Mi nombre es Agustina. Tengo 12 años. Amo los Pokémon ahora, antes y, también lo haré en el futuro, aunque solo existían en la imaginación de Satoshi Tajiri, el creador. Siempre los ame soy una gran fan de ellos. Mis amigos también lo son, pero nadie me gana. Esta es la historia de cómo ellos, los Pokémon, llegaron a la Tierra o, mejor dicho, como fueron traídos a ella.

Era una noche muy oscura. Yo estaba jugando con mi Nintendo DS, mi hermana jugando con sus millones de Barbies, mi papá en el taller, la televisión encendida…Todo igual que siempre. Mi mamá estaba regando las plantas del balcón:
-¿¡Agus esto es tuyo!?-mi mamá gritó.
-¿¡Que!?-respondí yo, mientras soltaba mi Nintendo DS y me dirigía al balcón.
-Esto, Agus, lo encontré mientras regaba las plantas, ¿Es tuyo?-me dijo mientras me entregaba una especie de medalla pequeña y brillante, toda sucia por la tierra húmeda.
-No, no es mía.-le respondí mientras la sostenía y la limpiaba. Brillaba. Y mucho. Parecía oro.
-Le voy a preguntar a Mariana (mi hermana), si es suya.
-No, ma deja no le preguntes, se que no es de ella.-le dije antes de que de un paso más. ¡La medalla tenía la imagen de Mew, mi Pokémon favorito! Mi mamá fue a apagar la manguera.

Cuando levanté la vista, en el cielo oscuro, vi algo volando. Volaba de arriba abajo, a veces daba un pequeño giro o doblaba…Pero siempre se dirigía a la misma dirección. Me quedé un rato largo mirando tal extraordinario evento. No sé porque, pero me gustaba ver a esa pequeña criatura. Criatura, porque no sabía lo que era.
-¡Ma! Mira eso volando ¿Qué es?
-¿Qué cosa?
-Ma eso, ¿No lo ves?
-Debe ser un avión o un helicóptero.-dijo mi mamá tranquilizándome.

Aparentemente mi mamá no lo veía…De pronto, se me calló la medalla de la mano.
-¿Eh? ¡Desapareció!-dije muy sorprendidamente. Luego agarré la medalla del suelo y…
-¡Volvió a aparecer!-dije mirando a la criatura y al mismo tiempo a la medalla.

Entonces empecé a jugar con ella, tirándola al piso, volviéndola a agarrar…Me dí cuenta que cuando la tocaba veía a la criatura y cuando no, no. Fui corriendo a buscar mis binoculares, para observarla más de cerca. Era rosada no había confusión. Tenía una larga cola, de aproximadamente el largo de su cuerpo y unas patas pequeñas pero como las de un canguro. Eso era lo único que podía distinguir, ya que estaba dada vuelta dirigiéndose al otro lado.

Al día siguiente, fue un día como cualquier otro. Lo único diferente era el tema del que hablamos con mis amigos en el recreo.
-¿Así que viste algo volando de color rosado ayer en la noche?-respondió mi mejor amiga Rocío, después de que les contara sobre lo que había visto, la noche anterior.
-¿Y la única que lo veías eras vos porque llevabas puesto este collar dorado con la imagen de Mew?-dijo mi mejor amigo Maxi.
-En realidad era solo una medalla cuando la encontré, yo le agregué el hilo para convertirlo en un collar y llevarlo siempre conmigo.
-En serio Agus, es muy difícil de creer que un Pokémon existe en el mundo.-dijo mi otra mejor amiga, Candela, que es la menos fan de Pokémon en mi grupo de amigos.

Cuando volvimos a clase, la profesora de Matemáticas me mandó a llevar unas cosas a la Sala de Maestros. Raro, porque nunca me piden nada, pero si iba a perder tiempo de clase, ¡Como no aceptarlo!

Entonces lo lleve. Era una gran pila de papeles, notas y evaluaciones. Cuando estaba por llegar, del cielo baja una extraña criatura rosada… ¡ERA MEW! Imagínense la sorpresa de encontrarme a mi Pokémon favorito, y lo más increíble ¡UN POKÉMON EN NUESTRO MUNDO!

Me quede boquiabierta cuando la vi. La enorme pila de papeles se me había caído de las manos, en un total desorden. Aun así no me preocupaba por eso.

-No puede ser…-dije yo. Mew comenzó a reír. Me desperté de la impresión.
-Debo juntar todo esto, Mew no es real, es solo una imaginación.-me dije a mi misma.

Mew uso sus poderes psíquicos para levantar los papeles y ordenarlos en un abrir y cerrar de ojos, colocándolos sobre mis brazos. Era sorprendente. De nuevo, yo me quede boquiabierta. Mew, en un santiamén hizo aparecer una Master Ball, en sus pequeñas manos, o mejor dicho, patas. Me la entregó.

-¿Quieres que te atrape?-dije yo, y para mi sorpresa Mew asintió.
-¡PokéBola Ve!-grite yo, como si nadie podría escucharme.

Mew se dejó atrapar como ningún otro Pokémon lo haría. Mire a los lados y nadie ni nada parecía poder escucharme ni verme. Recogí los papeles y finalmente los entregue a la Sala de Maestros.

La mañana corría normalmente como siempre, hasta que llegó la hora de volver a casa. Yo siempre espero a mi mamá en la entrada de la iglesia de mi escuela, con mi mejor amiga, Rocío. Le dije a Rocío que me acompañara a donde nadie podía ver lo que hacíamos. Le dije que le quería mostrar algo.

-Bueno acá estamos… ¿Qué me querías mostrar?-me dijo al llegar.
-Esto ¡Mew yo te elijo!-grité, y de nuevo como si nadie me hubiera escuchado o visto lo que hacía.
-Es-es-es… ¡Mew!-dijo Rocío aún boquiabierta.
-Exacto, me lo encontré en el pasillo-balcón, cerca de la Sala de Maestros, y me entregó esto.-le mostré la Master Ball-Una Master Ball.
-No me considero una experta en esto de los Pokémon, por eso te pregunto… ¿Qué hace una “Master Ball”?-me dijo mi amiga.
-Bueno, una Master Ball, atrapa a cualquier Pokémon, nunca falla, no importa que sea un Pokémon legendario, ni su nivel, ni sus PS…La mayoría de las personas que juegan Pokémon, las guardan hasta encontrarse con el Pokémon mas difícil de atrapar: Arceus, Deoxys, Suicune, Mew…-le explique yo.
-Tal vez quería que la o lo atraparas con una mejor PokéBall… ¡Hay de que estoy hablando los Pokémon no existen!-respondió mi no creída amiga.
-Siempre supe que existían en algún lugar, lo que no me esperaba era con cual me iba a encontrar.-dije sabiamente mientras acaricia la barbilla de Mew.

En ese momento pasaba Maxi por la iglesia, se acerco para saludarnos. Le hice señas para que se acercara.

-Y ahora que me dicen Mew ¿Es real o no?-les dije a mis dos sorprendidos amigos.
-Es muy real, no era que los Pokémon ¿No existían?-respondió Maxi, tan sorprendido como Rocío y yo la primera vez que vimos a Mew.

Luego de eso nos vinieron a buscar. A mi familia ni se lo comenté. De hecho antes de que viera a Mew, mis padres siempre dicen que soy demasiado fanática o estoy loca por los Pokémon. Lo acepto, Pokémon me vuelve loca.

Esa misma tarde, cerré la puerta de mi cuarto me subí a mi cama y saqué a Mew de su PokéBall. Estaba feliz de salir y yo estaba feliz porque lo tenía conmigo.

-Mew, ¿Existen más Pokémon?-le pregunté como si Mew podría hablar.

Mew lo único que respondió fue, lógicamente, “Mew-w-w-w”. Fue un largo y adorable sonido. Mew se acercó a la ventana, miró por ella y cerró los ojos. Puso sus “manos” al frente y comenzó a aparecer un “aura”, por así decir, que la rodeaba. Y de nuevo, “Mew-w-w-w”, pero esta vez un largo y sufrido sonido.

-Mew, ¿Qué te sucede?-pregunté preocupada.

Parecía estar haciendo un esfuerzo, pero, ¿De qué? Su rostro empezó a tornarse más rojizo. La sostuve y se cayó en mis brazos. La recosté sobre mi cama y le hice la misma pregunta. Parecía estar enfermándose. O estaba muy cansada. Parecía no poder abrir los ojos. Así que la dejé descansar. Esa noche tuve que esconderla, me daba lastima dejarla así en su PokéBall. Dormí con ella. A la mañana ya estaba cómo nueva.

