado familiar, como si ya estuviese acostumbrado a darse por vencido. Quizá Zangoose sólo trataba de evitar que eso sucediese, dando el 200% de lo que él podía dar. Aun así, el chico bajó las comisuras de los labios y se quedó cabizbajo. Se estaba rindiendo, y puede que no fuese la primera vez.
Y en ese instante, Zangoose, con el rostro muy pálido, salió de su pokéball y le propinó una patada a su entrenador en la espinilla. Eren se arrodilló y gritó de dolor, pero en ese instante miró a su zorro blanquiazul y lo comprendió todo. Su pokémon le estaba sonriendo, sabiendo que él ya había captado su mensaje. Acto seguido, regresó a su pokéball.
-¡Controla a tu pokémon, novato!- Exclamó Silver, soltando una carcajada.
-No tienes ni idea de la conexión que estoy teniendo con los pokémon desde que perdí la memoria. Supongo que perdí algo importante para recuperar algo importante…- Pensó Eren.
-¡Sneasel, acabemos con esto, Finta!
-¡Kizu, apoya tus brazos en el suelo y golpea fuerte con tus patas!
Su Charmander le hizo caso, y al aparecer el Sneasel de Silver tras él, sus patas golpearon las espinillas de su rival, provocando que se arrodillara y chillara de dolor.
-¿Qué haces Sneasel? ¡Ataca!
-¡Rueda fuego, Kizu!
Y el Sneasel de Silver fue golpeado durísimamente por el golpe de Kizu, debilitándolo al instante. Eren dio un salto de alegría y abrazo a su pokémon. En el interior de su pokéball, Zangoose también celebraba la victoria, a su manera, con una breve sonrisa.
-Bah… sólo ha sido un golpe de suerte…- Dijo Silver.
-Una victoria es una victoria, Silver. Tu estrategia era muy buena, pero no infalible- Respondió Eren.
-Entonces… tienes que ir a Ciudad Paisel, ¿no? A ver si terminas tu trabajo de una vez. También nos veremos por ahí, pero yo no tengo por qué ir a tu ritmo. Adiós, novato.
Silver recogió a su Sneasel dentro de su pokéball y se marchó a paso rápido.
Eren recordó en ese instante que Zangoose seguía envenenado y salió de la cueva lo más rápido que pudo.
A la salida de la cueva, más al norte se encontraba la ruta 2. Eren fue rápido hacia el norte con Kizu tras él. Al rato le saltó por un costado un entrenador.
-¡Alto, miembro del Team Rocket!- Exclamó el joven- Vaya, tú no eres el chico pelirrojo que vi en lo alto de la colina. Perdona.
-Acabo de luchar con él hace un rato, sé a quién te refieres- Respondió Eren.
-¿Ah, sí? Pues toma esto, es un antídoto. He oído que le encanta envenenar a sus rivales con su malvado Seviper. Esto curará a tus pokémon envenenados en un periquete.
-Muchas gracias
-No hay de qué. Mi nombre es Óscar, pero todos me conocen como Brock. Antes era líder de gimnasio en Kanto, pero ahora estoy aquí por un asunto más importante.
-Yo soy Eren, y este pequeñajo de aquí se llama Kizu- Dijo Eren. Kizu dio un par de saltitos para hacerse ver.
-Vaya, tu Charmander es muy raro… Hay tantas cosas de este lugar que me encantaría descubrir… En parte es una de las razones por las que estoy aquí, Kanjoh puede ser mucho más pequeña que Kanto o Johto, pero alberga muchos más misterios que las dos. Quién sabe si podremos descubrirlos todos… Bueno, nos vemos, Eren. Cuídate.
Y Oscar se marchó en dirección norte.
Eren le aplicó el antídoto a Zangoose, y al rato empezó a encontrarse mucho mejor. ¿Quién sería ese Oscar? Iba tras el Team Rocket, eso seguro. Menos mal que ni él ni su hermana llevaban el uniforme del Team Rocket, sino seguramente no habría sido tan majo.
Recordando un poco por encima el mapa que el agradable señor de Ciudad Metrópolis le había enseñado, había un pequeño pueblo donde podría guarecerse al final de la ruta. Así que, tras una mirada de complicidad con sus dos pokémon, reemprendieron la marcha.