Por un lado, viendo el punto de vista positivo del asunto (en otras palabras, desde el punto de vista clínico), la salud física ha ganado enormes ventajas, por ejemplo, la esperanza de vida actual se ha ampliado hasta edades muy avanzadas, hemos encontrado formas de poder adquirir inmunidades sin tener que padecer enfermedades (incluye inóculos y vacunas), hemos llegado incluso a "erradicar" enfermedades prácticamente mortales (como la viruela), hemos desarrollado nuevas formas de curar lesiones y tejidos dañados (medicina aplicando herramientas puramente histológicas, como "piel artificial") y aún quedan por descubrir miles de cosas que servirán para nuestro propio beneficio. En otros aspectos, el propio Internet (comunicación a distancia y publicación de contenidos totalmente diversos), el sistema de saneamiento para aguas residuales y la energía solar fotovoltaica.
Por otro lado, gracias a la ciencia se han creado auténticas amenazas que casi cualquiera de nosotros desearía des-inventar, o al menos, buena parte de nuestro colectivo: la bomba atómica, el suero de la verdad, la desomorfina (droga caníbal o krokodil), la burundanga, la publicidad subliminal, la energía nuclear de fisión (seamos francos, trae más peligros que ventajas), etc. Quién sabe hasta dónde llegarán, qué es lo que estarán haciendo en aquellas zonas de máxima seguridad y si no disponen ya de Dios sabe qué tipo de inventos para manipular casi cualquier tipo de elementos en nuestra vida o nuestra propia forma de ser.
La ciencia ha ido demasiado lejos para algunas cosas, pero siempre puede llegar a más tanto para lo bueno como para lo malo.