En la escuela, me encontré con otro amigo mío está en otro grado, uno menos al que yo estoy. Es un gran fanático de Pokémon. Llamado Martín o como yo le digo Martin.

-¡Genial, siempre quise que existieran!-respondió Martin al contarle lo sucedido, Martin no necesitaba ver para creer.

-¡Sí, espero que aparezcan más!-le dije yo a mi amigo, feliz de que me creyera.
-¡Ah, casi me olvido, Agus! ¿Querés venir mañana a mi casa?-dijo Martin.-Pero tenés que llevar a Mew, la quiero ver.
-Sí, no hay problema.-dije mientras pensaba si Mew iba a seguir enferma. Todavía no se lo había mencionado a mis amigos.

Y así fue el día siguiente era sábado y fui a la casa de Martin después del almuerzo.

-Al fin llegaste te estaba esperando, ¿La trajiste?-preguntó Martin cuando llegué.
-¿Qué cosa?-le dije yo desconcertada.

No respondió. Sólo me guiño el ojo. Yo seguía sin entender. Y finalmente hizo una seña a su mamá que estaba al lado, con la boca, sin hacer ningún sonido, intentó decir “Mew”. Finalmente respondí:

-¡Ahh! Sí, sí la traje.

Cuando llegamos a su cuarto, Martin encendió su televisión y puso Pokémon, justo ese día repetían Lucario y El Misterio de Mew.

-Buena idea Martin, la veremos los tres.-le dije cuando empezó la película, luego saqué a Mew de su PokéBall.

Cuando la película estaba por terminar, estaba justo en la parte donde Mew estaba enferma, recordé lo que había sucedido hace dos noches y decidí decírselo a Martin en cuánto la película terminara.

-Martin-le dije yo, cuando terminó la película-hace dos noches, Mew parecía enferma, estaba muy débil, antes de eso había hecho mucho esfuerzo. Lo extraño fue que sucedió luego de que le preguntara si existían más Pokémon…Crees, que signifique que…-le dije yo sin terminar la frase, como diciendo algo muy obvio.
-Bueno, solo lo podremos averiguar en el canal de noticias.-respondió mientras tomaba el jugo que le había traído su mamá.

Cambió el canal y las noticias decían: Monstruos o Animales. La reportera que estaba en un laboratorio dijo que un mono que estaba en un zoológico se había transformado en un mono mutante que lanzaba fuego. Cuando vimos al mono nos quedamos boquiabiertos. Ese mono era un ¡Monferno! Ambos miramos a Mew y nos chocamos las manos.

-¡Genial lo sabía!-gritamos al unísono.
-También un satélite del espacio, creado para saber el clima, hace dos noches, captó una imagen muy extraña que se veía desde el espacio.-dijo la reportera y nosotros volvimos a prestar la máxima atención posible al televisor. La imagen que mostraba era algo así:

[Luego pongo la imagen, es un mapa del mundo con ondas expansivas provenientes de Sudamerica y otros del medio del oceano atlantico.]

-¡Ondas expansivas!-gritamos al mismo tiempo.
-Espera, hay una onda que comienza en Argentina, ¡Donde vivimos nosotros!-dije yo señalando la onda de abajo.
-Y la otra está cerca del Polo Norte-dijo Martin mientras terminaba su jugo.
-Entonces no podría ser la onda que esta en Sudamérica sea… ¿Mew?-le pregunté a Martin, mientras miraba a Mew.
-Sí, y la otra, tiene que ser un Pokémon más fuerte…-dijo Martin pensativo.
-Arceus.-dijimos al instante.
-Entonces sí, hay más Pokémon.-dije yo, respondiendo a mi propia respuesta.
-Pero los Pokémon no están siendo creados, porque dijeron que ese Monferno, era un mono…-dijo Martín tratando de crear una hipótesis.
-Los animales, ¡Se están transformando!-dije yo, completándola.
-Agus, sos la primera persona en tener un Pokémon.-dijo alegremente Martín.
-¡¿Ahhh, que es ese monstruo?!-escuchamos gritar, era la mamá de Martín.
-Yo no estaría tan segura de eso-le dije a Martin, mientras nos levantábamos, para ir a ver que sucedía.

Llegamos, al jardín y vimos a una linda Glameow, sentada en el pasto, relamiéndose las patas.

-¡Lucía!-gritó Martín al darse cuenta de que su gata se había convertido en una Glameow. Martín corrió y la abrazó mientras la acariciaba.
-¡Martín no te acerques a ese cosa, tengo que buscar a Lucía, para darle su comida!-gritó su mamá espantada.
-No, mamá, esta Glameow es Lucía.-respondió Martin.
-¿Qué es un Glameow?-preguntó su mamá.
-Un Glameow es un Pokémon gato, todos los animales están convirtiéndose en Pokémon, ¿O no, Agus?-dijo Martín para tranquilizar a su mamá.
-Sí, lo vimos en el canal de noticias.-le dije yo.

Cuando llegó la hora irme, vino mi mamá a buscarme, antes de subir al auto, nuestras mamás tuvieron una charla poco común. Hablaron sobre los “monstruos” en los que los animales se habían transformado. En ese momento me vinieron a la mente dos cosas sobre el tema. La primera si debía decirle lo de Mew, a mis padres. Decidí que era muy pronto para hacerlo, así que no. La segunda cosa era: ¿Todos los animales se habían convertido en Pokémon? ¿Incluidas mis mascotas, Amy, mi perrita y los peces de mi papá?

Cuando llegué a mi casa le dije a mi mamá que iría a la casa de mi abuela, donde estaba mi perrita. Cuando llegué mi abuela estaba dormida fui al patio sin hacer ningún ruido y vi un perrito marrón muy peludo…Eevee.
-Amy te convertiste en un Pokémon también.-dijo yo, mientras que la única respuesta fue ``Eevv….´´.

Me quedé un rato con ella hasta que mi mamá me llamó.

-Agus ven rápido, los peces crecieron.-dijo mi mamá. Cortó el teléfono.
-¿Crecieron?-me pregunté. Supuse que se habían convertido en Magikarp, Finneon o tal vez Goldeen…

Cuando llegué lo que supuse era cierto. Había dos Magikarp y un Finneon. Pusieron a cada uno en peceras diferentes. Esa noche el último pensamiento que tuve fue: perezosos a Slakoth, elefantes a Donphan, ballenas a Wailord, etc.

A la mañana siguiente en las noticias `` Reportaje al Creador de Pokémon ´´. Me senté y vi el reportaje.

-Nunca creí que los Pokémon serían realidad…-dijo el que doblaba la voz de Satoshi Tajiri.
-¿Cómo podremos lidiar con esto?-preguntaba la reportera.
-No lucharemos, ayudaremos a estas criaturas, llamadas Pokémon, las trataremos mejor de lo que tratábamos a los animales.
-Solicitamos la ayuda de las personas de todo el mundo que sepan sobre los Pokémon.-dijo la reportera.
-Ahora los expertos son los que sepan sobre Pokémon adultos y niños. Ahora los expertos, son los niños.-dijo Ken Sugimori, que estaba en el reportaje también.

Luego de eso todos los niños y adultos que sabían sobre los Pokémon fueron a los laboratorios. Ahora, los niños enseñaban y por supuesto los adultos o adolescentes que sabían. Nosotros éramos los científicos. Así fue que comenzamos a enseñar sobre la Pokédex, las nuevas bayas que habían crecido en los árboles, el entrenamiento Pokémon, las PokéBolas y por supuesto todo sobre los nuevos habitantes de La Tierra.
Todo era asombroso, ver los avances tecnológicos y el interés por los Pokémon de parte de todos.

Luego de lo sucedido habían cerrado los zoológicos pero para entonces los abrieron otra vez. Se me ocurrió ir a ver los nuevos `` animales ´´. Fue bastante largo el viaje en auto pero me dio tiempo para ver a los Starly volar y los Eevee, Houndour y demás Pokémon perros pasear. Cuando llegamos todo era un caos, no podían controlar los Pokémon. Ursaring atacando al personal, Cyndaquil quemando las rejas, muchos Torchic con sus madres Combusken saliendo del corral, Piplup usando Picotazo contra el vidrio, Turtwig y Grotle escapando, Buneary usando Bote para saltar de las corrales. Era hermoso ver que los Pokémon sean reales pero allí todo era un desastre. Mi papá dijo que nos alejáramos, pero no hice caso y fui más adentro.

