25444-\[Historia]_28\\10_-_Cap._10_-_Una_lágrima_por_el_mañana
#2
Akkien 19096
Sí, me gana la ansiedad. Les dejo el segundo capítulo.

Capítulo 2: Una Lágrima Por Mi Cordura.


Leon no respondió nada más. Revisó su celular a pesar de que no debía hacerlo en medio de clases, y efectivamente:

-"05 de Marzo. 8:23 a.m."

Él simplemente no podía creerlo. ¿Acaso le estaban jugando una broma? No era el día de los inocentes ni nada por el estilo, y no conocía a nadie que pudiera hacerle una broma como esta. Nuevamente se dirigió a Camille:

-"Camille, ¿t-tu recuerdas haberme acompañado a casa ayer?" Dijo Leon, con la voz temblorosa y la respiración entrecortada.
-"Para nada, ayer me quedé estudiando hasta tarde, ¿recuerdas?" Respondió Camille bastante confundida.
-"No estes jugando conmigo Camille, ayer fue cinco de Marzo, tú me acompañaste a mi casa porque casi me desmayo en clase."
-"¿Qué? ¿De qué hablas? ¿Estás bien, Leon?" Preguntó Camille con preocupación.
-"L-lo siento, creo que no me siento muy bien".

Aunque en realidad no se sintiese bien, solo era una excusa para no hacer que Camille se preocupara, después de todo, ella no era de mentir, y mucho menos por algo tan tonto como una broma.
Leon se quedó mirando al vacío por unos segundos. Gotas de sudor bajaban por su frente cruzando su mejilla. Sato habló, y eso lo hizo volver en sí:

-"Oye Camille ¿tú no viste ningún accidente de auto viniendo a la escuela?, según lo que nos ha contado el profesor suplente, el accidente ocurrió en la ruta que tú tomas."
-"No, tomé una ruta distinta esta mañana, vi en las noticias que había un accidente por donde usualmente vengo."
-"Ojalá haya sido el profesor, vaya que me va mal en esta materia." Dijo Sato con una pequeña risa.
-"¡No digas eso! El profesor no nos ha tratado mal en ningún momento, además, tu vas mal en esta materia porque no estudias para los exámenes, te pasas todo el día mirando las nubes." Le respondió Camille con una mirada fuerte y desagradable.

Leon cada vez se sentía más confundido. ¿Aquello que había vivido, habrá sido verdad? ¿No habrá sido un sueño? ¿Acaso estaba volviéndose loco?.
No, definitivamente no estaba loco, él sabía lo que había vivido ayer, pero ¿Por qué sigue siendo cinco de Marzo? ¿Qué demonios está pasando? ¿Estába bien si lo dejaba pasar?.
No, esa tampoco era la respuesta. Lo que había sucedido no era normal en ningún aspecto, es imposible de que eso haya sido algo de lo que uno no deba preocuparse.

Sin darse cuenta, la clase ya había terminado, era la hora del almuerzo. Leon pasó todo el tiempo pensando en este dilema, como si fuése a conseguir respuesta. Aprovechando la ocasión, salió del salón de clases sin hablar con nadie y se escabulló para escapar del instituto.

Leon dejó la habitación sin decir una sola palabra. Sato y Camille lo observaron dar cada paso hacia la salida.

-"¿Está bien?" Dijo Sato dirigiéndose a Camille.
-"Hoy ha estado muy raro" Respondió.
-"¿Deberiamos seguirlo?" Le preguntó Sato.
-"No estoy segura de que tenga muchas ganas de hablar, pero podríamos seguirlo solo para ver si está bien, ¿no?"
-"Decidido entonces, vamos"

Sato y Camille se dieron a la fuga de la escuela para poder seguir a Leon, pero al salir se dieron cuenta de que no había rastro de él por ningún lado.

