25444-\[Historia]_28\\10_-_Cap._10_-_Una_lágrima_por_el_mañana
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Akkien 19096
Disculpen tanta demora. No diré que he estado ocupado, de hecho todo lo contrario: desde que conseguí una nueva tableta gráfica y Pokémon X, he dejado el fic muy descuidado, pero vengo ahora a dejarles este capítulo en un momento muy oportuno, puesto que en unas cuantas horas probablemente no esté en mi ciudad y tarde unos 10 días en volver.

Capítulo 8: Una Lágrima Por El Silencio.


Ahí estaba él, desesperado sin nadie que lo ayudara a decidir que debía hacer. "¡Maldición!" se decía a si mismo, mientras los nervios lo hacían sudar.

-"¡Ayuda, Por favor!" se escuchaba del otro lado, mientras alguien golpeaba la puerta repetidamente con apuro, como si algo los estuviese persiguiendo.


Leon no podía esperar más, sentía remordimiento por dejar a los otros afuera, todavía sumergidos en llanto y jadeo. Se llenó de valor, y quitó el sofá que había usado para bloquear la puerta, que seguidamente abrió de par en par, sosteniendo el corazón en la garganta del miedo.


Eran dos personas; ambas portaban el uniforme de la instalación. Una chica de ojos verde oscuro, era difícil diferenciarlo con tantas lágrimas ocultando su color. Ella tenía cabello largo y rubio, con varios mechones que le cubrían el rostro. Un rostro que gritaba auxilio, aún en silencio. Su mirada lo guió por sus brazos hasta notar que ayudaba a otro joven de cabello largo, color marrón. Él tenía una profunda herida en su hombro derecho, causado por lo que parecía ser un disparo de bala. Toda su camisa estaba llena de sangre y a duras penas se notaba que estaba vivo.


-"¡Por favor!" le decía la chica, mirando a Leon fijamente en los ojos.


En ese momento un súbito mareo lo hizo tambalearse, y un recuerdo lo atrapó por completo. Se encontraba en una escuela, en medio de clase. El profesor hablaba de seguridad escolar, de cómo reaccionar ante una fractura. A pesar de que le resultaba dificil tener claro qué pasaba en dicho momento, pudo distinguir un par de sombras a su lado. Era una chica y un chico. Él le decía "Leon ¿vamos hoy al canal?" por alguna razón sus rostros se veían borrosos. "Leon ¿estás bien?" decía la chica, "¿Quieres que te acompañe a la enfermería?". Fue entonces cuando recobró la conciencia, se dio cuenta que estaba de vuelta en la sala casual de CODIAC. Algo lo hizo moverse, una parte de él, algo incontrolable lo llevaba adelante, una especie de instinto.


-"¡Rápido, acuéstalo sobre la mesa y cierra la puerta!" dijo Leon. "¿Qué le sucedió?"
-"¡L-Le dispararon en el hombro!", ella le respondió, secándose las lágrimas.


La chica hizo lo que se le ordenó; tomó al chico y lo acostó en el mesón de una forma un tanto torpe, dejando sus extremidades caer primero. Luego cerró la puerta y trancó la entrada con el sofá. Leon, por otro lado, no dudo ni un momento y buscó uno de los botiquines de primeros auxilios que había en cada habitación. Él primero le abrió la camisa, tomó el desinfectante y prosiguió a esterilizar la herida con un algodón. El joven gritó con mucha fuerza, expresando un inmenso dolor.


Leon agarró un anestésico del botiquín, lo aplicó sobre la herida y seguido de un par de minutos, suturó el agujero de bala que tenía. El otro chico no paraba de gritar a pesar de que ya debía haber hecho efecto.


-"¿N-no vas a-a sacarle la bala?" preguntó la chica, algo sorprendida.
-"No." Respondió Leon.
-"¿¡Pero no es eso peligroso!?" Insistió.
-"Hacer eso podría dañarle aún más el tejido. En realidad, es falso que dejar una bala en el cuerpo es peligroso. Al ser disparadas, se calientan enormemente; para cuando entran al cuerpo, ya están completamente estériles y no presentan ningún riesgo de infección. Por lo pronto lo mejor es parar el sangrado, que es un problema mayor." Decía mientras volvía a desinfectar el área de la herida.


Le colocó un pequeño parche, cubriendo el lugar de la sutura, y luego lo vendó con gasa. Él mismo estaba estupefacto, puesto que no tenía idea de qué acababa de hacer. "¿Cuando aprendí todo esto?" pensó. El joven trató de levantarse, cansado, apoyando el codo en la mesa.


-"¿Cual es tu nombre?" le dijo mirándolo con cautela.
-"Leon De L'auche" Respondió. "¿Y el tuyo?"
-"Damon Alistel, y ella es Irina Klein". Contestó, llevando su mano al hombro.
-"Yo... ...Gracias" dijo Irina, un poco agitada, aún dejando rodar lágrimas por sus mejillas.


"Irina... ...Klein..." Ese apellido él ya lo había escuchado antes, pero ¿dónde?.