Se me ocurrió que Mew podría ayudar y la saqué de su PokéBall. Le dije que hiciera algo. En ese momento Mew se teletransportó sola, mire a los lados y había desaparecido al rato mi rosada amiga había vuelto pero con un bolso.

-¿Qué es esto Mew?-le pregunté mientras me lo entregaba.

Ese bolso estaba lleno de todo tipo de PokéBall.

-¡Ah! Quieres que los atrape…-le dije.

Poco a poco el zoológico se fue vaciando de Pokémon ya que con la ayuda de Mew y los Pokémon que habíamos tranquilizado primero pudimos atraparlos todos.

-Gracias Cyndaquil y Buneary.-les dije a los dos Pokémon que nos habían ayudado.

Buneary sabía Puño Mareo así que lo aproveché y Cyndaquil sabía Gruñido así que lo use para que los ataques de los otros Pokémon fueran más débiles. Guardé a ambos en sus PokéBall y los puse en el bolso.

-¿Y ahora qué?-le pregunté a Mew.

Mew usó Teletransporte y llegamos a varios lugares como una pradera, un iceberg, un bosque, una montaña y otros lugares para liberar a los Pokémon que habíamos atrapado. Fue más rápido de lo que pensé. Cuando volvimos al zoológico, el personal nos agradeció y volví a casa tranquila. Todo estaba bien si tenía a Mew a mi lado.

-Gracias, Mew.-le dije.

Mew abrió sus pequeñas patitas y me abrazó. Disfruté mucho ese momento. No sé que hubiera hecho sin tener a Mew a mi lado. Los Pokémon son más impresionantes de lo qué uno se pueda imaginar, nunca dejan de ser tus mejores amigos. La sonrisa de Mew, y de cualquier Pokémon, es lo más hermoso que vi en toda mi vida.

Todo iba bien, hasta que un día caminando por los pasillos del laboratorio vi un cuarto que decía No pasar. No me gustaba nada. Asome la cabeza y vi una de las peores cosas que podía haber visto, experimentar con Pokémon. No quise interferir pero me daba mucha pena. Sin pensar las consecuencias intente abrir la puerta pero estaba cerrada, mi primer intento heroico había fallado. Dí un gran suspiro y seguí mi camino. Ya, el mundo Pokémon, tenía un enemigo. Los villanos se hacían de las suyas una vez más.

Ese mismo día los humanos comenzaron a tener fines malvados contra los Pokémon. Porque, además de experimentar con ellos, los científicos hicieron la pregunta que llevaría a Mew, en el futuro, a una muerte segura. ¿Cuáles son los Pokémon más fuertes? Esa pregunta comenzó a llevar mal a la Tierra una vez más.

Por supuesto frente a la pregunta de los curiosos científicos nadie hubiera pensado que fue uno de los peores errores, responder a esa pregunta: Los Pokémon Legendarios. Luego de eso, dos días después sucedió lo inesperado.

Todos los días que yo salía del laboratorio sacaba a Mew de su PokéBall, pensando que no pasaría nada. Grave error. Un científico vio a Mew salir de su PokéBall y me escuchó diciendo su nombre, sin que yo me diera cuenta de lo sucedido. Ese científico averiguó sobre Mew, averiguó todo lo posible, poco a poco, Mew, despertó su interés.

Todos los días que iba al laboratorio no me daba cuenta de la avaricia que tenían los científicos, ni lo que tenían entre manos. Varias veces quisieron quitarme a Mew.

Una vez deje mi mochila sobre un escritorio. Uno de los científicos intentó buscar a Mew, cuando estaba por verlo, fui a buscar mi mochila porque había olvidado mi cuaderno. En ese momento ser olvidadiza me ayudó, y mucho.

La segunda vez estaba comiendo en el comedor del laboratorio. Me distraje y mi mochila se cayó. Otro científico la encontró y revisó mi mochila cuando estaba por retirar la PokéBola, yo, busqué mi mochila que por supuesto el tonto científico me la entregó inocentemente olvidando lo que buscaba.

La tercera vez, yo buscaba algo en mi mochila cuando la PokéBola de Mew, cayó de su bolsillo y todos los científicos presentes la vieron. En ese momento me dí cuenta de lo que tramaban. Se notaba en sus ojos, su malvado plan. La recogí antes de que se abalanzaran hacía ella.

Luego de esa vez ocurrieron muchas otras cosas, hasta que un día parecía que, hasta la persona más común, quería llevarse a Mew. Mew y yo estábamos en gran peligro.

Un día sin previo aviso a mis padres ni a mis amigos, me vi obligada a huir. Huir, de todo lo que pudiera hacerle daño a Mew o en un caso extremo a mí. Recogí dinero, comida, bebida y todo lo que fuera a necesitar. Todo lo guardé en una mochila azul y gris que siempre usaba para ir a la escuela. Decidí que para no llamar la atención iría al laboratorio y en la salida me iría lejos, muy lejos.
Y así sucedió. Cuando llegué al laboratorio, tuve la atención de todos, desde el niño más pequeño hasta el científico más anciano. El científico que vio a Mew, días atrás, había esparcido el rumor de que, yo, una chica que estaba en el laboratorio, tenía uno de los Pokémon más raros. Ese día ninguno de mis amigos habían asistido al laboratorio. Fue un almuerzo muy aburrido. Yo quería despedirme de ellos. Cuando salí de allí todo estaba muy tranquilo hasta que vi una sombra en el callejón. Entonces algo salto del cielo y cayó sobre mí. Quise defenderme de esa criatura, no sabía que clase de Pokémon era porque el Sol me daba a la cara.

-Dame a ese Pokémon, Mew.-dijo una voz grave y malvada.
-¡¿Quién eres?!-dije yo, ya que no podía verlo con claridad.
-Ursaring déjala-dijo.
-Tú… ¡Tú fuiste! Tú vistes a Mew.-respondí yo al ver al científico que había causado todo. Porque después de que todos se enteraran oí que el, Michael, había sido.
-Pues claro, que yo fui. Ahora dame a ese Pokémon raro que tienes, o Ursaring podría volverte a atacar.-dijo con cara de presumido.
-Nunca te daré a Mew.-dije mientras sostenía con gran fuerza la PokéBall en mis manos.

Entonces se me ocurrió correr con todos mis fuerzas. Me dí la vuelta, empecé a correr y me choqué con el Ursaring de Michael. Ese fuerte Ursaring, me golpeó, dejándome a los pies del vicioso científico. Yo seguía sosteniendo la PokéBall, aunque el dolor del golpe era insoportable.

-Muchas gracias, Agus.-dijo mientras creaba una sonrisa malvado en su rostro y recogía la PokéBall de mi mano.
-No Mew…-dije con las pocas fuerzas que me quedaban.
-Muajaja…., muchas gracias otra vez.-dijo mientras se iba y me dejaba allí en el callejón, sin poder hacer nada…

Millones de cosas malas pasaron por mi cabeza, en el momento en el que Michael, y hasta ese momento mi enemigo, se llevaba a lo que más quería en ese momento. Algunas de esas cosas era ¿Qué pasaría con Mew?, ¿Cómo podría ayudarla si no podía moverme por el dolor? O ¿Cuál sería el destino de todos los Pokémon si uno de los Pokémon más raros y poderosos estaba en malas manos?

Cuando pensaba que todo estaba perdido, en la pared vi aparecer una reconocida sombra. Quería acercarme a ver que era pero no podía. La sombra estaba atacando o tratando de escapar de algo, supuse que era de Michael, de quien escapaba. La sombra venía hacía mí, y pronto se transformó en mi querido y adorado Mew con su PokéBall en las patas.

-Mew…lograste escapar…por favor vete…-dije yo cuando estaba apunto de caerme una lágrima, Mew era lo que más quería en ese momento.-No quiero perderte Mew…

Mew me dio su pequeña patita y en un abrir y cerrar de ojos estaba en un lugar completamente diferente. Mew había usado Teletransporte y me había llevado a una especie de parque, pero no había nadie.

-Gracias,…Mew…Por favor vete nos buscan. Te buscan…-dije yo triste, pero feliz de que al menos Mew quería ayudarme en cualquier circunstancia que nos encontráramos.

Durante varios días, Mew cuidó de mí cómo yo había cuidado de ella cuando estaba enferma y cuando no. Mew me traía comida, mientras yo me recuperaba. Era como si fuéramos amigas desde siempre, para lo que contaba de días desde que la conocí, creo que aproximadamente había pasado un mes y una semana.