-"Leon no parece estar cerca." Dijo Camille medio entristeciendo la mirada.
-"Quizá fue a casa" Supuso Sato, tratando de alegrar a Camille.
-"Tienes razón"

Camille y Sato partieron a casa de Leon tomando la ruta que él suele usar para ir a la secundaria. No importa cuánto caminaran, no encontraban a Leon en ninguna parte, definitivamente debió haber ido a casa.
A mediados de la calle, cruzaron miradas con un hombre que llevaba una gabardina color marrón, el cual se veía bastante apurado. Pasaron menos de cinco minutos, cuando volvieron a ver al hombre de gabardina, aunque esta vez su mirada era fría y distante. Curioso, pensaron.
Sin prestarle mucha atención al hombre, siguieron caminando hasta llegar a casa de Leon. Tocaron a la puerta hasta más no poder, llamaron a su celular numerosas ocasiones a pesar de no recibir respuesta alguna. Después de horas buscando, decidieron rendirse e ir de nuevo a la escuela.
Pasando junto al canal, vieron una figura bajo un árbol. Leon estaba allí recostado, simplemente pensando.

-"¡Leon!" Gritó Sato sin poder evitarlo.
-"Leon, ¿por qué has huído de la escuela?" Preguntó Camille.
-"Necesitaba un tiempo solo" Dijo Leon mirando al cielo.
-"¿Qué sucede?" Insistió Camille.
-"No pasa nada, solo pensé en tomar un poco de aire" Expresó Leon, tratando de evadir la pregunta.
-"¿Te importa si te acompaño?" Dijo Sato, tumbándose al lado de Leon.

Camille suspiró y se tumbó en el suelo con los otros dos. La brisa les acariciaba el rostro, se podían apreciar el sonido de algunas aves que frecuentaban el lugar. Pasaron unos cuantos minutos llenos de serenidad y silencio.

-"Oigan, ¿Recuerdan cuando veníamos aquí todas las tardes después de clases?" Dijo Sato.
-"Sí, me acuerdo muy bien de esos días" Mencionó Leon, mostrando mucha tranquilidad.

Para ellos tres, esos tiempos habían estado siempre llenos de alegría. Siempre volvían al río y se tumbaban junto al árbol a mirar las nubes, aunque en aquél entonces solían crecer lírios en los alrededores. A pesar del tiempo que había pasado, era un recuerdo muy fuerte aquél, algo que no iba a escaparseles de la mente en un futuro pronto, tanto así que casi podían palparlo:

-"Hey Camille, esa nube luce como una flor ¿No te parece?" Había dicho Sato con emoción.
-"Leon, ¿en qué piensas?" Decía Camille, haciendo caso omiso de la pregunta de Sato.
-"En nada" Fue lo que respondió Leon aquella vez. Pero él si pensaba en algo: cuándo volverían sus padres.

Los padres de Leon eran poco responsables con su hijo, ellos siempre tenían que viajar por cuestiones de trabajo y le dedicaban muy poco tiempo, a diferencia de la madre de Camille, quién la buscaba en cualquier parte:

"Camille, pensé que te había dicho que volvieras a casa recién terminaras las clases"
"¡Lo siento mamá, ya voy! ¡Adiós chicos!" Se despedía Camille de los demás mientras se iba.

Leon esperó a que Camille se fuera y se escucharon varias palabras salir de su boca:
-"Sato, ¿Cuando vas a decirle a Camille que te gusta?" Dijo Leon.
-"No lo sé, tengo miedo de no gustarle, ella siempre me ignora" Respondió Sato con tristeza.

Sato sabía muy bien que Camille gustaba de Leon, pero no iba a decirlo abiertamente, pues estaba muy inseguro de los sentimientos de Leon. Él solo siguió mirando al cielo con remordimiento de no haberle dicho todavía.
Definitivamente habían sido buenos tiempos para ellos. Para unos más que otros, Sato siempre fue la sombra de Leon en lo que a Camille respectaba. Con el pasar del tiempo, dejaron de hablar de eso y Sato mantuvo sus sentimientos en secreto.

El haber dado un vistazo al pasado calmó la ansiedad y confusión de Leon, quién se convencía a sí mismo de que todo lo que sucedió había sido alguna especie de alucinación causada por los fuertes dolores de cabeza que tuvo.
La tranquilidad fue interrumpida una vez más por la voz de Sato:

-"Ya casi es hora de volver a clases, deberíamos regresar a la escuela" dijo.
-"Es cierto, deberíamos volver" añadió Camille.

