«Niko...»
«Niko, despierta, por favor...»
«¡Niko!»
-¡Niko, vamos!
Niko se despertó, saltando de la cama del susto. Skarad estaba a su lado.
-¿Que... qué ha pasado?
-Tenemos que volver al reino humano.
-¿Y el ritual? -dijo Niko, preocupado.
-Es solo para transformarte del todo. Es de iniciación. Tu tienes los poderes.
-¿Qué hora es?
-En tu reloj son las 04:12. En el nuestro, las 5 del porvenir. -dijo Skarad, poniendo prisa.
-Skarad, me han dado esto para ti. Es un comunicador. -dijo Niko, al momento que se lo daba.
-Gracias. Ahora, dame la mano. -dijo Skarad.
Niko le dió la mano.
-Ropa. -conjuró Skarad, y al momento la ropa y peinado de Skarad y Niko cambiaron y pasaron a ser la ropa que tenían anteriormente. -En tierra humana llamame Claudio. ¡Hiperespacio largo!
Al momento, fueron al hiperespacio.
-Una cosa, Claudio. ¿Como es que ahora entiendo tus palabras de poder? -preguntó Niko.
-Niko, eso es porque tienes el efecto del hechizo. ¿No te acuerdas?
-¿Es ilimitado?
-Si. Ya llegamos al carruaje.
Llegaron a un carruaje tirado por tres estrellas. Claudio se puso como conductor. Niko se sentó atrás. En un instante, el carruaje pasó a ser un carro blindado. El techo y las puertas se cerraron, aunque Niko no sabía como había techo y puertas, blindados en un carruaje de aspecto antiguo que, en tierras humanas, es tirado por caballos.
-Esto es maquinaria del siglo LXVII en vuestras tierras. No pertenece a los elfos, pertenece a los humanos del futuro. Pero lo necesitamos. ¡Hai! -dijo Claudio, y las estrellas se movieron a una velocidad extravagante.
Al instante apareció por detrás un tipo con armadura negra, que le cubría todo el cuerpo.
-Claudio, -preguntó Niko. -¿Quien es ese?
-¿Quien? -dijo Claudio, mirando hacia atrás. -Qué... coj... ones... ¡AGÁRRATE!
Claudio aceleró y fué a máxima velocidad con tal que ese tipo no los alcanze.
-¿Quien es? -preguntó Niko, con miedo.
-El es el Fin. Viene del fin... de los tiempos, donde todo el Universo será conquistado por el y su padre, que en su tiempo ha muerto. Todo el Universo le pertenecerá. Pero ahora ha viajado desde muchos, millones de billones de años para seguirnos. ¿Qué querrá?. El fué prisionero de la Grieta. No puedo decir mas. Cambio de planes. Nos vamos, ¡a otra dimensión! ¡Hai!
Niko se quedó esperando, no sabía exactamente a qué, hasta que vió láseres rojos pasando por el lado del carro blindado.
-¡Niko! ¡Hay una ametralladora laser detrás tuya! ¿Te manejas bien con las armas? -preguntó Claudio.
-Sí, bueno, si...
-Prepárate. Tienes un pedal debajo de la ametralladora. Es el gatillo. Púlsalo para disparar.
-De acuerdo.
Al momento, Niko se situó en la ametralladora. Se abrió el techo por el lado trasero para apuntarle. Después, empezó a disparar.
-¡Así! -dijo Claudio.
«Si las palabras de poder de Claudio las entiendo, y tengo la habilidad de portar maná, porqué no podría hacer magia? (Tienes los poderes)» pensó Niko.
Niko dejó de disparar.
-¿Qué haces? -preguntó Claudio.
-Lo que he aprendido. ¡Plasma!
Al instante, un misil de plasma borbotó de la mano de Niko, y siguió al Fin. Bastó para quitarle el equilibrio y caerse a un agujero del hiperespacio.
-¡Muy bien, Niko!
Fueron a un portal, dejaron el carruaje al lado y entraron.
-No se donde nos guiará éste portal. Arriesguémonos. -dijo Claudio.
Entraron en un portal, ¡llegaron al ácto de la cúpula!
-Niko, estamos en el lugar del suceso de hace dos años. Exactamente, estamos en... Viene alguien, ¡escóndete!
Se escondieron en un callejón, y Niko, aprendiendo la magia, pronunció:
-Invisible.