Un día, cuando me recuperé, seguimos nuestra huida. Fuimos a la ciudad compramos comida y bebida y continuamos con lo nuestro. Todo iba bien hasta que nos encontramos con unos científicos que nos buscaban para nuestra suerte no nos vieron. No sabía que hacer si correr, porque llamaría la atención o pasar desapercibida tapándome y alejándome. Decidí que sería la segunda opción, no quería perjudicar a Mew por segunda vez. Pasé pero mi mala suerte se despertó y un científico me vio. Corrí y corrí hasta encontrar un callejón. Me oculté y dejé que pasaran. Dí un gran suspiro.

-Que bueno, por ahora voy tener que tener más cuidad…-dije y unas manos me taparon la boca.

Quise gritar y quitarme las manos de la boca, pero no pude lo que me retenía era fuerte. Me dí cuenta que era un científico, porque las mangas de su ropa eran como las que usaba en el laboratorio. Se hizo mostrar y dijo:

-Quédate tranquila no voy a hacerte nada, de hecho quiero ayudarte…-dijo mientras me sacaba las manos de la boca.

-Sí, claro ahora hay un científico que está de mi lado.-dije yo sin creerle para nada.

-No todo es malo.-dijo-Puedo ser un científico, pero no voy a quitarte tu Pokémon por más poderoso y raro que sea, no me parece bien.

-Perdón, eres el único que está de mi lado.-dije yo aliviada y algo triste.

-Los demás están vigilando y buscando por todas partes, Agus, debes tener cuidado.

-Sí, es cierto, un momento ¿Cómo sabes mi nombre?-pregunté yo desconcertada.

-No es que esté buscándote pero tu nombre está por todas partes.

-Ah, cierto es verdad. ¡Mira un Rattata!-dije yo mientras señalaba a un pequeño Rattata que se nos acercaba.

Era un pequeño y tímido Rattata, parecía hambriento. Le dí un poco de pan y lo empecé a acariciar.

-No entiendo cómo pueden querer quitarte tu Pokémon, eres muy buena con ellos.-dijo mientras miraba al Rattata.-Además pareces saber mucho de ellos.

-Amo a los Pokémon y siempre los amé, siempre quise que existieran.

Pasaron noches que continuamos con la huida pero ahora, junto a Elm nuestro nuevo amigo. Elm tomó ese apodo por su gran parecido con el profesor Elm de Johto. Siempre eso me causó mucha gracia no sé porque. Llegamos a un punto que no podíamos seguir huyendo, nadie puede vivir toda su vida huyendo. Decidimos que teníamos que enfrentarlo.

Del tema de enfrentar a todo el que quisiera atrapar a Mew, fue idea de Elm. Luego de la propuesta no fue un tema que discutiéramos a diario, pero tarde o temprano debíamos hacerlo.

Pensamos proponiendo un torneo de batallas Pokémon. Sí, debíamos pelear no podíamos hacer las paces solamente hablando. La única persona que estaba de mi lado era Elm y mis amigos. Decidimos que volveríamos a casa y buscaríamos a mis amigos y las personas que quisieran ayudar. Durante una oscura noche frente a la fogata tuvimos una conversación en la cuál decidimos junto a Elm y su recién atrapado Totodile, con un extraño y grande prototipo de Pokéball.

-¿Qué te parece si hacemos una especie de torneo? Si nosotros ganamos nos dejan en paz y si ellos ganan…-dijo Elm primero con una cara brillante y con sus últimas palabras nuestros iluminados rostros habían cambiado a tener una triste expresión.

Ninguno sabía que pasaría si los científicos ganarían ese torneo. La única idea fue que elegirían llevarse a mi preciado amigo Mew.

-No podría permitir eso, ver el rostro de Mew, es algo que no puedo permitir que suceda…-dije yo mirando, con una pequeña forzada y triste sonrisa, a mi alegre Mew que jugaba con Totodile a la luz de la luna.-No se si lo entiendas, pero es lo más preciado que tengo en este momento, lo protegeré aunque se niegue es mi amigo.

-De todas formas sólo somos dos, tú y yo, excepto que tus amigos estén de tu lado.-dijo cambiando de tema.

-Espero que sí no quiero perder a Mew, bueno en fin voy a dormir, así mañana volvemos a buscar a mis amigos y mandar una invitación al torneo.-dije yo dejando totalmente boquiabierta a Elm, ya que lo había dicho sonriendo cómo si el comentario de antes sobre perder a Mew nunca se hubiera hecho.-Dile a Mew que venga a dormir porque mañana vamos a tener un largo viaje, ¡Buenas noches!...

Y así fue nos levantamos temprano y como se había hecho costumbre nuestro despertador, Totodile, mordió la mano de Elm y por supuesto, quién no gritaría cuando un Totodile con dientes afilados te muerde la mano, así que el grito de Elm y la causa, fue nuestro despertador esa mañana. Después de caminar por horas, el silencio se rompió.

-Oye, Agus, ¿Puedo preguntarte algo?-dijo Elm intentando captar mi atención.

-Sí, claro ¿Qué pasa?-respondí sin prestarle atención, estaba entretenida mirando el cielo azul y unos pequeños Bidoof corriendo a nuestro lado.

-Quiero preguntarte por tu decisión, de realizar el torneo, no te veo preocupada por ello.-dijo Elm cuando yo me dí vuelta y puse cara de no saber que decía.-Aunque podrías perder a Mew…

-Ah…-dije yo interrumpiendo-Eso…si bueno me decidí porque…no quería seguir escapando quiero vivir tranquilamente con Mew.

-Que bueno…-dijo aliviado.

-¡Oye esa es la casa de Rocío, mi mejor amiga!-dije interrumpiendo por segunda vez y dirigiéndome hacia allá.

Fui corriendo junto a Mew a mi lado y toqué la puerta. Nadie salía. Toque cómo tres veces más. Y salió un adolescente de mi edad más o menos 20 años alto con pelo oscuro.

-Hola Juan, ¿Esta Ro?-le pregunté al hermano mayor de Rocío, Juan.

-Hola Agus, sí esta ahora la llamo-me respondió mientras se daba vuelta mirando otra vez para el interior de la casa.- ¡Ro…!

-¡Ya voy, ya voy!-dijo una voz desde el balcón de la gran casa.- ¡¿Qué pasa?!

-¡Agustina te vino a visitar!-respondió.

-¿¡Qué!?-respondió una chica de mi edad baja con pelo oscuro que se asomaba por el balcón.- ¡Agus!-gritó cuando Rocío me vio-Ya bajo.

-Ahora sí, hola… Agus.-dijo Rocío agitada por bajar las escaleras rápido-Voy a caminar con ella Juan, ya vengo.

-Sí está bien.-dijo Juan mientras cerraba la puerta.

-¿Por qué dejaste de venir al laboratorio?-dijo Rocío.

-En realidad me fui de mi casa.-dije yo sonriendo inocentemente y fui ahí cuando me dí cuenta de que había una pequeña criatura amarilla y blanca con el pelaje erizado.-Ro, ¿Ese Jolteon es…Casper?

-Sí, viste que los animales se convirtieron en Pokémon, bueno Casper, mi perro, ahora es un poderoso Jolteon-dijo mientras acariciaba la cabeza de Casper.-Y parece que Mew también te acompaña…¡Momento! ¡Dijiste que te fuiste!-dijo cambiando su cara pacífica, a una terriblemente sorpresiva expresión.

-¡No me asustes!-grité yo, me pareció que en ese momento me había convertido en un personaje de Anime totalmente sorprendido.-Bueno, para lo que vine fue para pedirte si pudieras ayudarme en un ¡Torneo!

-¿Un torneo? ¿Para qué?-dijo mi amiga, la cual no sabía que yo era como una fugitiva solo que yo no había hecho nada, los científicos me buscaban para quedarse con Mew.

-Organizamos un torneo al que invitamos a los científicos que quieren llevarse a Mew, Elm, un científico amigo mío, se los esta proponiendo a los científicos en este momento.-le dije yo explicando todo.- ¿Podrías ayudarme, no podemos hacerlo solo Elm y yo, por favor?

-No hace falta que me pidas ´´ por favor ``, somos amigas, ¿No?-me dijo mi mejor amiga, la cual me apoya siempre.-Cómo dice la canción, ´´ ¡Puedes contar conmigo te doy todo mi apoyo! ``

-Gracias.-le dije alegre.