Luego de una pequeña pausa, Leon aclaró su mente y respondió:
-"Está bien"

Tal como dijo, los tres volvieron a clase como de costumbre y una vez finalizada, se dirigieron a sus respectivas casas.
Leon encendió el televisor justo al llegar, sólo para encontrarse con una noticia que le revolvería el estómago:

"El Profesor de la escuela secundaria Lambda, Yuichi Ueda había fallecido en un accidente de tráfico esta mañana. Una serie de conductores ebrios estaban conduciendo por la zona y uno de ellos chocó con el auto del Sr. Ueda".

Su pulso se aceleró y no pudo evitar dejar salir un par de lagrimas de sus ojos. Se mantuvo así por unos cuantos segundos y procedió a apagar el televisor. Ya había tenido demasiadas ansiedades por el día de hoy.

Leon preparó un tazón de cereal y luego fue a su cuarto a dormir, pero una vez estuvo acostado en su cama, la duda lo invadió de nuevo. ¿Fue en verdad una alucinación? ¿Seguiría siendo cinco de marzo al despertar? Tenía que hacer algo, así que pensó en no dormir en lo absoluto para ver qué sucedía a medianoche.
Estuvo intranquilo por un largo tiempo pero al final de todo, el cansancio lo venció, había pasado por mucho y aún sentía el cuerpo pesado a causa de la migraña.

Cuando despertó no dudó ni un segundo en mirar su celular:

-"05 de Marzo. 4:47 a.m."

El sentimiento empezaba a ser familiar, Leon no se dió el lujo de perder tiempo esta vez. No había razón para pensarlo dos veces, algo completamente inusual estaba ocurriendo para él. Su respiración se hizo más agitada. Su cuerpo no reaccionaba. Tragó, y finalmente se movió.
Inmediatamente, un pensamiento cruzó su mente tan rápido que ni siquiera lo razonó, simplemente actuó. Era un cuarto para las cinco de la mañana, lo que quería decir que el profesor aún seguía con vida, o por lo menos eso pensaba él.
Leon se vistió rápidamente y salió dirigiéndose a la casa del Sr. Ueda. Corriendo a toda velocidad, cruzó las calles de una manera extraordinaria. Tropezó varias veces con transeuntes y ciclistas pero llego a tiempo. Leon miró su celular:

-"05 de Marzo. 5: 31 a.m."

El Sr. Ueda recién iba saliendo de su casa cuando Leon lo alcanzó.

-"¡Profesor! ¡Profesor!" Gritó con el poco aliento que tenía.
El Sr. Ueda volteó a verlo por un momento:

-"Ah, Sr. De Lauche, ¿Por qué tan agitado, necesita un aventón?" Le dijo con amabilidad.
-"¡No, no!" Dijo Leon. -"Debe tomar otra vía para llegar a la escuela hoy".
-"Siempre tomo la misma vía a la escuela todos los días. ¿Por qué debería ir por otro lado?" respondió.

Leon se quedó callado. No encontraba nada razonable qué decir. Él solo mantenía la imágen del noticiero en su mente: Una ambulancia y un par de autos totalmente destrozados.

-"Bueno, si es tan importante para tí que has venido a decírmelo entonces tomaré otra ruta." Dijo el Profesor. "Aunque si quieres, puedo darte ese aventón de una vez"
No pensó en ninguna razón para decir que no, con tal de asegurarse de que se desviara de su ruta usual. "Se lo agradecería mucho, profesor." Respondió Leon, dando el suspiro más grande de su vida.

Leon pasó todo el trayecto observando a su alrededor para evitar que el profesor tomara el recorrido que solía tomar. Después de unos quince minutos, llegaron a la escuela y Leon fue a su salón. Al poco tiempo llegó Sato.

"Hola Leon, ¿Camille no ha llegado? Creo que hoy será el día en que le diga" Dijo Sato.
"¡Camille! ¡Hoy no la he esperado donde siempre!" Dijo Leon exhaltado. -"La llamaré"

El celular de Leon marcó pero no hubo respuesta alguna; después de varios intentos, se rindió. Involuntariamente, leyó uno de los mensajes viejos de Camille:

-"No me esperes donde usualmente, ha habido un accidente y he tenido que tomar otra ruta para llegar. Nos vemos en la escuela. (:"
Si tienen alguna sugerencia, duda o quieren que corrija algo, siéntanse libres de comentarlo

Saludos~