-"¿Eres un nuevo asistente médico? Creo que es primera vez que te veo aquí" preguntó Damon, desconcertado.
-"No, no soy médico" respondió Leon.
-"Entonces ¿¡cómo hiciste eso!? ¡No nos enseñaron eso en nuestro entrenamiento!" dijo Damon.
-"Y-yo... ...N-no lo sé" expresó, observando el vacío, con una cara de confusión quizá mayor a la de los otros dos.
-"Dime, eres de los nuevos ingresos ¿verdad?" Dijo Irina, tratando de calmarlo.
-"Sí" contestó.
-"Nosotros también; de hecho, nos pasa lo mismo: saber cosas sin tener idea de por qué" agregó ella, simpatizando la situación.
-"Y-yo... no recuerdo nada de lo que hacía antes de ser miembro, solo quiero salir de aquí" dijo Leon, quebrando un poco su voz.
-"A decir verdad, yo tampoco recuerdo nada. Solo sé que de un momento a otro, estaba en la sala de TEC y me decían que era un nuevo miembro de CODIAC." Damon habló de nuevo. "No tenía idea de qué hacer, eso fue hace unos tres días."
-"A mi me sucedió igual, hace dos días. Las únicas personas que había conocido hasta ahora eran Damon, y otra chica más experimentada, llamada Lilibeth" Dijo Irina.
-"E-ella; ella me ayudó a venir aquí. M-Me dijo que esperara mientras buscaba a los demás nuevos." comentó Leon, inseguro de si era la misma persona de la que estaban hablando.
-"¡¿Qué!? ¡P-pero eso solo significa que está afuera corriendo peligro!" Damon fue interrumpido por un grito desgarrado, desesperado, que exclamaba auxilio desde afuera.
-"¡¡LEON!! ¡¡ABRE LA PUERTA!! ¡¡RÁPIDO!!" se oyó, causando pánico en toda la habitación.
-"¡E-es Lily!" dijo Irina, sobresaltándose. "¡Ayúdame a mover esto!"


Definitivamente era ella, Leon pudo reconocer esa voz, esos gritos. Irina y Leon se levantaron instantáneamente para quitar el sofá que bloqueaba la puerta doble y abrirla. Colocó ambas manos debajo y movió con todas sus fuerzas; alcanzando la puerta en un apuro.


-"¡Ciérrala, ahora!" Dijo Lily, después de haber entrado corriendo, dejando saludos para luego.


Juntos volvieron a impedir la entrada y Lily suspiró notablemente, rompiendo en llanto y lágrimas en cuestión de segundos.


-"Todos..." susurró. "Todos están aquí, a salvo. Raffaele... él... él sigue vivo, él trató d-de m-m-matarme y-y me estaba siguiendo". dijo con una respiración irregular. Se sentía el terror en su habla.
-"Estas segura ahora, calma, pero este Raffaele ¿Quién es?" preguntó Irina.
-"Y-yo no entiendo qué está pasando. Él estaba m-muerto, yo lo acabo de ver. E-e-él estaba ahí tirado en el piso. Pero c-cómo es que entonces estaba s-siguiéndome. Y-yo corrí, yo..." decía Lily, haciendo caso omiso a lo que le habían preguntado, con ojos tórridos, sujetándose la cabeza con las manos en señal de confusión y locura.


Eso era cierto, Raffaele estaba muerto, Leon estaba completamente seguro de eso. Él mismo lo había visto. Lo que decía Lily no tenía ni el más mínimo sentido, pero honestamente ¿qué cosa tenía sentido en este lugar? Desde que tiene conciencia, lo único que sabe es que es un nuevo miembro de esta extraña organización, sin saber a qué se dedica o siquiera qué trabajo se supone que debe cumplir. Desde ese entonces, este día ha sido una cadena de hechos insólitos que han estado atormentando el lugar, y según parece, poniendo en riesgo la vida de todos.


Nadie tenía nada que decir, el silencio era abrumador y no sabían como manejar este problema. Leon se dignó de hablar y romper el hielo prontamente.


-"Raffaele es uno de nuestros superiores, un hombre alto, algo viejo, de cabello marrón hacia atrás. Tiene una chaqueta igual a la nuestra y lleva su arma en la cintura." dijo.
-"Eso suena como el hombre que me disparó" añadió Damon a la conversación.
-"N-necesito agua" dijo Lily, llorando mientras se levantaba y se dirigía a la pequeña cafetería que había allí.


Nuevamente, las palabras de Lilibeth dejaban un silencio incómodo, como si no pudiera pensar en qué hacer ahora. Algo los condenaba a permanecer rígidos en su lugar, sin hacer ningún ruido. Fue entonces cuando algo hizo un eco muy fuerte en las instalaciones: una voz algo familiar que sembraba un gran temor en todos.


-"Reporte Básico Solicitado. Ala C. Temperatura: 291,10 Kelvin. Presión Atmosférica: 107,21 KiloPascales. Número de Individuos: Seis."

Para errores, preguntas que tengan y demás, no duden en avisarme!
Saludos~