Luego le entregué un volante, con toda la información del torneo, donde era y cuando. Esa mañana me la pase por las casas de mis mejores amigos. Después de pasar por la casa de Rocío, fui a la casa de Maxi, Martín y la de Candela. Todos dijeron que iban a ayudarme, Maxi también se propuso a llamar a sus mejores amigos, Juan y Nico, que también eran mis amigos, e invitarlos para que participen en el torneo. Maxi los llamó, aceptaron. La batalla por la amistad había comenzado.

A la noche me encontré con Elm y acampamos donde siempre, en la entrada del bosque. A la mañana nos despertamos, debo mencionar que fue el mismo ruidoso despertador diario, y nos dirigimos al parque donde se organizaba el torneo. Cuando llegamos, faltaba cómo una hora para que empezara, así que hicimos algunas cosas mientras esperábamos.

-Ahora que lo recuerdo Elm, no entrené a Mew en todo este tiempo, en realidad no se que movimientos tiene, nunca lo use para luchar…-dije yo relajadamente.

-¡¿Qué?!-dijo Elm sorprendido, demasiado sorprendido.-Lo hubieras dicho no podremos ganar…-dijo desilusionado.

-Tú tampoco sabes cómo luchar con Totodile.

-Sólo se que tiene Mordisco, con el que me muerde cada mañana…-dijo mirando su mano.

-Bueno ya que tenemos una hora… ¡Voy a ver que tan bien pelea Mew!-dije yo animada.

-Voy a ver que tan poderoso puede ser Totodile…-dijo mientras acariciaba a su amiguito-¡Ah!-gritó interrumpiéndose porque Totodile le había mordido la mano, otra vez.

-En fin Mew, ¡Muéstrame que tienes!-dije yo con expresión de entrenadora animada.

En ese momento Mew, se transformó en un Bidoof que había por ahí.

-Bien hecho.-dije.-Primer movimiento Transformación.

Mew levantó al Totodile de Elm, el cuál casi le muerde la mano a Elm por milésima vez.

-Genial, segundo movimiento, Psíquico.-dije yo.-Vamos Mew muéstrame lo que tienes.

-Pheww…Gracias Mew.-dijo Elm que se había salvado de una mordedura.

Totodile se había enojado con Mew por haberle impedido morder a su dueño. Totodile empezó a usar una potente Pistola de Agua contra Mew. Mew, primero movió un dedo y luego usó Protección, un fuerte escudo, contra el ataque de Totodile.

-Genial, Protección.-dije yo.-No, Metrónomo

-¿Qué es Metrónomo?-preguntó Elm.

-El Pokémon que lo usa mueve un dedo y puede salir cualquier movimiento.-expliqué yo.

-Sabes muchos movimientos de los Pokémon, ¿cierto?-dijo Elm algo sorprendido.

-Jaja, sí.-respondí.- ¿Qué hay de Totodile? Hasta ahora sabemos que puede usar Mordisco y Pistola de Agua.

-No lo sé.

-Un Totodile puede aprender…Furia, Arañazo, Malicioso…-dije yo pensando-¡Ah, tal vez tenga…!

Justo cuando estaba por mencionar otro movimiento, Totodile usó Cara Susto en Elm, el cual se pegó un gran susto.

-Y por supuesto tenía que ser Cara Susto, en fin parece que la meta de Totodile, es aprender movimientos para molestar al Elm.-dije yo con cara de ´´ que se le va a hacer```, mientras Elm corría detrás de Totodile para atraparlo.

-Parece que es la hora-dijo Elm cuando logró al volver a poner a Totodile en su Pokéball.

De un lado del parque aparecieron caminando varios chicos de mi edad, y del otro lado adultos con bata de científicos. Los chicos eran mis amigos, los adultos eran los científicos.

-¿Están listos?-les pregunté a mis amigos.

-¡Claro que sí!-me respondieron entusiasmados y vi que había otra amiga mía.
- ¿Pachi y Flor? ¿Vinieron?-dije yo desconcertada de que alguien que no había invitado, me ayudaría.

-Sos nuestra amiga, te ayudamos.-respondieron.

Atrás de ellos aparecieron unas criaturas caminando. Eran las mascotas de mis amigos, pero ahora eran Pokémon. Rocío tenía a un Jolteon llamado Casper, que era un perro con pelo erizado. Pachi tenía un Growlithe, que era su animado perro antes. Maxi tenía un Houndour llamado Tomy, que era un perro también. Candela tenía una Caterpie, que se amigó con ella unas semanas antes. Flor tenía a Lucía su Glameow que antes era una gatita, Flor es la hermana de Martín. Martín se encontró con un pequeño y despeinado Pichu en una plaza, desde entonces fueron muy buenos amigos, así que lo llevó al torneo. Juan llevaba consigo un Kecleon, que antes era su camaleón. Nico estaba acompañado por un Scyther, con quien se había encontrado en el Country donde vive.

-¡La Batalla Por La Amistad acaba de empezar!-grité yo.

Como todo torneo, había reglas, y debido a que ninguno de nosotros tenía al menos dos Pokémon, la primera regla fue usar un solo Pokémon. Las demás eran las clásicas reglas de un torneo o campeonato Pokémon, con Preeliminares, Eliminatorias, etc. La batalla ya estaba lista sólo faltaba organizar quien iba a pelear con quién. Lo hicimos al azar y en una pizarra.

Cada uno eligió a un personaje de Pokémon para representarse y las eliminatorias comenzaron. La primera batalla era: Yo contra el científico Zangoose. Era la primera batalla Pokémon, real, que había tenido, estaba muy nerviosa.

``Parece que se prepararon con Pokémon fuertes’’-pensé yo.
-Listos… ¡La Batalla Por La Amistad comienza!-dijo Elm, que era, además de ser un participante, el réferi del torneo.
-¡Mew, yo te elijo!-dije muy nerviosa, pero feliz de que tendría mi primera batalla.
-Mew-w-w-respondió Mew después de salir.
-¡Zangoose, ve!-dijo el científico.
-Goos…-dijo Zangoose, con su cara malévola.
-Vamos empieza, Agus.-me dijo el científico como si fuéramos conocidos.
-Mew, ¡Psíquico!

Mew cerró los ojos y se rodeó de un aura tan rosada como su pelaje, luego Zangoose de la nada también fue rodeado por la misma aura y levantado muy rápido golpeándose con todos los obstáculos, mientras Mew parecía estar durmiendo con su larga cola balanceándose.

-Esto se pone interesante…me advirtieron de esto así que hice que Zangoose lo soportara y cuando se acercara a Mew, usaría… ¡Corte!-dijo sonriendo el científico, mientras Zangoose, obedecía sus órdenes aprovechando que Mew lo había acercado accidentalmente demasiado hacía ella. Zangoose usó Corte, cancelando el movimiento de Mew y agarrándose de la cola de Mew y arrastrándola por el piso.

-¡Mew!-dije yo creyendo que ese golpe había sido el final.
-¡Vaya falta de entrenamiento! lástima. Tanto poder desperdiciado. Zangoose, ¡Garras Furia!

Mew intentaba levantarse cuando Zangoose velozmente con sus garras, la volvió a dejar en el piso. Garras Furia fue muy eficaz duró 5 veces, pero para mí fue eterno. No podía seguir viendo sufrir a Mew, por otro lado estaba paralizada, no podía darle una orden a Mew.

-Agus está paralizada, Mew no durará mucho así.-murmuraba Maxi a los demás.- ¡Agus! ¡Reacciona, vas a perder a Mew!

En ese momento me ‘desperté’, me sacudí la cabeza y le dí una orden a Mew.

-Mew, ya sabes que hacer, tu movimiento sorpresa-dije yo esperando que funcionara, pero animada.

Mew, débilmente, con pocas fuerzas y casi inconciente, levantó un dedo y lo movió de derecha a izquierda, negando.

-Ja, mover un dedo no te va a ayudar, ahora el golpe final, ¡Excavar!-dijo creído que con mover un dedo, no iba a hacer nada.

Zangoose, comenzó a excavar rápidamente la tierra y desapareció bajo ella. Cuando creía que Mew estaba totalmente derrotada, la tierra y todo el parque comenzaron a temblar muy fuerte. Era un terremoto. Zangoose salió disparado de debajo de la tierra.