Y desapareció. Claudio no dijo nada, porque su aguda vista percibía a Niko por el oído.
-Mira Niko. -dijo susurrando Claudio. -¡Eres tú! Pero... ¿a donde te diriges?
-Esto es la plaza, Claudio. Hay tiendas, yo fui a... ¡a robar a esta tienda! ¡Es la carnicería!
-Invisible. -pronunció Claudio, y acto seguido, desapareció.
-¡Eh! ¡Niño! ¡Te voy a cortar los huevos! -dijo el carnicero, echando a correr detrás del Niko del pasado, que en aquel entonces tenía trece años.
-Aquí es donde escapo, y llamo a mi madre para que me deje la puerta abierta. -dijo Niko. -Después del robo, me fijé en el dibujo del cristal. Había un punto rojo. Le voy a seguir. ¡Volar! Antes de irme, Claudio, activa el comunicador. ¡Hasta luego!
-Niko, ¡espera!
«Claudio, ¿me recibes?» dijo Niko por el comunicador.
«Sí. Te íba a preguntar si sabes por donde atacar.»
«Sí.»
Niko, escondido en los tejados, corrió hacia Niko hasta que vió el punto rojo en la cúpula. Íba a volver a activar el hechizo de vuelo, pero Claudio le interrumpió por el comunicador.
«Niko, deja todo lo que estés haciendo y reúnete conmigo en la plaza, en el tejado del edificio mas alto.»
«Voy para allá.» respondió Niko.
-Volar. Invisible. Conexión de protector.
Niko pronunció muy seguro esas palabras, aunque "Conexión de protector" es un hechizo de segundo nivel, Niko, al escucharlo, no tuvo temor alguno. A veces, el maná le consumía tanta fuerza que tuvo que parar, hasta que una vez que paró, notó que su fuerza aumentó radicalmente. Gracias a ello, llegó a su destino más rápido de lo normal.
-¿Qué pasa? -preguntó Niko.
-Niko, me equivoqué. Yo no soy la sombra que viste en la plaza, ¡es el Fin! Está buscándonos.
-Entonces, si el Fin localiza a mi yo del pasado, ¿qué pasará? -preguntó Niko, preocupándose.
-Lo perseguirá. Es un cyborg humano, Niko. Nunca se cansa.
-¡Pero le va a matar! Y despues, yo... moriré.
-Si no hacemos algo puede que tu yo del pasado muera en brazos del Fin. ¿Estás listo?
-¿Listo para qué? -preguntó Niko, atemorizado.
-Observa. -dijo Claudio, señalando a la fuente de la plaza. -Eres tú volviendo, cuando te fijas en el. Te quedas unos segundos mirándolo, y después huyes. Vamos. ¡ATACA!
Niko y Claudio siguieron al Fin. Cuando llegaron, el Fin se quedó mirando fijamente a Niko.
-Sujeto registrado n° 6913057342. Entrando en servidor civil. Nombre: Niko. Apellidos: Gutiérrez Martín. Tú eres el tipo que busco. -dijo el Fin, y enseguida arremetió contra Niko.
-¡Teletransporte! ¡Clase: espadachin! ¡Invoco mascota! ¡Espíritu de los robles, yo te invoco! -dijo Niko.
Su ropa pasó de ser la de calle a una armadura de chapa gris oscuro, con rayas negras y blancas por los lados, que todas estaban trazadas desde un mismo punto: un círculo rojo en medio de la parte superior de la armadura. Le cubría todo el cuerpo, sin dejar espacio para las axilas. La armadura contaba con un sistema de ventilación, y el portador sentía la armadura más ligera que la propia ropa.
Inmediatamente sacó la espada, era una gran espada de color azul brillante oscuro, con un grabado élfico que decía: Niko.
-Mascota: ¡agarre de zarzas!
Inmediatamente la mascota hizo un gesto e inmediatamente salió del suelo unas zarzas que rodearon al Fin. El, como cyborg de guerra, quemó las zarzas. Pero Niko tuvo el tiempo suficiente para blandir la espada y manejarla para estabilizarla.
Cuando el Fin salió, Niko conjuró un teletransporte. Inmediatamente apareció más cerca del Fin. La espada, hechizada por Niko con "Eficiencia" y "Toque de Fuego" atravesó la armadura del cyborg.
-Mascota: ¡corte de garra!
