25444-\[Historia]_28\\10_-_Cap._10_-_Una_lágrima_por_el_mañana
#8
Akkien 19096
Aquí les dejo el siguiente capítulo, recuerden avisarme si hay algún error o si tienen alguna duda o sugerencia.

Capítulo 4: Una Lágrima Por Mis Recuerdos.

Raffaele no lo dudo ni un momento, el ya tenía por seguro que lo que había oído Leon no era nada bueno, y no iba a arriesgarse a que perdiera el control de nuevo: lo noqueó con un golpe al cuello y lo encerró en una habitación distinta, acto seguido tomó su celular.

Leon despertó al cabo de una hora, su cuerpo ya se sentía más ligero pero aun tenía la visión borrosa. Fue cuestión de segundos para que él se diera cuenta de que estaba desatado y en otra habitación. Parecía un hotel; había una cama bastante llamativa, un televisor grande al centro, una nevera y un armario corredizo en la pared. Pronto recordó que Sato lo había llamado, aunque no recordaba exactamente los detalles de la llamada; Leon revisó sus bolsillos en busca de su celular pero lo único que encontró fueron un par de pelusas.

Desconcertado, trató de abrir la puerta de la habitación. "¡Joder! Lo que me faltaba" fue lo único que cruzó su mente al descubrir que la puerta metálica se abría con una contraseña. Probó ingresando varios números al azar, pero como temía, no dió resultado. Intentó hacer llamados de auxilio por varios minutos.

-"¿¡Hay alguien ahí!? ¡Auxilio! ¡Estoy atrapado!" gritaba, "¡Raffaele! ¿¡Dónde coño te has metido!? ¡Sácame de aquí!".

Leon se calmó y trató de buscar una forma de salir. Primero revisó toda la habitación y se dió cuenta de que había un baño al lado, aunque eso no fue de mucha ayuda. Luego abrió los cajones de las mesas auxiliares de la cama: vacíos. En el armario corredizo había un uniforme que decía CODIAC, revisó los bolsillos pero tampoco encontro algo útil. Buscó debajo de la cama, en el espejo del baño; la nevera estaba llena de comida pero aún así no había nada que lo ayudara a salir de este cuarto.

Existía solo una cosa entre esas cuatro paredes que aún no había tocado: el televisor. Aunque en realidad no tuviese mucho sentido, Leon sintió que había alguna pista en el televisor, algo que lo ayudaría a escapar, pero se decepcionó al descubrir que no encendía. Sus ánimos se habían ido, sólo le rugía la panza, ya debía estar empezando a anochecer, y a pesar de que esa nevera estuviera llena, se sentía paranoico con respecto a esa comida; sin ganas de hacer nada, simplemente se sentó a esperar pacientemente a que algún milagro lo sacara de ahí.

Instantáneamente se escuchó una voz en la habitación. Era la voz de Raffaele:

-"Veo que por fin te has calmado."

Leon ubicó rápidamente la fuente de sonido; eran varios altavoces en el techo. De hecho, no fue sino hasta ahora que se percató de que habían un par de cámaras en las esquinas.

-"¿Qué quieres de mí, por qué no me dejas ir?" Dijo Leon, ya fatigado.

-"Ya te lo dije, debo protegerte".

-"¿De qué carajos estás hablando? No puedes esperar que yo me crea toda esa basura" Respondió Leon bastante alterado.
-"Mira niño, yo no estoy jugando contigo, este es mi trabajo y si no lo hago quién sabe que me pueda pasar a mí, esta organización tiene asuntos bastante serios así que por ahora solo sigue mis instrucciones y te aseguro que estarás afuera de este lugar antes de que te des cuenta."

Leon solo pensó que ese "antes de que te des cuenta" iba a significar ser noqueado otra vez, pero no tenía caso alguno discutir más, evidentemente el que tenía ventaja era Raffaele.

-"¿Qué se supone que debo hacer entonces?" Le respondió con un tono obstinado.
-"Voy a hacerte una serie de preguntas y quiero que me respondas con el mayor detalle posible. ¿Te ha sucedido algo extraño en los últimos días?".
-"Sí, he despertado tres ocasiones y sigue siendo la misma fecha. También tuve una serie de mareos y dolores de cabeza que me hacían perder la consciencia" Dijo con fastidio.
-"Interesante, es exactamente como me habían informado, creo que es primera vez que recibo un comunicado tan preciso". Se podía sentir una pequeña alegría en el tono de voz de Raffaele. "¿Alguno de tus amigos sabe esto?" Preguntó.
-"No me atreví a decirles nada" Contestó.
-"¿Notaste algún cambio entre los días que despertaste?"
-"No, en realidad no." Dijo Leon. ¿Pero era eso cierto? ¿No hubo ningún cambio significativo en ninguno de esos días?