-¡Es un terremoto!-gritaron algunos de mis amigos.- ¡Es imposible!
-¡Todo es posible!- grité con una sonrisa-¡No es un terremoto es Terremoto! ¡Lo logramos Mew! ¡Metrónomo funcionó!
-¡¿Qué?! ¡¿Metrónomo?! ¡Noooo!-dijo completamente desconcertado.
-¡Nosotros terminaremos esto! ¿Verdad Mew?-le dije a Mew.- ¡Metrónomo otra vez!

Mew abrió los ojos repentinamente, se impulsó con su cola y patas hacía el cielo donde Zangoose había sido lanzado, usó Metrónomo otra vez y esta vez, la cola de Mew había comenzado a brillar con un color plateado y golpeó fuertemente a Zangoose haciendo que cayera fuerte y rápidamente al suelo. El Terremoto y la Cola de Hierro de Mew, habían sido una combinación perfecta para contrarrestar Excavar y acabar la batalla.

-Zangoose…-dijo desesperado el científico mientras iba a recoger a su derrotado Pokémon.
-¡La victoria es para Agus y Mew!-gritó muy feliz Elm.
-¡Síiiiiiiii!-gritaron todos mis amigos.
-Mew lo logramos-le dije a Mew mientras corría para abrazarla. Mew cayó desmayada.-Mew lo hiciste perfecto para ser tu primera batalla conmigo, descansa un poco.

Luego fue el turno de que mis amigos pelearan. Era el turno de Maxi y su Houndour contra el científico Sableye. No fue una batalla demasiado difícil. Lo más complicado fue su movimiento Joya de La Luz, que trajo muchos problemas a Maxi, y Tinieblas, pero Colmillo Ígneo y Mordisco funcionaron bien. Lo más rápido de la batalla fueron los contraataques de Finta. Al final Maxi, salió victorioso.

Después fue el turno de Martín y su despeinado Pichu, quien luchaba contra el cinético Gliscor. Gliscor fue muy rápido en la batalla y su Guillotina fue un gran problema para Pichu. Martín aprovecho paralizando con Onda Trueno a Gliscor, quién rápidamente se recuperaba, de todos modos Pichu es pequeño y muy hábil. La mayoría de las veces que Gliscor usaba Tijera X, Pichu lo evadía. Tengo que aceptar que ese Pichu es muy fuerte.
El Impactrueno de Pichu, le dio la victoria en esa batalla a Martín.

Más tarde fue el turno de Flor, una batalla muy dura ya que ella no sabía luchar y le tocó pelear contra Skarmory. Usar Sorpresa fue idea de Glameow misma, ya que Flor no sabía que hacer, y fue bastante efectivo. Martín, su hermano menor, la ayudo. Lograron dormir con Hipnosis varias veces a Skarmory, pero cuando se despertaba atacaba sin control a Glameow. Skarmory era muy fuerte, usaba constantemente Aire Afilado, pero también era muy molesto tener que evadir su Ala de Acero. Ese Skarmory estaba bien entrenado.

La victoria más patética fue la de Juan y su Kecleon. Su contrincante, el científico Rocket y su Rhydon, prácticamente se rindieron por aburrimiento. El primero en atacar fue Rhydon con Derribo, pero Kecleon haciéndole burla y sacándole la lengua desafiante corría sin parar, todos podíamos comprender que el mensaje que le dejaba al enfurecido Rhydon era ´´ atrápame si puedes``. Mis amigos y yo estábamos boquiabiertos por lo que Kecleon hacía y luego, Juan, hacía lo mismo. Kecleon, obviamente, no iba a correr y esperar que Rhydon dejara de seguirlo, sino que usó su cambio de color y desapareció, no voy a decir completamente porque el zig-zag de la cintura seguía visible. Rhydon estaba tan furioso que dejó de obedecer a su entrenador y comenzó a usar Perforador por todo el lugar, hasta encontrarlo. Finalmente, el científico se rindió. Fue la victoria más patética de todas.

Luego fue el turno de Rocío y Jolteon contra el científico Seviper. Una batalla verdaderamente buena. Jolteon contraatacaba los incontables Triturar de Seviper con Ataque Rápido y volvía a atacar con Pin Misil. Colmillo Veneno fue bastante efectivo ya que envenenó a Jolteon, lo que casi le da la victoria al científico, pero Jolteon seguía peleando con todas sus fuerzas usando Impactrueno o Doble Patada. Jolteon es un Pokémon de naturaleza modesta en la mayoría de los casos y este no es la excepción, su naturaleza lo llevó a la victoria.

Cande fue la siguiente, junto con su nuevo Caterpie contra el científico Dusknoir no tuvo ni la menor oportunidad de atacar, además de que Caterpie estuvo paralizada del miedo toda la batalla…Disparo Demora y Placaje nunca a llevado a un Pokémon a la victoria y menos al nivel 2. Dusknoir atacaba a Caterpie sin piedad, pero algunas veces dejaba escapar a la pequeña oruga para no aburrirse tanto, aunque Caterpie en 5 minutos no logró moverse demasiado…Tal vez Puño Fuego, Puño Trueno, Puño Hielo o Puño Sombra podrían haber funcionado pero su entrenador eligió Sombra Vil. Pobre Caterpie, fue forzado a hacer cosas tontas como bailar Ballet (aunque Cande le parecía que su pequeña Caterpie se veía linda bailando), en fin otra batalla patética, pero con una derrota porque Cande creía que el Rayo Confuso de Dusknoir iba a ayudar a Caterpie y la pobre oruga se golpeaba así misma.

Luego vinieron muchas batallas más. Pachi y Growlithe contra la científica comando y Weavile. Aunque Pachi lo hizo bien para no saber como se desarrollaba una batalla Pokémon, no fue suficiente contra el malicioso Weavile. Growlithe, por ser de tipo fuego estaba en ventaja, pero Weavile, de tipo hielo, lo congelaba muchas veces. Pachi tuvo la ayuda de todos, pero la científica estaba preparada.

Luego fueron Nico, el amigo de Maxi, y Scyther contra el científico ´´ electrónico `` y Magnezone. La tercera derrota consecutiva. Magnezone era muy fuerte además, el científico en una investigación, justo cuando los animales y otras cosas fueron convertidos en Pokémon, investigaba una mina con un campo magnético, encontró a su Pokémon. Esta mina magnética, creo a este raro tipo de Pokémon: Magneton, Magnezone, Voltorb, Electrode y algunos más. Y por supuesto a Magnemite, no podíamos creer que un lazo tan fuerte juntaba a nuestro enemigo con su Pokémon, mientras que Nico y Scyther se habían conocido solo hace unos días. Scyther fue rápido, pero perdió contra su lento contrincante.

La otra batalla fue Elm y, su ya mencionado, Totodile contra un fuerte contrincante y hasta ahora el más temido: Michael y Tyranitar. Yo no podía creer tal Pokémon, pensaba que él usaría a Ursaring, con el cual me había atacado antes. Totodile desafiante y aunque creíamos que no se iba tomar la batalla en serio, peleó con una cara poco común, la de un Pokémon muy furioso. Tyranitar usaba su cara terrorífica de siempre y su aplastante poder. Nunca creímos que era de nivel 70, sabiendo: Terremoto, el mismo que Mew había usado para derrotar a Zangoose, Roca Afilada, un golpe rocoso destructor y Triturar, el mismo movimiento de Totodile pero perfeccionado. Aunque Totodile comenzó con Triturar mordiendo su brazo, fue obligado a moverse por Roca Afilada, lo cual lo dejó gravemente herido. Tyranitar usó Terremoto y Triturar a continuación, sin dejar que Totodile haga algún movimiento. Elm perdió horriblemente.

Pasamos a las preeliminares. Sólo quedábamos Rocío, Maxi, Martín, Juan y Yo. Primero yo contra el científico comando y Skarmory. La batalla comenzó. Fue más que nada una batalla de velocidad y vuelo. Ambos sacamos a nuestros Pokémon.

-Skarmory, Ala de Acero.-dijo rápidamente. Las alas de Skarmory comenzaron a brillar mucho haciéndolas aún más plateadas.

-Mew, Metrónomo.-dije yo esperando que funcionara en contra de Skarmory.

De repente Skarmory, fue suspendido en el aire, sin poder moverse. De Mew salieron unas brillantes alas plateadas como las de Skarmory al usar Ala de Acero y sus ojos se tornaron del mismo color. Mew fue volando velozmente haciendo lo mismo que Skarmory hace unos minutos. Envistió a Skarmory fuertemente. Luego me puse a pensar y analizar lo había sucedido para saber que movimiento usó Mew.

-Eso es Mew, Yo Primero, gran movimiento Mew. Yo Primero detiene al rival antes de atacar y usa el mismo movimiento con un 50% más de daño.