La mascota, inmediatamente arremetió contra el Fin, cogiendo la espada de Niko, y partió en dos al cyborg. Se cayó al suelo.
«Claudio, ya está. ¿Eso es todo?» dijo Niko por el comunicador.
«Niko, gírate.»
Niko se giró, y vió la parte superior del Fin lanzándose contra el.
-¡Teletransporte! Mascota: ¡agarre!
Niko se transportó detrás de la parte superior del Fin y lo agarró con todas sus fuerzas.
«Claudio, la prisión de la que me hablaste. ¡TELETRANSPÓRTAME!»
«Espera 30 segundos, la prisión está en la dimensión Fa. Voy y te teletransporto»
El Fin estaba apunto de escapar de las garras de la poderosa armadura de Niko, cuando de repente, tanto él, como el Fin se vieron en un gran vacío. Niko soltó al Fin, e inmediatamente, por algún poder, salió de la "celda". Cuando miró quien era el que hizo ese conjuro de levitación, se sorprendió al ver un cuerpo de gorila, a la vez de rinoceronte, con la piel escamosa, de color azul grisáceo; de armadura blanca, de un material desconocido, pero parecía una especie de goma, con hierro y diamante.
Niko se dirigió al guardia, y intentó conjurar una palabra de poder que le permitiera comunicarse con su lengua. Pero Niko, al ver que su intento falló, creyó que los poderes estaban restringidos excepto para los guardias.
-Gracias. -dijo Niko, para intentar agradecérselo para que lo entienda.
-Kate goo. Ga te ig tante. So da pá me ke tak.
Niko fué teletransportado mediante un conjuro conocido, ¡y era el de Claudio!
Al momento, apareció en el reino de los elfos.
-Algunos no esperamos, Niko... -bromeó Claudio.
Al instante, Tkoth apareció.
-¡¡SIGUES VIVO!! ¡Te infravaloramos, y mucho, Niko! -dijo.
-¿Cómo te has enterado, Tkoth?
-Todos se han enterado. El brujo, como cada dia, abre el Gran Oráculo, una especie de televisión en tu reino. Tu comunicador es de perla, objeto que comunica con el oráculo del brujo. Al ver tu combate con el Fin, vinieron, ¡hasta los enanos! No me va a extrañar que las chicas te incordien mañana... Descansa, Niko. Todos, todos estamos muy en deuda contigo. Nunca nadie consiguió vencer al Fin. Es la primera vez que alguien ¡desafía! al Fin, y lo termina derrotando. Tengo mucho que aprender de tí.
Todo esto habrá resultado duro y agotador, bueno, he pedido a un elfo que te lleve hacia tu nuevo hogar. Está en una arbórea...
-Tkoth, los humanos lo llamamos secuoyas. -interrmpió Niko.
-¿De veras? Vaya... Pues está en una secuoya de tronco alto. Ya verás, te encantará.
Al momento, vino un elfo elegantemente vestido con ropaje verde, parecido a un esmoquin.
-¡Buenas noches! Soy Bekrei. ¿Tu eres Niko?
-Eh, sí. -respondió.
-Se te nota en tu gran armadura, gran espadachín. Todos están hablando de tí. Las cartas están volando de casa en casa, y tú eres la causa. Eres el sujeto mas hablado en la historia de nuestro reino.
-¿En serio?
-¡Si! Y ahora bien, he venido a acompañarte a tu nuevo hogar. Dicho esto, ¡vámonos!
Bekrei acompañó a Niko a su nuevo hogar, sin evitar que el elfo haga todo tipo de preguntas.
-¡Llegamos!
Era una casa grandiosa, con techo de hoja marrón endurecida y seca, arcilla de paredes, y grandes decorados.
-Gran Niko, mañana observa la casa, pero ahora descansa. Te enseñaré la habitación.
Bekrad le enseñó la habitación: era grande, con uma cama matrimonial, unos muebles muy bien colocados, y un escritorio que hace esquinas.
-Descansa. Me alegro mucho de conocerte, gran Niko. -dijo Bekrad, y al momento, se fué.
«Tengo que dormir...» pensó Niko.
-Ropa. -dijo, e inmediatamente cambió y se puso su ropa de pijama humano.
Se tumbó en la cama y se puso a dormir, pensando en todo.
«Primera prueba superada para la caída del héroe...»
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