No, eso no era cierto, si hubo algo que cambió. "¡No, espera! Hoy decidí cambiar algo, evité que mi profesor tuviera un accidente". Corrigió; y el sabía que a causa de eso, Camille también había sufrido.
Instantáneamente recordó la llamada de Sato y una lágrima bajó por su mejilla. Él no tenía que confirmar nada, el silencio de esa llamada y el llanto de la madre de Camille lo habían respondido todo.

Hubo una pausa relativamente corta entre la respuesta de Leon y las palabras de Raffaele.
-"Hmm... ...Eso puede ser problemático, pero aún tenemos que realizar varias pruebas, dejaremos el resto para mañana. Por ahora descansa; Si tienes hambre, la nevera tiene comida suficiente para un par de días, seguro no has comido nada en todo el día, por si no lo sabías, son las 7 y media".

Quizá fue algo rudo o grosero pero no se escuchó nada más de parte de Raffaele, y Leon solo se quedó en silencio pensando en que las probabilidades de que Camille ya no estuviese con vida eran muy altas; honestamente, había perdido el apetito.


Después de un rato simplemente lo aceptó: Camille ya no estaba. Leon se acostó en la cama y se quedó pensando, ¿cuál era el problema con todo esto? Al pasar la noche despertaría en su cama, sería cinco de Marzo otra vez, Camille estaría otra vez con vida, y esta vez podría evitar ambos accidentes ¿no?. Estaba muy cansado, le costaba incluso pensar lógicamente, el no haber comido y haber sido tratado con un anestésico poderoso lo tenía débil. Con un poco más de ánimo, Leon decidió intentar dormir.

Se encontraba tan agotado que no le costó mucho, pero al despertar solo se llevo una desafortunada sorpresa: él aún se encontraba en la habitación. Le tomó un tiempo asimilarlo, hoy era 6 de Marzo, lo que quería decir una cosa que ni él quería pensar. Leon cayó en lágrimas por unos quince minutos, su desesperación y culpa lo estaban matando, él sólo quería volver a la normalidad y que todas las cosas absurdas que le estaban pasando cesaran. Su tristeza se volvió insonora en cuestión de momentos hasta que Raffaele habló por los altavoces:

-"Buenos días, Leon. Necesito que comas, debemos realizar estas pruebas temprano" Fue lo que se escuchó.

Leon no respondió, simplemente obedeció. Tomo una manzana de las que habían en la nevera, le dio unos cuantos mordiscos y luego la volvió a meter ahí. Definitivamente no tenía animos de nada. De repente, la puerta de la habitación se abrió y se escucho la voz de Raffaele de nuevo.

-"Sal. A tu derecha, tercera puerta a la izquierda del pasillo."

Nuevamente sin hacer ningún sonido fue a donde le habían indicado. La placa de la puerta decía "Sala de TEC". Al entrar solo vió una gran silla con varios cables conectados y un casco metálico; parecía algo que verías en una película de terror. Habían varios monitores a los lados y algunos controles con palabras que ni entendía.

-"Siéntate y colócate el casco, no te preocupes, es inofensivo." Se escuchó en la sala.

Dudoso, pero sin tener ningún argumento para salir de ahí, Leon se sentó e hizo lo que le mandaron, se colocó el frío casco de metal. Seguido de eso, varios monitores comenzaron a mostrar su pulso y tomas de su cerebro. Era increíble y a la vez escalofriante.

-"Muy bien, iniciemos ahora la terapia."

¿Terapia? ¿No era una prueba? Inmerso en un profundo terror solo podía pensar ¿Qué demonios le íban a hacer?. Fue entonces cuando la silla lo sujetó de manos y pies. La película de terror había empezado a cobrar vida, su pulso se aceleró muy rápidamente y le temblaba la quijada. Empezó a sentir un cosquilleo y varios de sus músculos se movían involuntariamente hasta el punto de convulsionar. Pobre de Leon, estaba siendo traumatizado.
Así pasaron segundos, minutos, casi una hora sin que él pudiese tomar control de sí mismo. Cuando finalmente paró este horripilante carnaval que lo atemorizaba, la silla soltó a Leon. Él no tuvo ninguna reacción en torno a lo que había sucedido, de hecho no sintió absolutamente nada fuera de lo común, aunque no podía evitarse preguntar algunas cosas bastante extrañas:

¿Por qué traía puesto un uniforme escolar? ¿Qué era esta sala? ¿Qué significaba TEC? ¿Dónde estaba? ¿Y por qué estaba allí en primer lugar?

Se escucho una voz en la habitación:

-"Hola Leon, mi nombre es Raffaele. Se me ha elegido para darte la noticia de que has aprobado la aplicación; después de haber pasado días investigando para nosotros, ahora eres oficialmente un miembro de CODIAC ¡Felicitaciones y bienvenido al equipo!"
Y no hay respuestas, sólo más preguntas para que se rompan la cabeza un rato. No se preocupen por la espera, para este capítulo que viene seguro no me tardaré tanto.

¡Gracias a todo el que lea!
Saludos~