-¿Yo Primero? No importa que movimiento uses para copiar a Skarmory nunca lo vencerás.-dijo creído el científico.-Aire Afilado y luego Tajo Aéreo, Skarmory.

El viento cerca de las enormes alas de Skarmory, se tornó celeste y se comenzó a dirigir hacia Mew demasiado rápido. Antes de que el Aire Afilado golpeara a Mew, Skarmory levantó sus alas y el aire que las rodeaba comenzó a reunirse en la punta de ellas creando una norme esfera azul, que fue disparada hacia Mew. Ambos movimientos fueron veloces en tratar de alcanzar a Mew y el polvo de la tierra cercano a Mew comenzó a dispersarse.

-Mew, Psíquico-dije yo justo cuando ambos ataques iban a hacer contacto con Mew.

Mew usó Psíquico. Sus ojos comenzaron a tornarse rosas en su totalidad y una aura rosada la rodeó. El color del viento atacante cambió a rosa también y se paró enfrente de las pequeñas patas delanteras de Mew. El viento cambió su rumbo hacia Skarmory, golpeándolo con mayor fuerza. Nuestra segunda batalla juntas y habíamos ganado.

-¡Noo! ¡Skarmory como pudiste perder!-gritó mi enemigo.

-¡Bien hecho Mew!-dije abrazándola.

Era el turno de Maxi contra Dusknoir. Houndour fue muy valiente pero Sombra Vil, que controla a su rival, Rayo Confuso, que lo confunde, Puño Sombra, el poderoso puño de oscuridad y Puño Hielo, el puño helado que golpea como iceberg, fueron una buena combinación contra Maxi. Primero Houndour usó Colmillo Ígneo pero Dusknoir es un fantasma, no sirvió. Puño Sombra de Dusknoir fue el siguiente golpe. Maxi decidió no usar Mordisco, tampoco funcionaría. Ninguno de los movimientos de Houndour dieron efecto, al contrario todos los de Dusknoir si lo hicieron. Aunque Houndour se resistía a perder cayó derrotado luego del último Puño Hielo que su contrincante usó.

Siguiente batalla: Martín contra la científica comando y Weavile. El Pichu despeinado de Martín, comenzó la batalla con Onda Trueno, que paraliza al oponente, y lo logró. Weavile quedó paralizado pero Viento Hielo del mismo funcionó y congeló. Cada uno quedó en un estado diferente. Cuando Weavile dejó de estar paralizada y usó Tajo Umbrío y descongeló a Pichu con graves heridas. Pero al hacer contacto con la piel de Pichu se volvió a paralizar. Pichu aprovechó y usó Impactrueno. Weavile quedó libre, otra vez, pero después de un ataque efectivo. La Última Baza de Weavile podría haber acabado con Pichu, pero como les había mencionado antes, este Pichu es muy fuerte aunque quedó muy débil. Weavile aprovechó y usó Ataque Rápido. Cuando creíamos que Pichu iba a ser derrotado, sin que Martín le diera una orden, Pichu usó Tacleada de Voltios, una poderosa carga eléctrica que puede paralizar, un movimiento de huevo, uno que heredó de sus padres. Tacleada de Voltios fue devastadora contra Weavile. Ambos Pokémon estaban muy cansados. Ambos cayeron derrotados y fue un empate.

La otra batalla Juan contra Michael. Ya sabíamos como iba a terminar, Michael no se iba a rendir. Juan y Kecleon usaron la misma estrategia. Cada vez que Tyranitar intentaba golpear a Juan o lanzarle algún movimiento, él gritaba cosas como ´´ ¡Ay Dios! `` o ´´ ¡Santa Cachucha! ``. Fue todavía más patético cuando burlaban a Tyranitar y Juan pretendía que no lo golpeara. La batalla no duró mucho más, ya que Tyranitar totalmente furioso, aplastó a Kecleon. Pobre Kecleon, había quedado tan plano como una hoja de papel. En fin, esa fue otra derrota de parte de nuestro equipo.

Más tarde, Rocío contra el científico ´´ electrónico `` y su Magnezone. Fue una batalla de chispas, por a si decir. Todos los ataques eran tipo eléctrico y de vez en cuando los ataques de otros tipos como Ataque Rápido, Pin Misil o Doble Patada, todos ataques de Jolteon. La variedad de ataques de Jolteon, le dio una electrizante victoria. Hubo intercambio de ataques eléctricos como Impactrueno, el que más usaban, o Rayo.

Pasamos a la semifinal, solamente Roció y yo y del otro equipo, el científico Dusknoir y Michael. La primera batalla: Yo contra el científico Dusknoir. La batalla comenzó cuando nuestros Pokémon estaban listos.

-Dusknoir, Puño Sombra-fue la orden que se le dio a Dusknoir.

Dusknoir levantó su puño y desde lejos golpeó a Mew, creando un puño justamente sombra.

-Mew, ¡Metrónomo!-dije yo.

Mew movió un dedo de derecha a izquierda y usó Hueso Óseo, un hueso celeste que tiene varios usos. Dusknoir empezó a lanzar muchos Puño Sombra, pero Mew usó el Hueso Óseo para devolver los ataques. Todavía el Hueso Óseo seguía en su cola, Mew se teletransportó cerca de Dusknoir y empezó a atacar con el hueso.

-Mew, Psíquico-dije yo.-Acabemos la batalla.

Mew usó Psíquico, el hueso desapareció y Mew comenzó a hacer que Dusknoir se golpeara con los árboles cercanos.

-Dusknoir, nosotros venceremos, ¡Sombra Vil!-respondió el científico ante mi ataque.

La sombra de Dusknoir se alargó hasta llegar a la de Mew. La sombra de Mew comenzó a ser manipulada por Dusknoir y a ella también.

-Mew, Transformación-dije.

Mew se transformó en Dusknoir y desapareció. Volvió a aparecer detrás de Dusknoir y usó Rayo Confuso, seguido de Puño Sombra. Nuestro enemigo quedó confundido y fue golpeado por su propio ataque. Otra de nuestras victorias.

-¡Sí Mew pasamos a la final!-dije yo feliz, había esperanzas de ganar el torneo.

La última batalla de la semifinal fue Rocío contra Michael. Michael comenzó usando Terremoto y Rocío Doble Patada, pero los fuertes brazos de Tyranitar fueron suficientes para lanzar al aire a Jolteon. Jolteon usó Pin Misil, no sirvió contra la dura coraza de Tyranitar. El enorme Pokémon usó un movimiento que no habíamos tomado en cuenta: Hiperrayo, un devastador rayo muy difícil de vencer. Gran pelea pero los buenos movimientos de Jolteon contra un Pokémon de tierra, Tyranitar, no fueron para nada efectivos. Rocío perdió cuando estaba por llegar a la final.
Llegó la hora de la batalla final: Mew y yo contra Michael y Tyranitar. Tragué saliva y me dirigí al campo de batalla con el apoyo de mis amigos.

-¿Lista para perder?-dijo tranquilamente Michael.

-No, estoy lista para ganar.-respondí armada de valor.

La mayor batalla de mi vida hasta ese momento había comenzado. Cada uno sacó sus respectivos Pokémon.

-Vamos, comienza la batalla, es una pequeña oportunidad.-dijo.

-Mew, ¡Transformación!-le dije a Mew, ella se transformó en un Tyranitar igual que el de Michael.

-Ja, ¿Una pelea de Tyranitar, eh?-dijo confiado.-Parece que no confías en las habilidades de tu Pokémon, que poca confianza. Mi turno, Tyranitar, Roca Afilada.

Tyranitar golpeó una enorme roca cercana a él y varios pedazos afilados salieron disparados hacia Mew, convertida en Tyranitar. Por suerte ahora Mew contaba con la coraza y fuerza necesaria para resistir Roca Afilada.

-Mew, Terremoto.-dije.

La tierra comenzó a moverse fuertemente, causando un terremoto. Aproveché el momento de distracción de Tyranitar para atacar.

-¡Hiperrayo!-grité yo.

Mew comenzó a cargar energía en su boca y antes de poder lanzar el rayo, Michael reaccionó.

-Con qué un Hiperrayo luego de distraer al enemigo con Terremoto, buena idea, pero tu falsificación nunca podrá vencer al verdadero.-dijo-Tyranitar, demuéstrales el poder de tu Hiperrayo verdadero.

