Capítulo 6: Los expertos, Los Niños
Cuando llegué a mi casa le dije a mi mamá que iría a la casa de mi abuela, donde estaba mi perrita. Cuando llegué mi abuela estaba dormida fui al patio sin hacer ningún ruido y vi un perrito marrón muy peludo…Eevee.
-Amy te convertiste en un Pokémon también.-dijo yo, mientras que la única respuesta fue ``Eevv….´´.
Me quedé un rato con ella hasta que mi mamá me llamó.
-Agus ven rápido, los peces crecieron.-dijo mi mamá. Cortó el teléfono.
-¿Crecieron?-me pregunté. Supuse que se habían convertido en Magikarp, Finneon o tal vez Goldeen…
Cuando llegué lo que supuse era cierto. Había dos Magikarp y un Finneon. Pusieron a cada uno en peceras diferentes. Esa noche el último pensamiento que tuve fue: perezosos a Slakoth, elefantes a Donphan, ballenas a Wailord, etc.
A la mañana siguiente en las noticias `` Reportaje al Creador de Pokémon ´´. Me senté y vi el reportaje.
-Nunca creí que los Pokémon serían realidad…-dijo el que doblaba la voz de Satoshi Tajiri.
-¿Cómo podremos lidiar con esto?-preguntaba la reportera.
-No lucharemos, ayudaremos a estas criaturas, llamadas Pokémon, las trataremos mejor de lo que tratábamos a los animales.
-Solicitamos la ayuda de las personas de todo el mundo que sepan sobre los Pokémon.-dijo la reportera.
-Ahora los expertos son los que sepan sobre Pokémon adultos y niños. Ahora los expertos, son los niños.-dijo Ken Sugimori, que estaba en el reportaje también.
Luego de eso todos los niños y adultos que sabían sobre los Pokémon fueron a los laboratorios. Ahora, los niños enseñaban y por supuesto los adultos o adolescentes que sabían. Nosotros éramos los científicos. Así fue que comenzamos a enseñar sobre la Pokédex, las nuevas bayas que habían crecido en los árboles, el entrenamiento Pokémon, las PokéBolas y por supuesto todo sobre los nuevos habitantes de La Tierra.
Todo era asombroso, ver los avances tecnológicos y el interés por los Pokémon de parte de todos.
Luego de lo sucedido habían cerrado los zoológicos pero para entonces los abrieron otra vez. Se me ocurrió ir a ver los nuevos `` animales ´´. Fue bastante largo el viaje en auto pero me dio tiempo para ver a los Starly volar y los Eevee, Houndour y demás Pokémon perros pasear. Cuando llegamos todo era un caos, no podían controlar los Pokémon. Ursaring atacando al personal, Cyndaquil quemando las rejas, muchos Torchic con sus madres Combusken saliendo del corral, Piplup usando Picotazo contra el vidrio, Turtwig y Grotle escapando, Buneary usando Bote para saltar de las corrales. Era hermoso ver que los Pokémon sean reales pero allí todo era un desastre. Mi papá dijo que nos alejáramos, pero no hice caso y fui más adentro.
Se me ocurrió que Mew podría ayudar y la saqué de su PokéBall. Le dije que hiciera algo. En ese momento Mew se teletransportó sola, mire a los lados y había desaparecido al rato mi rosada amiga había vuelto pero con un bolso.
-¿Qué es esto Mew?-le pregunté mientras me lo entregaba.
Ese bolso estaba lleno de todo tipo de PokéBall.
-¡Ah! Quieres que los atrape…-le dije.
Poco a poco el zoológico se fue vaciando de Pokémon ya que con la ayuda de Mew y los Pokémon que habíamos tranquilizado primero pudimos atraparlos todos.
-Gracias Cyndaquil y Buneary.-les dije a los dos Pokémon que nos habían ayudado.
Buneary sabía Puño Mareo así que lo aproveché y Cyndaquil sabía Gruñido así que lo use para que los ataques de los otros Pokémon fueran más débiles. Guardé a ambos en sus PokéBall y los puse en el bolso.
-¿Y ahora qué?-le pregunté a Mew.
Mew usó Teletransporte y llegamos a varios lugares como una pradera, un iceberg, un bosque, una montaña y otros lugares para liberar a los Pokémon que habíamos atrapado. Fue más rápido de lo que pensé. Cuando volvimos al zoológico, el personal nos agradeció y volví a casa tranquila. Todo estaba bien si tenía a Mew a mi lado.
-Gracias, Mew.-le dije.
Mew abrió sus pequeñas patitas y me abrazó. Disfruté mucho ese momento. No sé que hubiera hecho sin tener a Mew a mi lado. Los Pokémon son más impresionantes de lo qué uno se pueda imaginar, nunca dejan de ser tus mejores amigos. La sonrisa de Mew, y de cualquier Pokémon, es lo más hermoso que vi en toda mi vida.