Cuando Mew lanzó el Hiperrayo, Tyranitar también lo hizo. Fue un choque de gran poder, primero los rayos empataron y luego Tyranitar aumentó su fuerza y su rayo sobrepasó demasiado al de Mew. Hubo una explosión y cuando se despejó el humo, Tyranitar estaba de pie sonriendo y en posición de batalla, mientras que Mew, en su forma original, con graves heridas y casi inconciente. Fui corriendo hacia ella pero me hizo señas con la cola de que me alejara. De ahí en adelante la batalla la enfrentó sola sin mis órdenes. Mew se levantó despacio, comenzó a mover un dedo y el sol comenzó a brillar muy fuerte.

-Esta usando Día Soleado, pero ¿Qué querrá hacer?-me pregunté mirando el cielo.

Mew volvió a mover un dedo y entre sus pequeñas manos la energía solar comenzó a reunirse rápidamente.

-La estrategia del Rayo Solar, primero se usa Día Soleado y luego Rayo Solar sin necesidad de cargar el movimiento.-dije yo confiando en que funcionara.

Mew lanzó el Rayo Solar directamente a Tyranitar, pero Michael pudo responder.

-Ja, ningún Rayo Solar va a ser más poderoso que la fuerza de Tyranitar.-dijo mientras Tyranitar mantenía la potencia del Rayo Solar en sus brazos y lo devolvía hacia Mew.

-¡Mew!-grité, pero ya era demasiado tarde. De nuevo una gran explosión, llenó el campo.

Fui corriendo pero Mew no pudo detenerme esta vez. Estaba muy débil, pero seguía conciente. La recogí y recordé su voz de antes. Su dulce y tierna voz había cambiado a un sonido débil y triste. Estaba dispuesta a rendirme, pero no sabía que hacer, seguir huyendo o dejar que Mew sea derrotada por completo. Mew parecía que había leído mis pensamientos. La expresión de su rostro de que no me rinda y una señal de negación me hicieron quedarme con ella. Parecía que el tiempo se había detenido para Mew y para mí.

-¿Ya te rindes?-dijo Michael.

-Todavía quieres llevarte a Mew, ¿Cierto?-le pregunté.

-Realmente, ahora no, me dí cuenta de lo débil que es. Si todos los Pokémon legendarios son así no valen la pena. Si Tyranitar derrota a todos, se volvería el Pokémon supremo.-respondió arrogante.-Ahora mi objetivo es derrotar completamente a ese gatito tuyo, que lo único que sabe hacer es jugar, y si no te mueves tendré que hacer que Tyranitar las derrote a las dos.-dijo señalándonos a Mew y a mí.

-No pienso moverme.-le respondí yo.-Mew, vete por favor.-le susurré a Mew.-No quiero perderte, aunque te vallas siempre seguiremos siendo amigas. Escapa.-le pedí tristemente a la cara apenada de Mew.

-Bueno, si no te mueves, Tyranitar te moverá, no serás un gran obstáculo. Tyranitar usa una débil Roca Afilada, se moverá, ya verás.-le dijo a su tiránico Pokémon.

Tyranitar golpeó una enorme roca pero sólo fue lanzada una de menor tamaño. La roca no podría dañar a ningún Pokémon, pero a un humano sí. La roca me golpeó la cabeza y eso provocó que me desmayara por primera vez en la vida y también quitarme de enfrente de Mew. Todos mis amigos, que por cierto creían que me había vuelto loca por enfrentarme a un Tyranitar, fueron a socorrerme, o eso me dijeron. Según mis amigos en ese momento, luego de mi desmayo, Mew parecía que se había recuperado por completo, se levantó muy enojada, cosa extraña porque los Mew son Pokémon alegres e inocentes en su totalidad. Fue muy alto al cielo, dirigió la mirada a nosotros y puso una barrera para protegernos. Movió un dedo y sus ojos se tornaron un naranja rojizo lleno de furia. Levantó sus manos al cielo una extraña bola que parecía de fuego apareció y, aunque para mis amigos fue su imaginación, vieron la figura de Arceus detrás de Mew, y luego de la esfera de fuego comenzaron a salir meteoros y rayos de fuego, que destruyeron masivamente el campo. Luego de una pantalla de humo, Tyranitar estaba derrotado. Mew comenzó a suspirar muy rápido, símbolo del cansancio, y cayó desmayada. Rocío corrió a buscarla. Ese ataque que, según la descripción de mis amigos y la presencia de Arceus, fue Sentencia, ataque característico del mismo, según yo identifiqué más tarde.

En fin, luego de despertar, me encontré con la noticia de que, Mew y yo, habíamos ganado el torneo, por lo que los científicos, por el trato, renunciaron a tratar de capturar a Mew. Nuestro mundo se había convertido en un mundo diferente y mi sueño se había cumplido: tener una aventura Pokémon. Y lo mejor de todo, estaba acompañada por mi mejor amiga: Mew.

Después de unas semanas, antes de empezar mí aventura Pokémon, una noche muy lluviosa y oscura, tuve que salir a comprar algo al almacén. Recogí mi paraguas y llevé a Mew conmigo fuera de su PokéBall, como siempre. Cuando cerré la puerta de mi casa, a mis pies, había un Riolu muy herido, pero conciente. Escuché unas voces y en la vereda, dirigiéndose para mí casa, un grupo de adolescentes con sus Pokémon.

-Oye tonto Pokémon, ¿no vas a pelear?-le dijo uno de ellos, que al parecer era el líder, a el indefenso Riolu. Él y sus amigos estaban burlándose y maltratando a un Riolu salvaje.

-¡Oigan que le están haciendo a este Pokémon!-les dije enojada por lo que hacían.

-¡Huy, que miedo una niña nos regaña! Jaja, niña muévete, no estorbes, a menos que quieras que Machop y Rattata, destruyan a tu lindo y patético Pokémon.-me respondió.

-Mew, ¡Psíquico!-le dije a Mew, no podía soportar que molestaran a un Pokémon.

Mew me obedeció y estoy segura que estaba de acuerdo conmigo. Psíquico les dio su merecido.

-¿Estás bien, Riolu…?-le pregunté yo al indefenso Pokémon, que se había desmayado.

Lo llevé a mi casa, lo recosté en mi cama y usé varias pociones y vendas para curarlo. A la mañana siguiente, mientras le llevaba bayas, despertó.

-Que bueno Riolu, despertaste.-le dije al desconcertado Riolu.-Toma bayas, para que estés mejor.-y le ofrecí las bayas. Las tomó al principio desconfiado pero luego rápido, tenía mucha hambre.

-Me tengo que ir a la escuela, descansa y termina las bayas, más tarde vuelvo.-le dije mientras recogía mi mochila y le hacía señas a Mew de que viniera, quien disfrutaba de unas bayas también.

Cuando cerré la puerta sentí algo en el árbol de mi vecino, pero lo ignoré y seguí mi camino. Cuando llegué a la escuela, la cual se había convertido en una escuela Pokémon, teníamos unas batallas. Apenas comenzó la batalla vi que el mismo Riolu que supuestamente estaba en mi casa me ofrecía una Aura Ball, PokéBall especial que se había inventado recientemente para atrapar Pokémon como Riolu o Lucario. Riolu quería que lo atrapara y eso mismo hice. Fue un placer contemplar una Aura Ball con uno de mis Pokémon favoritos dentro.

Cuando salí de la escuela, saqué a Riolu de su reciente PokéBall. Me preguntaba como había llegado a mi escuela. En mi casa mi mamá me explicó que Riolu, cuando me fui me siguió hasta la escuela. Relacioné el ruido del árbol con Riolu. Entrené a Riolu, como el quería y después de varios días junto a él, algo sucedió.

-Bien, Riolu esta es la posición de la Esfera Aural.-le dije señalando a Mew, que se había transformado en Riolu y hacía la posición de la Esfera Aural.

Riolu lo intentó y luego de cuatro intentos, algo imposible se había juntado con mi vida por segunda vez. Riolu usó Esfera Aural.

-¡Bien hecho Riolu, ere increíble!-le dije mientras me agachaba y lo abrazaba.

Sentí que un extraño brillo se desprendía de Riolu y él mismo comenzaba a crecer y a cambiar de forma.

-Gracias, Agus.-dijo una desconocida voz, cerca de mi oído.

-¡Riolu, puedes hablar…! ¡No Lucario, usaste Telepatía!-dije yo muy sorprendida.

La primera evolución de mi vida. Lucario usó toda su fuerza para hablar y agradecer. Ese fue mi segundo Pokémon: Lucario.