-Amy te convertiste en un Pokémon también.-dijo yo, mientras que la única respuesta fue ``Eevv….´´.
Me quedé un rato con ella hasta que mi mamá me llamó.
-Agus ven rápido, los peces crecieron.-dijo mi mamá. Cortó el teléfono.
-¿Crecieron?-me pregunté. Supuse que se habían convertido en Magikarp, Finneon o tal vez Goldeen…
Cuando llegué lo que supuse era cierto. Había dos Magikarp y un Finneon. Pusieron a cada uno en peceras diferentes. Esa noche el último pensamiento que tuve fue: perezosos a Slakoth, elefantes a Donphan, ballenas a Wailord, etc.
A la mañana siguiente en las noticias `` Reportaje al Creador de Pokémon ´´. Me senté y vi el reportaje.
-Nunca creí que los Pokémon serían realidad…-dijo el que doblaba la voz de Satoshi Tajiri.
-¿Cómo podremos lidiar con esto?-preguntaba la reportera.
-No lucharemos, ayudaremos a estas criaturas, llamadas Pokémon, las trataremos mejor de lo que tratábamos a los animales.
-Solicitamos la ayuda de las personas de todo el mundo que sepan sobre los Pokémon.-dijo la reportera.
-Ahora los expertos son los que sepan sobre Pokémon adultos y niños. Ahora los expertos, son los niños.-dijo Ken Sugimori, que estaba en el reportaje también.
Luego de eso todos los niños y adultos que sabían sobre los Pokémon fueron a los laboratorios. Ahora, los niños enseñaban y por supuesto los adultos o adolescentes que sabían. Nosotros éramos los científicos. Así fue que comenzamos a enseñar sobre la Pokédex, las nuevas bayas que habían crecido en los árboles, el entrenamiento Pokémon, las PokéBolas y por supuesto todo sobre los nuevos habitantes de La Tierra.
Todo era asombroso, ver los avances tecnológicos y el interés por los Pokémon de parte de todos.
Luego de lo sucedido habían cerrado los zoológicos pero para entonces los abrieron otra vez. Se me ocurrió ir a ver los nuevos `` animales ´´. Fue bastante largo el viaje en auto pero me dio tiempo para ver a los Starly volar y los Eevee, Houndour y demás Pokémon perros pasear. Cuando llegamos todo era un caos, no podían controlar los Pokémon. Ursaring atacando al personal, Cyndaquil quemando las rejas, muchos Torchic con sus madres Combusken saliendo del corral, Piplup usando Picotazo contra el vidrio, Turtwig y Grotle escapando, Buneary usando Bote para saltar de las corrales. Era hermoso ver que los Pokémon sean reales pero allí todo era un desastre. Mi papá dijo que nos alejáramos, pero no hice caso y fui más adentro.
Se me ocurrió que Mew podría ayudar y la saqué de su PokéBall. Le dije que hiciera algo. En ese momento Mew se teletransportó sola, mire a los lados y había desaparecido al rato mi rosada amiga había vuelto pero con un bolso.
-¿Qué es esto Mew?-le pregunté mientras me lo entregaba.
Ese bolso estaba lleno de todo tipo de PokéBall.
-¡Ah! Quieres que los atrape…-le dije.
Poco a poco el zoológico se fue vaciando de Pokémon ya que con la ayuda de Mew y los Pokémon que habíamos tranquilizado primero pudimos atraparlos todos.
-Gracias Cyndaquil y Buneary.-les dije a los dos Pokémon que nos habían ayudado.
Buneary sabía Puño Mareo así que lo aproveché y Cyndaquil sabía Gruñido así que lo use para que los ataques de los otros Pokémon fueran más débiles. Guardé a ambos en sus PokéBall y los puse en el bolso.
-¿Y ahora qué?-le pregunté a Mew.
Mew usó Teletransporte y llegamos a varios lugares como una pradera, un iceberg, un bosque, una montaña y otros lugares para liberar a los Pokémon que habíamos atrapado. Fue más rápido de lo que pensé. Cuando volvimos al zoológico, el personal nos agradeció y volví a casa tranquila. Todo estaba bien si tenía a Mew a mi lado.
-Gracias, Mew.-le dije.
Mew abrió sus pequeñas patitas y me abrazó. Disfruté mucho ese momento. No sé que hubiera hecho sin tener a Mew a mi lado. Los Pokémon son más impresionantes de lo qué uno se pueda imaginar, nunca dejan de ser tus mejores amigos. La sonrisa de Mew, y de cualquier Pokémon, es lo más hermoso que vi en toda mi vida.